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Reestructuración en el motor

El adiós del amable superviviente

Rick Wagoner. Ex presidente de General Motors.

No importaban los malos datos con que hubiese cerrado el ejercicio, ni las sombrías previsiones que pudiesen acechar a General Motors. George Richard Wagoner Jr. (Wilmington, Delaware, 1953) nunca abandonó sus maneras amables ni alteró su grave tono de voz a la hora de responder a las preguntas de unos periodistas que año tras año, aprovechaban las ferias internacionales para mostrar un creciente escepticismo hacia la evolución de su empresa, ni dejaba escapar nada que no fuese serenidad.

Su modo de actuar dentro de la empresa tampoco fue nunca muy diferente. El sustituto de Ignacio López de Arriortúa al frente de la división de compras siempre se mostró humilde en el trato con sus colegas. Su aparente falta de ego y su delicadeza a la hora de lanzar críticas le han evitado enconados enemigos y le han garantizado el apoyo del consejo aun en los peores momentos. Durante sus 13 años en lo más alto del poder de la multinacional, Wagoner ha demostrado ser un ejecutivo hecho para resistir, un superviviente. Pero el Gobierno de Obama ha decidido que GM necesita algo más.

Pocos ejecutivos han logrado permanecer tanto tiempo en lo más alto de la escala de poder de la empresa desde los tiempos de Alfred P. Sloan, el directivo que logró mantenerse en la cúspide durante más de 30 años. El pistoletazo de salida comenzó a finales de los ochenta en Zúrich, muy lejos de Detroit. A Suiza llegó convertido en una promesa para ocuparse de las finanzas de la división europea. De la fría Centroeuropa, Wagoner daría el salto a Brasil. En Suramérica no duraría demasiado. Lo impediría una llamada de la central: el consejo estaba en pie de guerra y planeaba la salida de Bob Stempel, el entonces primer ejecutivo. Jack Smith y su equipo, con Wagoner en él, se hicieron cargo de GM.

Y es que la suerte se ha aliado con Wagoner en algunas fases de su carrera. A finales de la década pasada, tuvo que librar la batalla por la sucesión de Smith con otro directivo llamado Lou Hughes. La lucha la decidiría la gestión: Wagoner al frente de la filial estadounidense; Hughes al frente de las operaciones internacionales. Su apuesta por los vehículos grandes en una época de gasolina barata y el buen comportamiento de EE UU frente a la debacle asiática, le dieron la victoria.

El ejercicio del poder en el trono no ha sido tan triunfal, y sus éxitos han quedado ensombrecidos por los fracasos. Tanto ha sido así, que el presidente Obama no ha dudado en forzar su salida y en señalarle como uno de los grandes culpables de la debacle y en pedir 'una nueva visión y una nueva dirección'.

Los analistas afirman que Wagoner no ha logrado adelgazar la estructura y la oferta tanto o tan rápidamente como habría sido necesario. Y que no ha podido mantener el ritmo frente a Toyota. Pero ha tenido aciertos: impulsó la exitosa apuesta por China, consiguió revitalizar la marca Cadillac y logró un histórico acuerdo con los empleados para externalizar las pensiones.

Las reacciones. La filial europea alaba el discurso del presidente La filial europea alaba el discurso del presidente Los empleados celebran la marcha de Wagoner El ex presidente de PSA defiende su gestión

General Motors Europe aplaudió ayer el discurso del presidente, Barack Obama, en el que culpó en buena medida a los directivos de GM de la debacle de la compañía. La división europea aseguró al respecto que una empresa más fuerte y más competitiva representa un paso 'positivo', al tiempo que calificó de 'prometedora' la búsqueda de inversores para Opel. Según la compañía, el compromiso del Ejecutivo con la estabilización de GM representa un desarrollo positivo para la reestructuración en Europa.La filial europea, que se desvinculó por completo de la reestructuración exigida por Obama a su matriz estadounidense, destacó los progresos conseguidos tanto en las negociaciones para reducir los costes laborales como en los contactos con Gobiernos europeos. Además, subrayó que en el Viejo Continente continúan las operaciones con normalidad.

Los empleados celebran la marcha de Wagoner

Los trabajadores de Opel, la principal marca europea de General Motors, aplaudieron ayer la dimisión del presidente de la matriz, Richard Wagoner, y dieron la bienvenida a Fritz Henderson, como nuevo responsable del consorcio estadounidense, según señaló el presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz. 'Esta acción llega tarde', señaló el sindicalista, quien se mostró a favor del nombramiento de Henderson puesto que éste trabajó en GM Europe.El presidente del comité de empresa de General Motors en la planta de Figueruelas (Zaragoza), José Juan Arceiz, consideró por su parte que la dimisión del que hasta el domingo fuera presidente de la compañía 'es lo que debía ocurrir' porque a la hora de solicitar dinero público para 'salvar' a la empresa 'éste no puede dejarse en manos de quien creó su crisis'.

El expresidente de PSA defiende su gestión

Día de cuchillos largos en la industria del motor. Además de Wagoner, el presidente del principal fabricante francés de automóviles, PSA Peugeot Citroën, se ha visto obligado a abandonar su puesto tras perder 343 millones en 2008 y haber anunciado pérdidas para 2009. Christian Streiff, de 54 años, defendió ayer que sus políticas al frente de la compañía le permiten estar 'bien equipada frente a la crisis'. 'La comunidad económica y financiera aplaudieron nuestros resultados, por lo que no puedo entender la decisión del consejo', aseguró ayer, según informa Reuters. El sustituto de Streiff a partir del 1 de junio será Philippe Varin, el actual CEO de la siderúrgica Corus.El presidente del consejo, Thierry Peugeot, manifestó que el consejo ha decidido por unanimidad 'cambiar la dirección' ante las 'excepcionales dificultades' actuales.

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