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Perspectivas económicas

Una crisis que aún no tiene fecha de caducidad

El crac financiero agravará el enfriamiento económico mundial a un grado difícil de delimitar, pero los expertos creen sentadas las bases para reconducir la recesión.

La crisis financiera global y las previsiones que se precipitan sobre el panorama de la economía española no dan tregua: el PIB crecerá sólo un 1,2% en 2008 -frente a la previsión oficial del 1,8%- y retrocederá un 0,2% en 2009, según datos del Fondo Monetario Internacional. Desde el panel de expertos de Funcas -servicio de estudios de las cajas- se prevé una contracción del 0,5% en 2009. De la mano de ese menor crecimiento vendrán nuevos aumentos del paro, que conllevan una reducción del consumo interno, y la incertidumbre respecto a cuándo llegará el cambio de ciclo.

Hay más datos que apuntan en la dirección de que la crisis aún no tiene fecha segura de caducidad: la caída de ventas de automóviles y otros bienes de consumo duradero y no cíclico, así como la creciente presentación de expedientes de regulación de empleo en varios sectores productivos. También el inmenso stock de viviendas por vender -acabaremos 2008 con más de un millón de casas nuevas vacías-, lo que retrasa la reactivación de un sector que ha sido motor de la economía y del empleo, aunque causante de desequilibrios.

En esta línea, los datos de Funcas apuntan a que el consumo se sigue debilitando y que caerá un 0,4% en 2009.

Pese a las características específicas de la economía española, los expertos señalan que la salida no va a ser individual, y más después de la hecatombe bancaria a la que el mundo ha asistido: o hay una solución global o nos enfrentamos a una recesión para la que no hay tantos ejemplos en la historia.

El shock financiero más peligroso que haya afectado a los mercados desde la década de los años treinta del siglo pasado -en palabras del Fondo Monetario Internacional (FMI)- está restando posibilidades de crecimiento, al menos en 2008 y para el próximo año, a todo el orbe. Credit Suisse calcula que la parálisis del mercado de crédito resta un 3% del PIB a las economías desarrolladas. Como todos los factores se retroalimentan, en esta semana los malos datos económicos de Estados Unidos han cortado en seco el rebote de las Bolsas.

En este contexto, el FMI ha reducido las proyecciones de crecimiento del PIB mundial al 3% para 2009, con recesión para las áreas desarrolladas y las emergentes aportando un crecimiento menor que en años anteriores. La recuperación se produciría a finales de 2009.

Ahí está la incógnita. Algunos expertos se preguntan si estas estimaciones, no demasiado positivas, tendrán que revisarse a la baja en los próximos meses, aspecto que incluso el organismo que dirige Dominique Strauss-Kahn se plantea en caso de que la salvación del sistema financiero no logre el éxito esperado. Para José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, otro tema que resta coherencia al informe presentado por el FMI es que se ha realizado con unos parámetros -el petróleo a 100 dólares el barril y el euro a 1,50 dólares-, difíciles de predecir dada la elevada volatilidad de estas variables. Además, dado que los problemas actuales suponen un cambio radical de la economía mundial, las proyecciones y los modelos pierden validez.

Cambio de ciclo

Aunque Díez se muestra moderadamente escéptico sobre las posibilidades de realizar previsiones certeras hasta dentro de unos meses, señala que Intermoney prevé un crecimiento mundial en el entorno del 2,5%, así como una caída del PIB del 0,6% para España en 2009; en ambos casos algo más negativas que las del FMI.

Xavier Segura, director del servicio de estudios de Caixa Catalunya, manifiesta que hay muchos factores que empujan la economía global a la baja y que el cambio de ciclo, aunque ya se preveía con antelación, tiene más consistencia de la esperada al estar agravado por la falta de liquidez de los mercados. 'Se está convirtiendo en una distorsión y un elemento de incertidumbre sobre las economías', argumenta.

Robert Tornabell, profesor del Esade, cree que el FMI puede estar pecando de optimismo y, como casi todos los organismos especializados y economistas, señala que, en realidad, ya estamos en recesión en gran parte de los países desarrollados, incluida España. 'No veo la salida a corto plazo. La economía mundial es un campo de minas, y no sabemos dónde se puede y no se debe pisar', afirma.

Los expertos de UBS han rebajado las previsiones del crecimiento mundial al 2,2%, frente al 2,8% previo para 2009. Añaden que la depresión en Estados Unidos y Gran Bretaña va a ser más honda y larga de la prevista. Para la eurozona pronostican recesión, con una subida del PIB de sólo 0,3% para el próximo año.

Con la idea de que la mayor parte de los interrogantes no tienen aún respuesta y que no se puede cuantificar ni si la crisis arañará aún más crecimiento al mundo, los expertos se muestran medianamente animados por otros factores. Y empezando por la capacidad que ha mostrado Europa en los últimos días para afrontar la debacle financiera: tanto para tomar decisiones como para aprobar los desarrollos normativos precisos para implementarlas. Incluso son más optimistas desde que el secretario de Estado del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, ha optado por copiar el plan de Gordon Brown para salvar los bancos con inyecciones de capital.

Fernando Eguizadu, vicepresidente del Círculo de Empresarios, señala que el grave problema inicial que pesa sobre la actividad general -la desconfianza entre los bancos que impide que llegue liquidez a empresas y familias- 'está razonablemente encauzado'. No obstante, afirma que para que esa atmósfera positiva se consolide es preciso que se ajusten a la baja la valoración de algunos activos -como los inmobiliarios- de los balances de bancos y cajas.

Pese a ese paso positivo que evita males mayores, Eguidazu está con los que opinan que ahora es difícil ir más allá respecto a la amplitud y duración de una recesión que ya estamos viviendo.

'Lo menos importante no es saber si el PIB global va a crecer unas décimas por encima o por debajo del 3% previsto por el FMI para 2009. Lo relevante es si estas medidas allanan el camino al crecimiento posterior', se señala desde una entidad bancaria española. Añaden que la falta de acción hubiese conducido al estancamiento durante años. Como afirma José Carlos Díez, se está evitando el colapso y una fuerte recesión, que habría supuesto una caída del PIB mundial superior al 2% en 2009.

Xavier Segura valora, asimismo, los planes aprobados. 'La estabilidad financiera es un paso previo a la recuperación. Es un tema prioritario para pasar a la fase siguiente: si se confirma el desbloqueo de la liquidez, se ratificará que la economía cambia de signo', destaca.

Pero queda camino por recorrer. El economista jefe de Intermoney agrega que hace falta que las medidas lleguen a las sucursales bancarias y a la economía real, para que la inversión, el consumo y los mercados se animen.

En esta línea se pronuncia Álvaro Lisson, consultor de AFI, quien cree que el riesgo de que el mundo financiero siga funcionando bajo mínimos y que se mantenga la restricción del crédito se ha acotado. 'Parece que el peligro está más controlado, que ahora hay menos posibilidades de fracaso. Las últimas sorpresas han sido positivas', manifiesta. No obstante, añade que habrá que ver cómo funciona el sistema para que los bancos accedan a la liquidez y luego se las aporten a las empresas y a los ciudadanos.

Más datos positivos

Con todo hay más aspectos positivos en el horizonte, aunque en parte se produzcan como consecuencia de las previsiones de caída del consumo. Se trata del descenso de los precios de las materias primas, especialmente el petróleo, lo que se traduce en menos tensiones inflacionistas y en la posibilidad de un recorte adicional de los tipos de interés. El fantasma de la deflación, así, se aleja. Desde el FMI se añade que la grave crisis del sector residencial de EE UU, uno de los factores de la recesión, tocará suelo en los próximos meses.

Advertencias de la Fed y más deuda pública

Cada semana y, a veces, cada día, un organismo de dimensión nacional o internacional aporta novedades, todavía muy impactadas por la crisis, que se suman a las anteriores y que suelen influir en unas asustadas Bolsas. La Fed ha puesto esta semana sobre la mesa datos sobre la desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos, así como la caída de las ventas minoristas, la mayor de los tres últimos años. Esta realidad se refleja en el libro beige del banco central estadounidense, en el que se admite el posible repunte del paro y de un mayor deterioro del consumo. Y su presidente, Ben Bernanke, señaló que, aunque se estabilicen los mercados financieros, la recuperación económica general no ocurrirá de inmediato. Y un día después, un índice clave sobre la actividad industrial de Filadelfia -la zona norte de la costa Este de Estados Unidos, mostró el fuerte desplome de octubre.Por otro lado, aunque todavía no sea el momento para centrarse en los efectos que sobre las cuentas y los balances públicos tendrán la serie de ayudas aprobadas por los Gobiernos para sacar a flote el sistema, algunos economistas empiezan a señalar que podría ser necesario relajar algunos de los compromisos asumidos en el Plan de Estabilidad por los países comunitarios. Fernando Eguidazu, del Círculo de Empresarios, señala -refiriéndose al caso español- que no aumentará el déficit público, al no ir las medidas vía Presupuestos del Estado, pero sí incrementará la deuda pública emitida, lo que puede traducirse en un encarecimiento de la misma.

El aumento del paro, el efecto más perverso de la crisis

La fase de destrucción de empleo podría continuar en 2009. æpermil;sta es la frase más repetida por los economistas al referirse a Estados Unidos, Europa u otros países desarrollados. Pero los datos presentados por el FMI son especialmente adversos para España, para quien prevé que el desempleo se acerque el 15% en 2009. Sería el único país del mundo desarrollado con dos dígitos en ese indicador. Esta eventual trayectoria ya se refleja en el sentimiento ciudadano. Los últimos datos del CIS del barómetro de septiembre señalan que la preocupación de los españoles por el desempleo se ha disparado, hasta ser considerado el principal problema para el 62,2% de los ciudadanos. Según Fernando Eguidazu, cuando el sector inmobiliario recupere a la normalidad no volverá a la fase anterior en la que se iniciaba la construcción del unas 800.000 viviendas al año. 'Serán del orden de las 400.000, por lo que otros sectores tiene que tomar el relevo para evitar que se siga destruyendo empleo. Pero sin abordar los problemas de competitividad que tiene las empresas españolas, ese recambio no va a ser posible', destaca.Pero el problema no es exclusivamente español. El paro en Reino Unido experimentó en septiembre la mayor subida desde hace 17 años - en pleno proceso de recesión -y alcanza ya el 5,7%.

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