Pensiones y soluciones
Las recomendaciones del gobernador del Banco de España respecto de la necesaria reforma del sistema público de pensiones se asientan en un hecho objetivo: el envejecimiento de la población, que supone que cada vez hay menos activos para financiar las pensiones. En esta ocasión se trata del gobernador pero hay que olvidar que idéntica recomendación hicieron ya instituciones como el FMI o la OCDE.
Desde el Gobierno se ha dicho que las pensiones están garantizadas, esto puede ser cierto, pero no por el propio sistema de pensiones a largo plazo, que es como hay que analizar la cuestión, sino vía Presupuestos del Estado o a través del Fondo de Reserva constituido para cubrir posibles insuficiencias del sistema.
Así las cosas, e independientemente de las posibles y siempre polémicas reformas del sistema de reparto, como la prolongación de la edad de jubilación, la tendencia lógica es buscar soluciones, dirigirse a sistemas mixtos que permitan percibir prestaciones públicas sin capitalizar, pero también privadas convenientemente capitalizadas.
Los planes de pensiones del sistema individual privados se han incentivado ya con beneficios fiscales. Sin embargo, el gran talón de Aquiles del ahorro finalista en España es lo poco implantados que están los planes de pensiones y de jubilación promovidos a través de las empresas. En otros países se da tanta importancia al plan de pensiones o de jubilación a través de la empresa como al salario.
Promocionar la cobertura de la jubilación con medidas fiscales y otras ventajas para las empresas que promuevan este tipo de planes para sus empleados representa la actuación más urgente en España. Pero además de trabajar con la vista puesta en la solvencia del sistema y en incentivar el ahorro finalista privado para los futuros jubilados, ¿qué pasa con los jubilados actuales y los que se van a jubilar próximamente? Las pensiones que perciben son de las más bajas de Europa y además la cobertura a través de planes de pensiones o de jubilación privados es igualmente mucho menor que las de nuestros vecinos europeos.
En España se da la circunstancia que de la forma que más hemos ahorrado es a través de la vivienda; el 92% de los mayores de 65 años tiene vivienda en propiedad. El problema es que se trata de un patrimonio ilíquido, como los planes de pensiones, cuya liquidez al alcanzar la jubilación sí disfrutan los jubilados europeos, sino que además no se puede vender porque se necesita para vivir.
La solución más audaz y de implantación inmediata, incluso para los jubilados actuales, podría ser la hipoteca inversa que se comercializa en España desde 2004. Esta figura queda regulada en la Ley 41/2007, de Regulación del Mercado Hipotecario, norma que, además de establecer la obligatoria intervención de un asesor independiente en la suscripción de este producto financiero, dota a la hipoteca inversa de importantes beneficios fiscales e incluso permite combinarlo con los planes de previsión asegurados.
Ángel Rodríguez-Carreño de Cominges. Actuario y consejero delegado de Optima Previsión