La inflación británica cayó hasta el 4,1% en noviembre, menos de los esperado
El Índice de Precios al Consumo (IPC) en el Reino Unido cayó hasta un 4,1% en noviembre, de un 4,5% registrado el mes anterior, según datos difundidos hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
Este descenso, ligeramente inferior al esperado por los analistas -que pronosticaban un IPC del 3,9% en noviembre-, se debió sobre todo a la caída del precio del combustible. Pese al retroceso, el IPC continúa por encima del objetivo anual del Gobierno, del 2%, lo que obligará al gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, a escribir una carta abierta al ministro de Economía explicándole los motivos de ese hecho.
La inflación británica se sitúa actualmente a su nivel más bajo desde junio, después de que el precio de los combustibles y los lubricantes cayera a menos 3,6% el mes pasado, su primer porcentaje negativo desde agosto del 2007.
El Índice de Precios Minoristas (RPI), que incluye pagos hipotecarios, también bajó en noviembre, hasta el 3% -frente al 4,2% del mes anterior-, su caída más rápida en 17 años. Este índice, que suele utilizarse para calcular sueldos y pensiones, se vio afectado por la caída del precio de la vivienda y el recorte de los tipos del 3 al 2% por parte del Banco de Inglaterra. El RPI se sitúa ahora a su nivel más bajo desde abril del 2006.
El IPC, índice de referencia general, recibió presiones inflacionistas de los alimentos, que, según la ONS, están más caros que el año pasado, sobre todo la fruta y la verdura, y los teléfonos móviles.
Pese a todo, se espera que la inflación en el Reino Unido continúe bajando en los próximos meses, entre otras cosas por los efectos del recorte del 17,5 al 15% del Impuesto sobre el Valor Añadido (VAT) recién aplicado por el Gobierno.
Los analistas pronostican que, a medida que avance la recesión económica, el país entre en un periodo de deflación, aunque no se espera que éste dure mucho.