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Empleo y Directivos

La crisis pone freno al absentismo

Existe miedo a perder el empleo, pero es ahora cuando hay que sentar las bases para concienciar al personal de la necesidad de reducir las ausencias en el trabajo.

Absentismo. Un mal que azota a las empresas y repercute en la productividad laboral, y ésta a su vez en la competitividad. Según la última encuesta de coste laboral, el porcentaje de horas no trabajadas en España supera más del 20% en relación con las horas pactadas. 'Aquí pasa algo y tenemos un problema con el tiempo de trabajo, esto sin contar con el absentismo presencial, el de aquellos que están en su puesto de trabajo pero no trabajan', afirma Federico Durán, socio del área de laboral de Garrigues. Un fenómeno que ha llevado incluso a que existan convenios colectivos que incentivan la simple asistencia a trabajar. La tasa de absentismo en España, según datos de Adecco, es del 5,3%, cifra que supera casi un punto al dato europeo.

Sin embargo, algo está cambiando. La crisis económica, pero sobre todo el miedo a perder el empleo, conviene recordar que la cifra del paro se acerca a los tres millones y medio de desempleados en España, está poniendo freno a las ausencias en el trabajo, debido a los accidentes laborales o a las enfermedades comunes.

Medidas legales y técnicas

Una manera de luchar contra 'esta lacra' es implicando a los mandos medios en su gestión

'En época de crisis se reduce la siniestralidad laboral, entre otras razones porque hay menos carga y volumen de trabajo, pero además el trabajador se aguanta más con lo que le ha sucedido y no coge tantas bajas laborales', afirma Francisco Jesús Miranda, director de prestaciones y prevención de Fremap, que participó en una jornada sobre Productividad laboral y reducción del absentismo, organizada por la APD y Adecco. Es más, asegura que es el momento de aprovechar el parón económico para adoptar medidas legales y técnicas con el fin de reducir el absentismo a largo plazo. También se presenta la ocasión para motivar al personal y que sea cada vez más productivo. Puede servir el caso de Leroy Merlin, que han generado buen ambiente de trabajo haciendo, entre otras medidas, que más del 95% de sus empleados sea accionista. 'Hemos hecho que todos se sientan propietarios de la compañía, emprendedores que asumen sus propias decisiones aunque se equivoquen. Todo esto ha generado un gran estímulo y eso ha repercutido en nuestra productividad', señala Emilio Ruiz-Roso, director de gestión de recursos humanos de Leroy Merlin. De flexibilidad laboral y de nuevos sistemas de trabajo como estímulo para generar una mayor producción habla también Julio Lapuente, director de relaciones laborales de Banesto. 'Hemos desarrollado un programa para activar la productividad, sobre todo en los administrativos con el fin de ayudarles a adoptar un perfil comercial, enseñándoles a los directivos a fomentar otra forma de trabajar', asegura Lapuente. De hecho, Banesto consiguió con este programa que el 48% de ese colectivo entrara en la senda de la productividad y de esta manera acceder a la compensación variable.

En Campofrío, por ejemplo, el problema era serio y su tasa de absentismo crecía de manera acelerada, disminuyendo la producción. 'Es una lacra social por el elevado coste económico y por el caos organizativo que genera, pero además empeora el clima laboral', afirma su director de relaciones laborales, Jesús Martínez. En Endesa, al igual que en Campofrío, incluyeron la prevención laboral al plan de sostenibilidad de la compañía. 'Reducimos un 80% la accidentalidad porque concienciamos a nuestros empleados para que tengan su propia visión preventiva. Si se tipifica el absentismo se acaba con el fraude', afirma el director del servicio de prevención en Endesa, Segundo Caeiro.

El profesor de Esade Carlos Obeso considera que está en la mano de las empresas reducir el porcentaje de absentismo laboral. 'La empresa dice que es un asunto muy importante, pero luego, a la hora de la verdad no busca métodos ni herramientas para controlarlo, un 37,5% no tienen ninguna política concreta para controlarlo', explica. 'Es curioso porque hoy en día las empresas conocen muy bien a sus clientes, pero no a los trabajadores'. Por su parte Francesc Beltrán, vicepresidente de recursos humanos de Henkel Ibérica y Latinoamérica, considera que ausentarse del puesto de trabajo tiene un componente cultural. 'En Alemania por ejemplo, no se tolera nada, aquí, en ciertos casos sí'. Beltrán fue de los ponentes de la jornada sobre absentismo organizada por Esade y la aseguradora Ergasat en Barcelona.

Descentralizar la gestión

Mateo Borràs, director de recursos humanos del grupo Grífols, señala la importancia del absentismo emocional o psicológico, 'el de ese empleado que está en su puesto de trabajo, pero planificándose las vacaciones por internet'. En su opinión, las empresas deberían ocuparse más de gestionar la presencia que el absentismo. 'Cuando hablamos de gestión de absentismo el mal ya está hecho, quizá habría que intentar no llegar a ese momento, predisponiendo a la actividad'. Uno de los grandes obstáculos para mejorar las cifras de presencia de los empleados es 'la gestión de la salud que se hace en este país, ya que todos sabemos que si voy al médico puedo salir con una baja, de la misma manera que si alguien va con muletas puede salir con el alta, lo que indica una mala gestión'.

Beltrán (Henkel) considera que la mejor manera de luchar contra el absentismo es descentralizando su gestión e implicando a los mandos intermedios. Borràs coincide: 'La solución está abajo y hay que acercar la gestión del absentismo a los encargados'. Obeso aprueba la teoría, pero advierte que habría que preguntarse si los mandos intermedios están preparados para esa función, a la vez que señala que 'la gestión del miedo no siempre funciona'.

Los ponentes del debate coinciden en señalar que las empresas tienen que ser conscientes de que los valores de los trabajadores están cambiando. Salvador de Tudela, director de recursos humanos de Cespa-Ferrovial, considera que se está creando la sensación en la sociedad de que debe ser la empresa la que financie la conciliación entre la vida personal y la laboral, algo que en su opinión no tiene que ser así. Beltrán apunta que una de las claves para resolver el absentismo no justificado es debatir socialmente cómo financiar la conciliación.

'En mi compañía una subida de un punto porcentual en el absentismo tiene un impacto de tres millones de euros en la cuenta de resultados, ¡cómo no nos va a preocupar!, algunos me dicen que no son tres millones, que son 2,5, y yo digo que es igual, que es un impacto importante' exclama Tudela. El responsable de recursos humanos de Cespa confirmó que en un entorno de crisis el absentismo baja. 'Está bajando desde 2006 y ahora se está acentuando la bajada'. Obeso apunta además que España la bajada puede ser mayor porque nuestras cifras eran elevadas. 'Hay diferencias entre empresas porque es una cuestión que depende mucho de lo permisiva que sea la cultura corporativa, pero algunos centros de producción en España rozaban el 20%, y eso merece un análisis puntual'. El profesor de Esade señala que el absentismo laboral puede ser consecuencia de los errores cometidos en los procesos de selección de personal. 'En los últimos años, ha sido habitual seleccionar a personas con una formación muy superior a la requerida por el puesto, lo que acaba provocando desinterés y desmotivación'. Y si algo no se puede olvidar, señala Obeso, 'es que no hay que aplicar políticas que están pensadas para las cadenas de montaje, ya que en la sociedad del conocimiento, las patologías cambian, y un empleado puede que no coja la baja por un dolor de espalda, pero sí quizá por estrés'.

'En estos temas hay una enorme estafa camuflada'

El porcentaje de empleados que tienen una razón válida para ausentarse de sus puestos de trabajo puede situarse alrededor del 1,5%', explica el profesor de IESE Pedro Nueno, 'y hay algunos centros en España que llegan al 10%'. En su opinión, estas cifras reflejan 'una estafa camuflada importante'.'Si consiguiéramos bajar estas tasa, nuestra competitividad mejoraría de manera considerable', afirma. Nueno es uno de los organizadores del encuentro Empresarios del Sector de la Automoción, que la escuela de negocios celebra anualmente. 'Cuando se analiza el sector tradicionalmente se habla de dos problemas: el absentismo laboral y la falta de logística', señala.Nueno explica que la recesión económica ha hecho que bajen los porcentajes de absentismo, 'quizá paradójicamente en el momento en que las empresas mejor podrían tolerarlo porque tienen menos trabajo'. 'El personal que atiende un vuelo es ahora más amable, y los empleados de servicios en general, la gente tiene miedo de perder su empleo'. A su juicio, ahora es el momento de proporcionar a las empresas herramientas para controlar las bajas laborales y conseguir que no vuelvan a dispararse cuando se supere la situación actual. 'El problema es que para abordar el asunto se necesita un liderazgo que la Administración no está dispuesta a asumir, y es una pena, porque los sindicatos no se opondrían a intentar solucionar el absentismo'.

Las cifras

5,3% es la tasa de absentismo de España, según Adecco. La media europea está situada en el 4,6%. La mayoría se debe a insatisfacción laboral.8,5% de empresas españolas que considera que el absentismo laboral no es un problema, según un informe realizado por Esade y la mutua Ergasat.67,4% es el porcentaje de ausencias laborales cuya duración no supera los cinco días, según Esade y Ergasat. El absentismo es un problema de ausencias cortas.

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