Medidas urgentes contra la recesión
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentó ayer un tercer paquete de medidas para afrontar una crisis económica que ha terminado por derivar en recesión. Frente a los dos anteriores planes, éste tiene un marcado carácter social y va destinado a ayudar, prioritariamente, a los parados. Son, una vez más, medidas excepcionales que sólo se justifican en una situación económica igualmente excepcional. España terminará el año en recesión y el paro puede llegar al 15% en 2010, según las nuevas previsiones de la Comisión Europea presentadas ayer en Bruselas. El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, confirmó que la zona euro está en recesión. Y aunque España se salva de momento -en el tercer trimestre ha entrado en números rojos (-0,2%)-, tanto la Comisión como el Gobierno que dirige Rodríguez Zapatero dan por seguro que lo hará en breve.
Ante tal panorama, es correcto que el Gobierno apruebe tantas medidas como sean necesarias para acortar el plazo de la crisis y minimizar sus consecuencias sobre las empresas y los trabajadores. Ayudar a los que disponen de menos recursos para afrontar las penurias de la crisis es una opción plausible. Además, junto al encomiable beneficio social, aportará otro económico si consigue mantener viva la capacidad de consumo de muchas familias.
El nuevo plan divide las disposiciones en dos bloques. El primero se destina a aliviar a las familias con cargas hipotecarias que entren en paro o vean mermados sus ingresos. La principal medida en este grupo permite aplazar durante dos años la mitad de las cuotas mensuales para aquellas hipotecas que no pasen de 170.000 euros. El segundo bloque está enfocado a fomentar el empleo con bonificaciones a la contratación de parados con cargas familiares y en actividades estratégicas como la I+D+i, el medio ambiente o las energías renovables.
Aunque el nuevo plan merece apoyo, despierta dudas que deben ser despejadas cuanto antes, es decir, el próximo viernes, cuando sea aprobado por el Consejo de Ministros. Por ejemplo, la decisión de excluir del aplazamiento de la mitad del pago de las cuotas a las hipotecas superiores a 170.000 euros va a generar agravios comparativos por zonas geográficas, antigüedad del crédito o simplemente entre contribuyentes. Respecto a las imprescindibles medidas de fomento del empleo, parece justificable su orientación a determinadas actividades de futuro, a pesar de que, de nuevo, haya sectores que se consideren injustamente tratados.
Pero, sobre todo, el nuevo plan debe ser considerado como lo que es: un parche ante una situación crítica, una situación de urgencia. La solución última para luchar contra la recesión, por evidente que sea, es que la economía vuelva a crear empleo sin necesidad de ser sustentada por bonificaciones parciales. Y, para eso, es imprescindible que el sistema financiero se normalice y que las empresas puedan optar a créditos a precios razonables para refinanciarse, y así mantener empleo o, incluso, afrontar nuevas iniciativas que creen esos puestos de trabajo que, con tanta rapidez y contumacia, se están destruyendo.