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Banca

Capital público, alivio y rival para el accionista

La intervención del Estado en la banca ayuda a estabilizar el sistema, pero paraliza el pago de dividendo.

Lo que un día es motivo de pánico vendedor en la Bolsa al día siguiente puede convertirse en un leve suspiro de alivio. Los rumores de una nacionalización del gigante bancario Citi que asolaron los mercados el pasado viernes se suavizaron en la sesión de ayer, aunque ni mucho menos hasta el punto de alejar la preocupación que rodea al conjunto del sistema bancario.

El Gobierno estadounidense lanzó un mensaje con el que intentar tranquilizar al mercado, el de su disposición a intervenir en la banca pero sin que ello suponga su nacionalización. En el caso de Citi, la participación del Gobierno alcanzaría un máximo del 40% si, finalmente, las autoridades convierten sus participaciones preferentes en acciones de la entidad. 'No es lo mismo una nacionalización que una nacionalización parcial, lo importante es que estabilicen el banco', señala Diego Barrón, analista de Fortis. Pero, en el corto plazo, el accionista de un banco intervenido tiene todas las de perder.

Para empezar, la cotización de una entidad necesitada de capital público habrá pasado un verdadero vía crucis antes de recibir la inyección de recursos con los que apuntalar su solvencia. Los accionistas de Citi han visto cómo se han esfumado más de 90.000 millones de euros de capitalización bursátil desde finales de 2007. De hecho, el derrumbe bursátil ha sido la antesala inevitable para las intervenciones en entidades como Fortis o Royal Bank of Scotland. Y, pese a la lluvia de millones, tampoco han servido para frenar el descenso en Bolsa. Así, Royal Bank of Scotland, del que el gobierno británico posee el 70%, se desfonda en lo que va de año el 57%, mientras que Commerzbank, la primera entidad alemana participada por el Estado, cae en Bolsa en 2009 el 58,5%.

El dinero público aún queda lejos de poder frenar el desplome bursátil de la banca

'Con lo visto hasta el momento, es muy difícil valorar cuál está siendo el efecto de las ayudas públicas en la banca', apunta Alberto Roldán, director de análisis de Inverseguros. 'El capital público no es la panacea. Y desde el punto de vista del accionista, resulta muy importante ver a qué precio entra un Gobierno en el capital y con qué margen de gestión', añade Barrón.

Primero fue la solución a los problemas de liquidez, pero ahora el objetivo está en el mantenimiento de la solvencia de las entidades y, en este sentido, los accionistas quedan en último lugar. El reparto de dividendo se convierte en un verdadero lujo para un banco que ha tenido que recurrir al capital público y, en el momento en que la entidad engrasa de nuevo su maquinaria, el Gobierno que ha acudido al rescate dará prioridad a la concesión de créditos a empresas y familias antes que a la retribución al accionista. Además, la entrada en el accionariado implicará una ampliación de capital que necesariamente diluirá el ya de por sí exiguo beneficio por acción.

'En España habrá intervenciones de bancos antes o después. La morosidad puede crecer al 8% a final de año, aunque hay que distinguir entre bancos y cajas, con más problemas, y entre unos bancos y otros. No es igual un Banesto que un Pastor o un Popular', comentan en el mercado.

Qué sucede cuando entra el Estado

Rescate. Aunque el valor de los títulos de un banco se haya hundido, el accionista de un banco intervenido por el Estado puede contar con el alivio de que la entidad ha evitado la suspensión de pagos. En tal situación, los accionistas son los últimos a los que pagar con los activos disponibles, tal y como sucedió en el caso de Lehman Brothers.Dividendo. La inyección de capital público en una entidad financiera es respuesta a una situación de gran dificultad, que hace necesaria la congelación del reparto de dividendo con tal de fortalecer la solvencia. La entidad retomará la retribución al accionista una vez que haya estabilizado por completo su balance, un proceso que puede llevar años, como fue el caso de Banesto. Si un Estado toma una participación directa en el capital, procurará recuperar la inversión antes de autorizar el reparto de dividendo. No en vano, se trata del dinero de los contribuyentes.Beneficio por acción. La entrada del Gobierno en un banco pasa habitualmente por una ampliación de capital y, a mayor número de títulos, menos beneficio por acción.Expropiación. Alemania ha aprobado una ley que permitirá la expropiación como último recurso si se trata de una entidad clave para el sistema.

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