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Tribuna
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Un plan coordinado entre países

La tormenta financiera ha hecho despertar a los Gobiernos. Sin embargo, ante la necesidad de adoptar soluciones rápidas e inmediatas, las reacciones de los Gobiernos no han sido ajenas a la improvisación y a la falta de coordinación. Así ocurrió con el Plan Paulson, cuya propuesta se resumía en cuatro folios plagados de ambigüedades y desligados de cualquier intento de coordinación con otros Tesoros. Unilateral e improvisada fue también la decisión irlandesa de elevar la garantía de depósitos en bancos irlandeses. Muchos la consideraron competencia desleal, reminiscencia de antiguas devaluaciones competitivas, pero las críticas no evitaron que otros Gobiernos adoptaran medidas similares para evitar la fuga de capitales en busca de mayores garantías (ante la falta de cooperación, el tonto el último es la predicción inevitable del dilema del prisionero).

En el seno de la UE también ha habido propuestas similares a las de Paulson; por ejemplo, la propuesta del Gobierno francés, que más tarde rechazaría Alemania.

Después de varias semanas de improvisación y unilateralismo, parece que estamos alcanzando una nueva etapa en la solución de la crisis: el consenso sobre la necesidad de adoptar planes globales y coordinados entre todos los países.

¿Por qué es necesario un plan coordinado entre países? Partamos de una descripción muy simplificada del sistema bancario, pero ilustrativa de los fenómenos que estamos presenciando. Los ahorradores depositan su dinero en los bancos, que éstos utilizan, junto a otros fondos obtenidos en el mercado interbancario, para conceder créditos a los inversores; éstos alimentan al proceso productivo, crean empleo, que en última instancia generará el ahorro del que se seguirá alimentando esta cadena. Pero si los ahorradores deciden retirar los ahorros de ciertos bancos, o si el dinero no circula en el mercado interbancario porque los bancos no se prestan entre sí (bien por desconfianza o por falta de capital), la cadena se rompe. Por otra parte, los bancos, a la ahora de conceder créditos, tienen en cuenta la relación entre recursos propios y el de volumen de crédito que conceden, de tal modo que un incremento de los primeros aumenta el nivel de actividad y, así, el volumen de créditos concedidos.

Esta descripción del sistema financiero, aunque simplificada, permite analizar los problemas y posibles soluciones. Cualquier plan necesita ser integrador, y dar soluciones a todas las partes de puzle; no basta con tomar medidas parciales, como garantizar depósitos en un solo país. El plan necesita ser coordinado entre un grupo amplio de países; no basta con tomar medidas unilaterales. La capitalización de un banco inglés no restablece la confianza en el mercado interbancario porque los bancos ingleses son sólo una fracción de ese mercado.

¿Qué objetivos debe perseguir el plan, dadas las condiciones actuales del mercado? Primero, la capitalización de los bancos. Sería necesario un mandato general por parte de un grupo amplio de Gobiernos (UE + EE UU) que obligue a los bancos a elevar su capital bien a través de dinero público, bien a través de una combinación de dinero público y privado. La capitalización a través de dinero público está más justificada que la compra con dinero público de activos tóxicos (o no tóxicos). Además la entrada de dinero público permitiría resolver problemas de gobierno corporativo que ahora mismo tienen un importante coste político.

Segundo, es necesario aliviar los balances de los bancos a través de permuta temporal de deuda (deuda del Tesoro a cambio de activos en los balances de los bancos) u ofreciendo la garantía del Estado para la emisión de nueva deuda por parte de los bancos. Este segundo aspecto sería más fácil de llevar a cabo si cumple el primer punto, gracias a que la participación de dinero público compraría un asiento en los consejos de administración, y así introduciría una mayor transparencia.

Tercero, es necesario ofrecer medidas que apoyen la reactivación del mercado interbancario. Si las medidas primera y segunda se llevan a cabo de modo coordinado entre un grupo de países, tendría como resultado bancos más capitalizados y solventes, lo cual mitiga los dos grandes problemas del mercado interbancario (desconfianza y descapitalización). Existen otras alternativas que se pueden usar como un mandato general a los bancos centrales para que actúen como un agente más en el interbancario o como una cámara de compensación garantizando contrapartidas.

Por último, es importante dar garantías suficientes a los ahorradores de modo coordinado entre países, bien con garantías de depósitos para fondos depositados en bancos u otros fondos de garantía con alcance a otros mercados de dinero.

A fecha de hoy, quizás el plan más integrador sea el propuesto conjuntamente por el Gobierno y el Banco de Inglaterra. Sin embargo, al no ser un esfuerzo coordinado, su eficacia puede verse debilitada. El reciente acuerdo de presidentes de la UE aspira a ser un plan integrador y coordinado, pero se echa en falta el compromiso de que las medidas acordadas a disposición de los Gobiernos sean efectivamente aplicadas por todos los países.

Juan Toro. Socio director de Transmarket Spain

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