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Columna
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Confianza para crear empleo

Los datos del desempleo correspondientes al mes de abril ponen de manifiesto que disminuye la velocidad e intensidad en el deterioro del mercado laboral. Los últimos meses han venido caracterizados por el crecimiento rápido e intenso del desempleo. Sólo en el primer trimestre del año en curso, el paro aumentó en más de medio millón de personas.

Así, según datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SPPE), en el mes de abril el desempleo se sitúa en 3,6 millones de desempleados, con un crecimiento porcentual sobre el mes anterior del 1,09% (39.478 personas) y del 55,8% (1,3 millones) en los últimos 12 meses. Del total de desempleados, un 14% corresponden a extranjeros y son las comunidades de Cataluña (106.000), Madrid (87.000) y Valencia (71.000) donde se registra un mayor número de desempleados extranjeros.

Por sectores se ha producido un aumento en todos ellos. Pero sobre todo hay que destacar el fuerte aumento experimentado en el colectivo sin empleo anterior (personas que no han trabajado anteriormente) con cerca de 12.000 personas (5,3%). En este sentido, el último dato publicado por el INE, referente a la encuesta de población activa (EPA), indicaba que en más de un millón de hogares todos sus miembros están parados, lo que podría explicar dicho aumento al verse obligados a inscribirse en el desempleo para obtener un puesto de trabajo y paliar así la falta de ingresos. Además, un 23% de los parados son de larga duración (más de un año), y menos de 3 meses un 58%.

El peso de la crisis se ceba más entre las personas que están menos preparadas en términos de formación. La menor preparación formativa penaliza el empleo. Así, mientras en España la tasa de paro global es del 17,3%, las personas con menor formación su tasa de desempleo es mucho mayor. Es el caso de educación primaria (24,5%), educación secundaria primera etapa (22,7%) y educación secundaria segunda etapa (16,8%), mientras que entre los mejor formados su tasa de paro es bastante inferior, como las personas con educación superior (9,3%) y doctorado (1,8%).

Si se analizan los datos suministrados por la Seguridad Social se observa que aunque todavía se siguen registrando pérdidas de afiliados, en el mes de abril se ha reducido el descenso de los afiliados ocupados (-23.939, el 0,13%). Entre enero y marzo del presente año se perdieron cerca de medio millón de afiliados ocupados.

Por sectores, los efectos de la Semana Santa y el inicio de la temporada turística se han dejado notar en hostelería, con un aumento en términos absolutos de 38.614 personas (4,3%). A su vez, también aumenta en actividades sanitarias y servicios sociales, con 10.817 ocupados (0,86%). Por el contrario, han perdido ocupados los sectores de la construcción (-24.791, el 1,8%), como asimismo, aunque en menor medida que otras veces, siguen perdiendo industria manufacturera (-28.665, el 1,4%) y comercio (-15.610, el 0,6%).

En términos interanuales se produce una pérdida de afiliación de 1,3 millones (-6,8%). Y es la Comunidad Valenciana (-11,1%) junto con la Comunidad de Canarias (-10,1%) y la Región de Murcia (-8,6%) donde se producen las mayores pérdidas de afiliados ocupados entre todas las autonomías de España. Además, son los sectores de la construcción (-569.000), industria (-286.000) y comercio (-182.000) donde se aglutinan las mayores pérdidas (77% del total de las pérdidas de afiliados ocupados).

En conclusión, cualquier aumento del paro, por pequeño que sea, siempre es negativo. Por ello, hay que desear que las medidas necesarias puestas en funcionamiento por el Gobierno den los resultados óptimos que todos esperamos. Siempre hay que esperar que lo planificado dé cómo resultado la disminución del desempleo.

Los textos de economía dicen que en general planificar medidas de políticas de empleo significa organizar los factores para futuro para obtener resultados previamente definidos. La planificación puede considerarse así un intento de reducir la incertidumbre. Sólo en el caso de no obtener los resultados planificados se podrán efectuar medidas para corregir las desviaciones.

Por ello, no tiene ningún sentido que antes de producirse los resultados en materia de empleo se critiquen. Con ello, lo único que se consigue es crear más incertidumbre, que es todo lo contrario de lo que se pretende en cualquier enfoque de planificación. La generación de confianza es una tarea de todos.

Vicente Castelló Roselló. Profesor de la Universidad Jaime I de Castellón

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