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Columna
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Doble revés para Metrovacesa

Metrovacesa es la última gran compañía inmobiliaria española que tiene duras conversaciones con sus prestamistas. Como Colonial antes que ella, Metrovacesa es un triste relato de doble apalancamiento. Su accionista principal, la familia Sanahuja, cruje bajo más de 4.000 millones de euros de deuda, generada principalmente para financiar su participación del 81% en la compañía. La inmobiliaria también se enfrenta a dificultades en parte de los 7.100 millones de euros que debe.

Incluso así, la supervivencia de Metrovacesa no está en duda. La compañía tiene al menos tres cosas en marcha para que así sea. Primero, muchos de los prestamistas de la familia Sanahuja tienen también prestado dinero a la inmobiliaria. Están trabajando simultáneamente para reestructurar ambas posiciones de deuda.

Un proceso de dos vías tiene sentido porque las decisiones acerca de un préstamo bancario para la familia puede tener repercusiones en sus préstamos a la compañía. Si un banco se convierte en accionista con el 5% o más de la compañía, su préstamo para ésta se convierte en subordinado de otra deuda.

Segundo, Metrovacesa está menos apalancado que Colonial o Martinsa Fadesa, las compañías inmobiliarias que quebraron en julio. Parte de la razón de que estas compañías acabaran en problemas es que se metieron en un montón de deudas para adquirirlo todo. Pero Metrovacesa fue objeto de una batalla de ofertas entre dos grandes accionistas, y la familia Sanahuja se apalancó incondicionalmente ella misma -no la compañía-. La deuda de Metrovacesa es un razonable 55% del valor de sus activos, aunque puede parecer optimista si los inmuebles continúan perdiendo valor.

Por supuesto, Metrovacesa no ha evitado todos los excesos. Pidió prestados 810 millones de libras a HSBC para comprar su sede en Canary Wharf en Londres el año pasado por 1.100 millones de libras -el edificio más caro de Reino Unido-. El préstamo vence al final del próximo mes, y Metrovacesa puede tener que vender a HSBC por aproximadamente 850 millones, anotándose de ese modo una gruesa pérdida.

Pero, tercero, el negocio de alquiler, en el que también está Colonial, ofrece una más predecible fuente de ingresos para Metrovacesa que el negocio de Fadesa, centrado en vender terrenos para desarrollos residenciales. Los operadores en esta área se enfrentan a un más deprimente futuro a corto plazo. Por Fiona Maharg-Bravo

Fondos soberanos al rescate

Los fondos soberanos siguen desempeñando un papel en el rescate de los bancos occidentales. A pesar de los 60.000 millones de dólares invertidos en conjunto por estas entidades respaldadas por el Estado en compañías como Citigroup, Merrill Lynch, Morgan Stanley y UBS el año pasado, éstas han reducido bruscamente a la mitad el valor de sus inversiones. Así, con tan grandes pérdidas públicas, ¿por qué los fondos soberanos vienen todavía al rescate?Los precios de los activos son tentadores. Si los Gobiernos en EE UU y Europa han actuado suficientemente para prevenir la quiebra de grandes instituciones financieras, entonces comprar ahora es tan buen momento como cualquier otro. Esto es particularmente cierto para los fondos soberanos, algunos de los cuales pueden invertir con un esquema por encima de los 50 años.Además, aumentar inversiones es también una vía para reducir las pérdidas de papel actuales. Por ejemplo, Qatar Investment Authority compró recientemente un 12% de Credit Suisse en acciones colocadas a un precio equivalente a unos 34 francos suizos por título. Esto supone cerca del 47% menos que el nivel al cual las acciones del banco suizo fueron negociadas a principios de año, cuando Qatar compró acciones en el mercado. China ha informado que está interesada en incrementar su participación en Blackstone por la misma razón.Los apalancados inversores de fondos soberanos también cuentan a menudo con los bancos occidentales para que les ayuden a realizar sus operaciones. Esto es particularmente cierto en el Golfo donde los bancos regionales y locales carecen de experiencia y peso. Allí, los grandes bancos extranjeros han necesitado coordinar esfuerzos financieros por encima de los 500 millones de dólares.Cuando Qatar estuvo ponderando una oferta de 12.000 millones de libras por la cadena de supermercados británica J. Sainsbury el año pasado se dirigió a Credit Suisse para que liderara la financiación. De igual modo, la adquisición de DP World por P&O fue asesorada por Deutsche Bank, en el cual Dubai International Financial Centre sólo tiene una participación del 2,2%. Mientras que las economías del Golfo y de Asia continúen creciendo, es poco probable que estas inversiones vayan a detenerse. Por Una Galani

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