La Fed extiende la ayuda a las empresas con la compra de su deuda
La Fed volvió ayer a hacer gala de su iniciativa y de la necesidad de innovar en esta crisis que está rompiendo todas las ortodoxias.
La caja de herramientas con que la Reserva Federal está tratando de parar la hemorragia de los mercados está cada vez más llena. Ayer incluyó un nuevo instrumento, la Comercial Paper Funding Facility (CPFF), con el que tratará de proveer más liquidez al intervenir directamente, mediante compras, en el mercado de la deuda a corto plazo (comercial paper) con la que las empresas hacen frente a sus necesidades de financiación corriente.
Esta deuda ha estado prácticamente congelada en las últimas semanas, y ni siquiera la aprobación de la masiva intervención que prepara el Tesoro, con la compra de activos ilíquidos de instituciones financieras, ha podido aliviar la desconfianza que reina en este vital mercado financiero. Muchas empresas han tenido que abrir líneas de crédito con la banca, más caras, o pagar unos tipos de interés muy elevados por deuda de muy corto plazo (uno o siete días), pero para la banca y el resto de las entidades financieras la situación está mucho más tirante.
La disposición de la Fed a comprar deuda a corto plazo (tres meses) no asegurada directamente por parte de los emisores presenta potenciales problemas para la autoridad monetaria. Normalmente, la Fed puede hacer préstamos a bancos y a instituciones financieras, pero lo hace a través de la ventanilla de descuento y mediante la TAF, una herramienta para inyectar capital en el mercado. A cambio, la autoridad monetaria recibe avales. Ahora, sin embargo, no será así, aunque recaudará comisiones por parte de los emisores de este papel.
Las autoridades no dieron ayer detalles de hasta dónde se va a llegar, ni de la cantidad que se va a comprometer por parte de la entidad que preside Ben Bernanke, pero sí explicaron que el Tesoro hará un depósito para dar soporte financiero a esta medida. Es decir, más dinero público para desatascar al estrangulado mercado de crédito. Según el comunicado de la Fed, su participación eliminará el riesgo de determinados emisores de deuda, de tal manera que los 'inversores puedan, de nuevo, comprometerse en el circuito de la deuda a corto'.
Esta herramienta deja a Bernanke en una delicada situación, ya que por un lado tiene una cartera de activos que proteger y por otro lado decide políticamente sobre los tipos de interés y las medidas de estímulo a la economía, que pueden entrar en conflicto con sus intereses como tenedor de deuda.
Sobre el papel, la autoridad monetaria no tiene capacidad para hacerse con activos que puedan resultar en pérdidas, aunque ya lo hizo cuando adquirió los activos tóxicos de Bear Stearns. En esa ocasión se puso en marcha una entidad de objeto especial, que tiene en su cartera los 29.000 millones de dólares en activos que se comprometió a asumir la Fed.
Bajada de tipos
Con todo, todas las medidas que la Reserva Federal está poniendo en movimiento para dinamizar el mercado de crédito -incluida la ampliación de las inyecciones de liquidez anunciada el lunes- pueden no ser suficientes para detener un mayor contagio de la crisis de los mercados a la economía real. Por ello, Bernanke dijo ayer en un discurso en Washington que el comité abierto está dispuesto a rebajar tipos, ahora que la amenaza de la inflación está más que relativizada.
Tras exponer la complicada situación macroeconómica de EE UU, Bernanke señaló que la Fed 'necesitará considerar si su actual posición en cuanto a la política monetaria sigue siendo apropiada'. Los inversores han apostado por una rebaja de medio punto sobre el 2% actual. La Fed se reune los días 28 y 29 de este mes, pero no se descarta que haya una reunión extraordinaria.
Los reguladores estudian dividir Wachovia
La guerra entre Citi y Wells Fargo por el control de Wachovia ha entrado en una tregua en la que los bancos están negociando, con la asistencia de la Fed, dividirse el banco. La division es complicada, más aún porque el hecho de que las ofertas de Citi y Wells Fargo son muy distintas. Citi ofreció el 29 de septiembre 2.160 millones de dólares por el negocio de banca comercial de Wachovia, dejando al banco la de inversion y la gestora de fondos. El acuerdo fue intermediado por las autoridades, y Citi dio liquidez a Wachovia, asegurando su viabilidad. A cambio, el fondo de garantía de depósitos se hacía con parte de las pérdidas potenciales del banco. Cuatro días después, Wells Fargo lanzó una oferta por el 100% por 14.500 milliones de dólares, sin necesidad de ayuda pública. Los bancos se han demandado en tres instancias judiciales.