Diez consejos para sobrevivir como esquiador novato
Hacer caso a las indicaciones en las pistas o utilizar el equipo adecuado será clave.
Nunca es tarde para enfrentarse por primera vez a una montaña nevada con unos esquís o una tabla de snow en los pies. Llega la mejor época del año para hacerlo, las pistas se llenan y el ambiente es especial al mezclarse el deporte con la blanca Navidad. Las opciones son múltiples y desde Valle d'Aosta, la popular región italiana, ofrecen algunos valiosos consejos para los esquiadores novatos.
1. Un equipo adecuado. Como todo deporte, esquiar requiere cierto equipo básico para disfrutarlo. Realizar un descenso sin alguno de los artilugios necesarios puede obligar al esquiador a bajar por terrenos más accidentados. Además, la discreción a la hora de vestirse ayudará a no desenmascararse como un auténtico novato en la nieve.
2. No vestirse como un esquimal. Cuando se pasa un día esquiando en la montaña es clave elegir bien qué llevar de abrigo y cuántas capas usar. Si se pone capas de menos, se helará de frío, pero abrigarse en exceso hará al esquiador pasar calor, sudar y tener sed, una mala compañera.
3. Estirar antes de hacer deporte. Realizar algunos calentamientos puede ayudar a disminuir las agujetas del día siguiente así como evitar lesiones. Los expertos recomiendan hacer algunos estiramientos antes del descenso y también al finalizar la jornada de esquí.
4. Una pista para cada nivel. Las diferentes pistas de las estaciones de esquí cuentan con un nivel de dificultad. Tiene un sentido. No se debe pensar que es vergonzoso optar por las más sencillas, serán las adecuadas para iniciarse en este deporte. Es importante tantear primero el terreno en las más simples, y si se le da bien ya podrá lucirse en las profesionales. Incluso para esquiadores más experimentados, no es recomendable lanzarse por las pistas de mayor dificultad si hace tiempo que no se practica.
5. Un mapa nunca está de más. La lectura de los mapas de esquí tiene su pequeña técnica. Es importante no confundir las líneas negras de los telesillas, que le llevarán a la cima, con las pistas negras, pintadas del mismo color, que le pueden llevar a un menos placentero descenso.
6. Respeto por los demás esquiadores. Las pistas de esquí son vías de alta velocidad, y a eso se suman algunos sujetos con complejo de kamikaze. No se convierta en uno de ellos. Por otra parte, si se sufre una caída, es importante apartarse con cuidado para evitar el tropiezo de los esquiadores que descienden por la pista.
7. La timidez, en casa. Igual que para hablar inglés, para enfrentarse por primera vez a este terreno es importante perder la vergüenza y asumir que al principio las pequeñas caídas son completamente normales. Solicitar los servicios de un instructor puede ser una gran opción para aprender con mayor velocidad.
8. Cuidado con el independentismo. Aunque está de moda bajar al estilo free rider por sitios donde no hay pista, y por muy aventurero que suene, es importante saber que al hacerlo uno se queda solo en la montaña, que perderse es más fácil de lo que parece y que además, el seguro no cubre al esquiador en caso de haber una incidencia.
9. Evitar urgencias y malabarismos. Hacer uso del baño en la casa o en el hotel donde esté alojado no es ninguna tontería. Las estaciones de esquí cuentan con servicios, pero la maniobra de sacarse la chaqueta, sostener guantes, gorra y gafas y además, hacer todo esto manteniendo el equilibrio sobre las botas de esquí, es un arte milenario, que puede ser mejor dejar a los gurús.
10. Un sol que engaña. El protector solar es uno de los imprescindibles a la hora de aventurarse en un viaje de esquí. Después de pasar un día al sol y con el reflejo de la nieve las quemaduras pueden dejar una intachable marca de las gafas que durará varios días.