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Inversiones

La deuda privada sí cree que estemos como en 1929

Los diferenciales de crédito alcanzan cotas históricas.

El escenario económico se deteriora a gran velocidad y el pesimismo que domina las decisiones de los inversores se refleja con especial virulencia en el mercado de deuda empresarial. Emitir bonos tiene un coste desorbitado. La falta de confianza, la menor liquidez y las dudas sobre la solvencia han disparado los diferenciales de crédito a niveles no vistos desde la depresión de 1929.

El mercado de deuda empresarial, por tanto, sí parece pensar que el escenario que se avecina es grave y más cercano a una depresión. 'Ya estamos en una recesión por lo que la siguiente fase económica será la depresión y el mercado descuenta esta posibilidad', comentó ayer a Bloomberg Philip Gisdakis, estratega de Unicredito. En EE UU el diferencial sobre la deuda soberana para emisiones con una calificación de BBB ronda los 700 puntos básicos, nivel similar al de 1929.

Al mismo tiempo, al calor de la desconfianza reinante, el Itraxx que mide el diferencial de la deuda de alto rendimiento sobre la del Estado, superó ayer los 1.000 puntos básicos por primera vez en la historia, mientras que el índice Itraxx para las 125 principales empresas europeas con grado de inversión cotizaba en zona de máximos al rondar los 198 puntos básicos.

Diferenciales disparados que para muchos partícipes del mercado abren grandes oportunidades de inversión dadas las escasas probabilidades de que se confirme el peor de los escenarios.

'Creo que es el momento más interesante para invertir en deuda empresarial de los últimos 15 años y probablemente de los próximos 15 años. Los diferenciales de crédito no han estado tan altos desde 1929. Es cierto que hay alguna posibilidad de que la situación económica resulte tan mala como en la Gran Depresión pero ese escenario ya está reflejado en los precios. Lo más probable es que la recesión no sea tan dura porque las autoridades han aprendido del pasado y han actuado', explica Adam Crodery, encargado de las estrategias de crédito de Schroders.

Nadie duda de que en los próximos meses las noticias que lleguen tanto del terreno económico como del empresarial resultarán desastrosas. 'Quedarán menos compañías y más fuertes por eso la clave está en elegir aquellas con escasas probabilidades de desaparecer', añade Cordery.

Eso sí, este experto recuerda que los sustos también llegarán y no descarta que la tasa de impago ronde entre el 10% y el 12% en los próximos 18 meses en el mercado de alto rendimiento -un nivel similar al de la última depresión- ya que muchas empresas con grado de inversión perderán sus calificaciones con el tiempo.

La buena noticia es que las empresas que sobrevivan serán más fuertes, los fundamentales económicos acabarán mejorando y la mayorías de los gestores de fondos que están infraponderados en crédito comenzará a tomar posiciones una vez que el mercado reconozca que la recesión no será eterna, algo que para Cordery ocurrirá antes de que el desempleo toque techo, probablemente en unos seis meses.

Oportunidades entre los supervivientes

Habrá supervivientes en todos los sectores. Por ello, el inversor que evite aquellas empresas con más posibilidades de desaparecer tiene opciones de comprar gangas, según Schroders. La gestora aconseja evitar la automoción, el lujo y los bienes de consumo duradero para centrarse en bonos de eléctricas, telecos y empresas de bebidas alcohólicas.La volatilidad persistirá. Por ello, los expertos recuerdan que cualquier tipo de inversión no estará exenta de fuertes vaivenes, especialmente a medida que las noticias empeoren como consecuencia de la recesión. Las ventas forzadas de los hedge funds son otro factor a tener en cuenta ya que probablemente persistirán en el próximo año, según Schroders.La buena noticia es que el interés por la renta fija empresarial crece y si hace 6 meses sólo había vendedores hoy ya la balanza entre compradores y vendedores se va igualando.

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