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Columna
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La lógica asimétrica de GM

La bancarrota de General Motors causará mucho daño a un buen número de partícipes del fabricante de automóviles. Pero entre los prestamistas, al menos, estará repartido más o menos adecuadamente. Por supuesto, algunos prestamistas están saliendo impunes mientras otros están recibiendo una paliza.

Pero esto refleja el riesgo que cada tipo de acreedor tomó. Los prestamistas sénior con garantía están cobrando completamente. El plan de reorganización de General Motors contempla hacerlo por los 6.000 millones de dólares que se les debe.

Porque esto equivale a recuperar el 100% de su inversión, los que adquirieron protección en aquellos préstamos en el mercado de CDS (credit default swap), ahora que GM está en quiebra, sólo recibirán 2,5 céntimos por dólar. Esto es una miseria que ayudará a cubrir costes administrativos y otros de este tipo.

Mientras tanto, los prestamistas subordinados -principalmente los bonistas del fabricante de automóviles- esperan recuperar sólo 12,5 centavos por dólar, según una reciente subasta para determinar el pago en los contratos de CDS ligados a esta deuda. Los contratos se pagarán por tanto a 87,5 centavos por cada dólar adquirido con protección.

El plan de reorganización de GM contempla intercambiar sus 27.000 millones de dólares de deuda subordinada por un 10% en participación en el capital y warrants en la nueva compañía. La subasta de CDS implica que estos inversores valoran este paquete en alrededor de 3.400 millones de dólares.

Esto puede a primera vista parecer asimétrico pero tiene lógica. Los prestamistas sénior aceptaron un retorno más bajo a cambio de ser los primeros para el reembolso de su dinero. Los prestamistas subordinados, mientras tanto, lograron un alto retorno, pero con la posibilidad de que pudieran salir peor parados si GM quebraba. Ahora que la compañía ha quebrado, tienen que vivir con las consecuencias de esta compensación.

Dwight Cass

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