El eclipse del secreto bancario suizo
Es una muy antigua institución la que vacila. La primera ley que protegía el secreto bancario suizo se remonta a 1713. Todavía en 1984, cerca de tres cuartas partes de los electores helvéticos votaron para mantenerlo. Sin embargo, al obligar al banco UBS a decir los nombres de entre 250 y 300 depositantes americanos sospechosos de fraude fiscal, Estados Unidos acaban de abrir una sagrada brecha en la caja fuerte -es la tercera desde 2000, y de lejos la más importante- (...).
El Código Penal suizo castiga con prisión y graves multas a los que divulguen el secreto de los negocios, sobre todo si cooperan con un país extranjero. Y esta discreción financiera proverbial no ha servido siempre para cubrir las infamias (...). La Gestapo envió espías a Suiza para desenmascarar a los ciudadanos alemanes que guardaban sus bienes, y evidentemente los judíos perseguidos eran los primeros. Cuatro fueron ejecutados por ello (...). Por ello Suiza castiga severamente la colaboración (...).
Hay pocas oportunidades de que este retroceso histórico sea suficiente para ablandar a Estados Unidos. O a los demás países del G-20, a quien la crisis financiera ofrece al fin la ocasión de obligar a los paraísos fiscales a devolver lo que se habían llevado.