Algunas lecciones que deja la historia
Los mercados tienden a responder de manera favorable a las iniciativas que tratan de atajar el origen de los problemas.
Llega el momento de actuar. La aceptación de los activos tóxicos que inundan el sistema financiero, parte del multimillonario plan de rescate propuesto por el gobierno de EE UU, es un primer paso para tratar de devolver la estabilidad al mercado. La historia de las últimas cuatro crisis bancarias refleja que los mercados suelen responder de manera favorable a iniciativas como esta que tratan de atajar la raíz de los problemas. Los bancos domésticos tienden a repuntar un 148% de media en un año tras la aprobación del plan, según UBS.
Gran depresión. Agencias estatales al rescate
La Gran Depresión (1929-1939) es hasta la fecha la crisis más prolongada que ha sufrido EE UU. Su inicio se asocia al crac bursátil del 29 de octubre de 1929. El desplome de las materias primas trajo consecuencias nefastas para la economía. El comercio se ralentizó y la situación empeoró por la caída del consumo, la deflación de precios y el aumento de la morosidad. Un cóctel explosivo que derivó en la contracción crediticia, un parón de la inversión y una gran crisis de confianza que disparó las bancarrotas. El Gobierno de EE UU creó la agencia Home Loan Corporation para ayudar a estabilizar el mercado inmobiliario. Entre 1933 y 1936 facilitó la refinanciación de deuda hipotecaria con préstamos a tipo fijo para evitar que millones de propietarios perdieran sus viviendas. Al mismo tiempo ayudó a los bancos con problemas al adquirir hipotecas fallidas a cambio de bonos para después refinanciarlas en condiciones más favorables. Muchos bancos recibieron menos que el valor de sus carteras hipotecarias. Otra iniciativa llegó en 1932 con la creación de la Reconstruction Finance Corporation, una agencia que proveía liquidez al sistema a cambio de acciones preferentes. Una vez que los ratios de capital superaron el 10% los bancos pudieron recomprar sus títulos.
'Saving & Loans' en EE UU. Compra de activos malos
La crisis del sistema bancario en EE UU transcurrió entre 1986 y 1995. La financiación de la deuda a largo plazo con depósitos a corto, una práctica habitual en la década de los 70, provocó problemas de solvencia en bancos y cajas. Los políticos, lejos de atajar el problema, relajaron las restricciones de capital en los años 80 y la normativa contable hasta el punto de que muchas entidades buscaran inversiones cada vez más lucrativas y arriesgadas. Se cometieron excesos, se relajaron los requisitos para conceder préstamos y todo ello desembocó en el pinchazo del sector inmobiliario. En agosto de 1989 se aprobó una ley para reestructurar la industria y se creó la Resolution Trust Corporation con el objetivo de vender los activos problemáticos de la banca para recuperar lo máximo posible, minimizar el impacto de estas transacciones en el mercado financiero e inmobiliario y maximizar la disponibilidad de viviendas residenciales. Más de 30.000 propiedades se pusieron a la venta, pero se tardaron 15 años en limpiar del todo el sistema.
Crisis bancaria sueca. Dinero público para ayudar
La crisis bancaria sueca se fraguó a partir de la relajación de las condiciones crediticias en 1985. Una situación que disparó la concesión de préstamos, la escalada de los mercados y la apreciación de la vivienda. La crisis se desató cuando el incremento de los tipos de interés y la subida de impuestos pinchó la burbuja inmobiliaria. En septiembre de 1992 el gobierno rescató el sistema bancario. El dinero público ayudó a garantizar depósitos y préstamos. Tres meses después se generó un fondo de 14.000 millones de dólares para reestructurar el sistema, se rescató a Nordebanken y se creó una compañía gubernamental llamada Securum que acogió sus préstamos malos.
El ejemplo japonés. La consolidación
La burbuja de activos que se generó en Japón en la década de los 80 se vio sucedida por una contundente caída de precios en los 90 que culminó en una crisis sistémica en 1997. Un periodo prolongado de deflación con un crecimiento económico débil disparó la morosidad y las bancarrotas. Una regulación laxa intensificó la toma de riesgos, ahondando los problemas. Los rescates bancarios y las recapitalizaciones con dinero público desataron la consolidación del sector. En unos casos se inyectaron fondos mediante la compra de acciones, en otros se liquidaron bancos y en ocasiones se transfirieron las operaciones a bancos con fondos estatales. Japón también creó una agencia para acelerar la recuperación de los préstamos malos. Limpiar el sistema llevó 15 años.
Claves. La lucha contra los excesos
Qué ha pasado1. Las malas prácticas bancarias, un control del riesgo pobre, una excesiva relajación en la concesión de préstamos, además de un desequilibrio entre los activos a largo plazo y las necesidades de financiación a corto son algunas de las características que se han repetido en las últimas crisis bancarias. Situaciones que han derivado en burbujas en el sector inmobiliario y problemas que se suelen agravar por errores regulatorios. En esta ocasión las agencias de rating copan las críticas.Qué se espera2. Los rescates del pasado han consistido en la creación de compañías o agencias, generalmente estatales, cuyo objetivo ha sido gestionar las empresas dañadas para tratar de evitar liquidaciones en cadena. Los planes de ayuda generalmente han venido acompañados de recapitalizaciones bancarias y la consolidación del sector. El periodo de recuperación en las últimas crisis ha sido muy variado. En los mejores casos ha durado unos dos años y en los peores 15.Qué hacer3. El problema actual es muy complejo porque el grado de apalancamiento de la industria financiera no tiene precedentes y afecta a entidades de todo el mundo. Por ello, una intervención gubernamental en EE UU resulta inevitable para evitar la crisis sistémica. La historia sugiere que la indecisión política prolonga la inestabilidad del sector financiero y de los mercados por lo que una respuesta rápida es lo más deseado.