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Hacia un nuevo orden financiero

Barclays ultima la compra del negocio de corretaje de Lehman John Thain

El consejero delegado de Lehman, Richard Fuld, sigue negociando la venta de las piezas del banco no incluidas en la quiebra instada el lunes, el negocio de corretaje y de gestión de activos. Barclays negocia comprar la primera de estas unidades por 2.000 millones de dólares. Goldman Sachs cerró el trimestre con una caída del beneficio del 70%, y Morgan Stanley adelantó un día el anuncio de su buen resultado, ya que sólo ganó el 3% menos, 1.430 millones de dólares.

El banco británico Barclays era junto con Bank of America el clavo ardiendo que le quedaba a Lehman. Pero ninguna de las dos firmas quisieron comprar la firma de Fuld, ni entera ni por partes, si no había ayuda financiera pública como tuvo JPMorgan cuando compró Bear Stearns. Ahora sin embargo, Barclays está interesada en la compra de la unidad de corretaje y por ello negocia con Fuld hacerse con ella por unos 2.000 millones de dólares (unos 1.460 millones de euros), según informó ayer The Wall Street Journal.

A últimas horas de la jornada, la cadena CNBC informaba que la compra podría cerrarse hoy mismo y que Robert Diamond, presidente de Barclays, había dicho ya a los empleados que 'van a tener un nuevo socio'.

La compra de este negocio permitiría al banco británico ganar más presencia en Wall Street, algo que repetidamente ha dicho que quería hacer y que fue de hecho lo que movió al secretario del Tesoro, Henry Paulson, a llamarle a la mesa de las negociaciones para la venta de Lehman el fin de semana.

Goldman rebaja su rentabilidad sobre recursos propios

Si, se hace con estos activos, Diamond añadiría a su plantilla de 134.000 empleados unos 10.000 más de Lehman, y edificios de la firma. Lo que Diamond evita ahora es hacerse con las obligaciones del balance dejado por Fuld. La negociación es fluidas y no hay seguridad de que se pueda cerrar la venta.

Una de las dificultades de la compra está la situación de Barclays en Reino Unido, un país donde, al igual que en EE UU, se está viviendo una severa crisis en el mercado de la vivienda del que tan dependiente se ha hecho la banca de inversión y comercial. Antes que crecer en EE UU o en ningún otro sitio con un negocio que pasa por un momento delicado, Diamond ya ha dicho en repetidas ocasiones que su prioridad es deshacerse de activos comprometidos.

La situación de la banca de inversión es más delicada que nunca y evidencia de ello es que Goldman Sachs presentó sus peores resultados desde su salida a Bolsa. La entidad presidida por Lloyd Blankfein presentó ayer una caída del beneficio del 70% en el trimestre cerrado el 29 de agosto. En concreto, el neto del banco que más riesgo ha asumido y que mejor lo ha gestionado, quedó en 845 millones de dólares (unos 597 millones de euros) frente a los 2.850 millones de dólares del año anterior. Los ingresos cayeron un 51% para quedarse en 6.040 millones de dólares.

Tras estas cifras hay una caída del 40% en los ingresos del negocio de banca de inversión y hasta un 56% menos en operaciones de fusiones y adquisiciones, algo lógico por la caída de esta actividad que no dejó de crecer en 2006 y 2007 gracias a un alto apalancamiento que ahora pasa su factura. Entonces, los beneficios fueron récord. Las siempre rentables operaciones en renta fija, divisas y materias primas también registraron una rebaja de ingresos del 67%.

Goldman ha tenido que rebajar el valor de activos relacionados con su deuda hipotecaria y otros préstamos por un total de 1.100 millones de dólares. La rentabilidad sobre los fondos propios se rebajó hasta el 7,7% frente al 20,4%. Solo Goldman y Morgan Stanley, que adelantó ayer un día la presentación de sus buenos resultados (1.430 millones, el 3% menos), se mantienen como bancos de inversión y corretaje independiente. Ayer, en una conferencia con analistas, sus ejecutivos rebajaban peso a las declaraciones de Ken Lewis, presidente de Bank of America, quien dijo que no veía futuro en este negocio de forma independiente.

En Goldman dijeron que no comprarán un banco comercial para asegurarse una mayor base de capital. Muchos analistas, entre ellos Nouriel Roubini, coinciden con Lewis.

Duro golpe a la economía de Nueva York

'Hoy es un día triste e impactante. Miles de personas han perdido su trabajo y otras muchas no tienen asegurado su futuro. Cada empleo en Wall Street genera otros puestos de trabajo, pero esta premisa también funciona en sentido inverso'. Así comenzaba el sombrío mensaje que el alcalde de Nueva York, Michel Bloomberg, dirigió el lunes a sus conciudadanos.Alrededor de un 23% de los salarios de la Gran Manzana están destinados a los empleados de la industria financiera, por lo que el colapso de varios bancos de inversión, así como los despidos en otras instituciones, van a suponer un duro revés para la ciudad.De acuerdo con varios estudios económicos, cada empleo que se crea en Wall Street da lugar a otros tres puestos de trabajo en otros sectores (entre personal administrativo, restauración, concesionarios de coches o decoradores de interiores), por lo que la quiebra de Lehman Brothers va a pasar factura a la economía de la capital financiera de Estados Unidos.En lo que va de año, Wall Street ha perdido ya 25.000 puestos de trabajo. Tras los sucesos del lunes, esta cifra podría aumentar en otras 10.000 personas rápidamente. Si se cumple la premisa de uno a tres, hay más de 130.000 puestos de trabajo que pueden estar peligrando. Otra consecuencia del hundimiento de Lehman es su impacto en el fondo de pensiones de la ciudad de Nueva York, que habían invertido 15 millones de dólares (10,6 millones de euros). No obstante, estos activos representan 'un minúsculo porcentaje', según el propio Bloomberg, de los 100.000 millones de dólares que acumula el fondo.

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