La petrolera tropieza una vez más con la piedra argentina
Pese a los planes de diversificar, la exposición al país castiga con dureza la cotización.
Cuando la estrategia diseñada y los pasos dados para reducir peso en Argentina estaban dando resultados, los problemas económicos de ese país caen de nuevo como una losa sobre Repsol. El descenso de la petrolera en Bolsa desde que se conoció la decisión del Gobierno de Cristina Fernández de nacionalizar los fondos de pensiones se eleva al 22% y añade incertidumbres para las que no se vislumbran cambios en el horizonte. No importa demasiado que los expertos consideren que el castigo recibido sea desproporcionado, o que haya reducido exposición en ese país y en su filial argentina. El daño está hecho.
El impacto no obedece sólo a la significativa participación de YPF en los resultados del grupo. Esta filial obtuvo unos resultados brutos de explotación de 664 millones de euros en el primer semestre de 2008, frente a los 3.502 millones del grupo, lo que equivale un 18% del total; en el primer semestre de 2007 supuso un 20%. Su relevancia es más fuerte por lo referente a las reservas de crudo que se elevan a 1.288 millones de barriles equivalentes de petróleo, casi un 50% de las totales de la compañía que preside Antonio Brufau.
En este contexto, los expertos intentan valorar el castigo dado a la compañía, que la empujó esta semana a valer en Bolsa menos que Cepsa. Para Álvaro Navarro, analista de Intermoney, el mercado descuenta con estos descensos, que estima exagerados, que la crisis del sistema financiero y de los países desarrollados está afectando a América Latina, y más en particular a la economía de Argentina, que cuenta con una prima de riesgo muy elevada por posibles impagos.
Pablo Suárez, gestor de Inversis, destaca además que los planes de colocación de un 25% de YPF en Bolsa, que supusieron un impulso para el valor cuando se anunciaron, parecen cada vez más lejanos y difíciles de encajar. No sólo por los problemas de los mercados mundiales; las tentaciones nacionalizadoras del Ejecutivo argentino añaden riesgo a la operación que se preveía materializar antes de concluir este año.
El fuerte peso de YPF en reservas, exploración y producción de hidrocarburos es la foto fija a día de hoy, pero la compañía lleva años tratando de retocarla. Repsol ha apostado por diversos proyectos, como los ubicados en el Golfo de México, en Libia y otros países que ahora apenas pesan dado el largo periodo de maduración de estas inversiones. Está, además, el gran yacimiento Carioca, de Brasil, que puede cambiar el perfil del grupo en un plazo de dos o tres años. Además, las reservas de Argentina están en un claro declive: cuando entró Repsol en 1999 se elevaban a 2.787 millones de barriles, más del doble que en la actualidad.
Los expertos quieren destacar, asimismo, otros aspectos de un grupo que cuenta con posiciones más que significativas en el mercado español y en otros países del mundo, que también impactarán en el valor cara a 2009. Álvaro Navarro cita, por ejemplo, los activos de refino. 'El negocio recurrente en España aportará del orden del 23% de Ebitda en 2008, con favorables perspectivas para los próximos años', concluye.
El gestor de Inversis añade otros datos positivos: la rentabilidad por dividendo y el bajo PER (ver cuadro). Recuerda, asimismo, que Repsol es la petrolera europea integrada menos correlacionada con el precio del crudo, aunque en esta ocasión no es precisamente la que mejor resiste la caída de la cotización del petróleo, que previsiblemente quedará en el entorno de los 75 dólares el barril a medio plazo. Total pierde en el año un 36,5%; BP, un 28,4%; Shell, un 36,3% y Eni, un 38,4%. Con todo, no forma parte de las preferidas de la mayor parte de los analistas internacionales que se decantan por Total, Eni y BG. Y Société Générale ha bajado su precio objetivo de 17 a 13,5 euros, con la recomendación de vender, aunque también se lo ha recortado a otras petroleras europeas.