Londres y los 'malos bancos'
El mal banco del Reino Unido parece finalmente creíble. El falso comienzo del mes pasado provocó la caída de las acciones de los bancos y de la libra esterlina. Los inversores temieron que gran parte del sector fuese a ser nacionalizado -y que las propias finanzas del Gobierno serían aplastadas-.
El plan del Gobierno está mucho mejor pensado. Parece capaz de regenerar la industria sin nacionalizar por completo los bancos y sin ejercer demasiada presión sobre las finanzas públicas.
Esto no es del todo un plan contra los malos bancos, en el que los activos perjudicados se retirarían del balance general de los bancos. Es más: el banco tiene que sufrir una 'primera pérdida' en los activos del fondo común. Pero, después de eso, el contribuyente absorberá el 90% de las pérdidas. Eso protege al banco de la catástrofe.
Por supuesto, acceder a la generosidad del Gobierno tiene un precio. Pero no es tan alto -aproximadamente un 4% de los activos cubiertos cuando se tiene en cuenta el valor de los beneficios fiscales previstos, como en el caso de RBS-. Es más, si un banco no puede pagar en efectivo, puede emitir en vez de ello las acciones sin derecho a voto del Gobierno.
Royal Bank of Scotland ha aceptado ya ser un conejillo de indias. Parece que Lloyds seguirá su ejemplo. Eso deja solo a Barclays. El único gran banco británico con un volumen significativo de activos tóxicos no ha aceptado hasta ahora la asistencia del Gobierno. Si vuelve a buscarle peros a algo regalado, como hizo el pasado mes de octubre al rechazar capital estatal y recaudar dinero supercaro en Oriente Próximo, es posible que los accionistas se aterroricen.
No sorprende que las acciones de los bancos hayan continuado recuperándose desde que el mes pasado se anunciaran los entresijos del plan. Las de RBS casi se han triplicado, mientras que las de Lloyds y Barclays valen hasta un 60% más que en su punto más bajo.
Asimismo, ha disminuido el miedo acerca de las finanzas del Gobierno. Puede que el Estado acabe asegurando 600.000 millones de libras en activos, aunque no sea lo mismo que dar un golpe de 600.000 millones -por no decir tomar los billones en deudas de los tres bancos-.
Con el déficit fiscal a punto de alcanzar el 10% del PIB, el Reino Unido es aún vulnerable a una crisis de confianza. Gordon Brown necesita seguir de cerca el plan de rescate de la banca británica para devolverle el equilibrio a las finanzas del Gobierno.
Por Hugo Dixon.
Marcar límites a RBS
Royal Bank of Scotland (RBS) ha recibido una coraza anti-recesiones. El Gobierno británico asegurará más activos tóxicos de los que se esperaba a través de su 'plan de protección de activos', con mejores condiciones y con 13.000 millones de libras añadidos en nuevo capital. El Estado ha añadido algunas condiciones, como el requerimiento a prestar 25.000 millones más a los propietarios de viviendas y de negocios. Pero su acción debería ponerle límite a la agonía de RBS.Al poner 302.000 millones en el plan, RBS se asegura 100.000 más de lo que se esperaba. La 'primera pérdida' que tendrá que soportar es de sólo 19.500 millones, o el 6% del valor de los activos protegidos. Citigroup y UBS, en cambio, tuvieron que tener pérdidas del 10% antes de que se les aplicaran planes de malos bancos.El coste de este seguro es de 6.500 millones, tan sólo un 2% de los activos protegidos. Sin embargo, el trato no es tan bueno porque RBS tiene que renunciar durante varios años al derecho de usar sus pérdidas masivas para reducir sus futuros impuestos. El actual valor neto de eso será de otros 5.000 millones.La combinación de estas políticas impulsa sin duda el ratio de capital de RBS. Se podría pensar que el Gobierno está sobreactuando, pero el ratio de capital Tier 1 no se quedará en el 12,4%. Para empezar, el banco tiene que considerar los 6.000 millones de la primera pérdida como un primer golpe a su capital. Y la cuenta de 6.500 millones tiene que ser amortizada en siete años. Si se tienen en cuenta ambos factores, el ratio Tier 1 sería de 9,6% -todavía es bueno, pero no está ya sobrecapitalizado-.Con este rescate, el Estado acaba contando con gran parte de RBS. No sólo porque suscribe a nuevo capital, sino porque RBS está pagando el recibo de su seguro con acciones. æpermil;stas no tendrán derecho a voto, así que, aunque el interés económico del Estado llegue al 85%, su capacidad de voto sólo se aplicará al 70%. La ficción de que RBS continúa siendo un banco privado se mantiene.Si quiere mejorar la situación, el nuevo equipo ejecutivo de RBS tendrá que rescatar su recientemente articulada estrategia para volver a lo básico.Por George Hay.