La supervivencia del gigante de los seguros AIG depende de un crédito de la Fed
AIG caminaba ayer sobre el filo de la navaja tratando de evitar el destino al que se vio abocado este fin de semana Lehman Brothers, es decir, la quiebra.
La mayor aseguradora del mundo necesitaba ayer desesperadamente captar más de 75.000 millones de dólares para recapitalizarse y, a cierre de esta edición, la única esperanza que tenía de hacerse con esta importante cantidad era que la Reserva Federal le concediera un crédito puente que hasta ahora ha sido reacia a conceder. De no obtenerlo, AIG podría instar su quiebra hoy con repercusiones devastadoras para la industria financiera en todo el mundo, según declaró ayer el gobernador del estado de Nueva York, David Patterson.
Analistas, economistas y políticos están presionando para que la Fed intervenga recordando el riesgo sistémico que implica la caída de esta institución que tan preocupado tiene al mundo financiero. AIG es de lejos la mayor aseguradora del riesgo de la banca y tiene una cartera de credit default swaps (contratos de protección frente a impagos) valorada en 441.000 millones de dólares. Estos seguros se han vendido a entidades financieras de todo el mundo y si AIG no puede cumplir su parte del contrato, estas tendrán que hacer más provisiones en un momento en el que el riesgo es más elevado que nunca tanto en el sector hipotecario como en el de consumo.
'Este es un problema catastrófico si somos incapaces de contenerlo', dijo ayer Patterson, que a última hora de la noche se mostraba 'optimista' sobre un acuerdo para el rescate.
Las aseguradoras europeas dicen que no tienen los mismos problemas
Por su actividad, AIG una aseguradora con activos valorados en 1,06 billones de dólares, no cae dentro de la órbita de supervisión y regulación de la autoridad monetaria y tampoco puede acudir a la ventanilla de la Fed para acceder a la liquidez que esta institución a puesto a disposición de la banca de inversión y comercial. La Fed de Nueva York, que tiene contratado los servicios de Morgan Stanley y un bufete para estudiar si conceder o no este préstamo, estuvo ayer reunida estudiando esta situación. Patterson y tenedores de sus pólizas fueron los que pidieron a la Fed que reconsiderara todas las posibilidades para evitar el riesgo sistémico que se podría desatar con la caída de esta firma.
El papel de Patterson está siendo vital porque él es quien controla al regulador de la aseguradora, una actividad regulada a nivel estatal y no federal. El lunes, su gobierno accedió a que la empresa hiciera una transferencia de capital de algunos de sus negocios para poder empezar a capitalizarse y cumplir con la obligación de obtener 40.000 millones de dólares. Esta operación resultó insuficiente el lunes por la noche porque las agencias de rating recortaron la calificación de la deuda de AIG elevando su obligación de captar capital por encima de los 75.000 millones de dólares con los que asegurar el cumplimento de sus obligaciones. AIG está ahora dispuesta a vender activos para financiar la solución a sus problemas pero ahora carece de tiempo. El valor de AIG ha perdido en lo que va de año un 94%.
El Tesoro y la Fed se han resistido a usar los mecanismos del estado para resolver esta crisis, calificada de 'armagedón' por parte de algunos analistas.
Negando ayuda a Lehman Brothers, ambos responsables pusieron un límite a la intervención estatal después de comprometerse antes con Bear Stearns, Fannie Mae y Freddie Mac. Como alternativa, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, pidió a un consorcio de bancos liderado por JPMorgan y Goldman Sachs que formara un fondo de 75.000 millones para que AIG pudiera tomar prestado. La banca fue incapaz de encontrar la solución.
Hank Greenberg, el ex presidente de AIG, el hombre que durante 35 años la dirigió mandó ayer una carta al consejero delegado de la aseguradora, Robert Willumstad, reiterando una oferta de ayuda y asegurando que podría intentar tomar el control de la compañía mediante una compra. Greenberg, que posee el 11% de la firma, ha visto como su cartera ha perdido casi 3.100 millones de dólares en una semana.
En una entrevista con CNBC, Greenberg se veía sobrepasado por los acontecimientos en los que se ha visto envuelto esta aseguradora. 'Son problemas de liquidez, no de solvencia', insistía un Greenberg que pedía a las agencias de rating y a las autoridades más tiempo para solucionar los problemas. 'AIG es un tesoro nacional', decía.
En Bruselas, la patronal europea del sector asegurador se desmarcó ayer de los problemas de AIG y destacó que el modelo de negocio es muy diferente a uno y otro lado del Atlántico, informa Bernardo de Miguel.
'Las aseguradoras europeas tienen un flujo de ingresos diversificados con una mezcla de activos conservadores' señaló ayer en un comunicado Michaela Koller, directora general de CEA, la federación europea del sector. 'Por consiguiente', añadió Koller, 'es improbable que puedan verse muy afectadas por preocupaciones de liquidez a corto plazo'.
Washington Mutual se dispara en Bolsa por el interés de compra de JPMorgan
Las acciones de Washington Mutual (WaMu), la mayor entidad de ahorro de Estados Unidos, subieron ayer un 16% después de que varios analistas aseguraran que el gigante JPMorgan esta en conversaciones para comprar a la entidad estadounidense, que atraviesa serios problemas de viabilidad. El diario británico Daily Mail, aseguraba anoche que se esperaba que JPMorgan hiciera una oferta por WaMu. La acción ha perdido casi un 95% en 12 meses por el temor a sus inversiones en préstamos hipotecarios de riesgo. La firma ha reconocido que sus pérdidas por créditos para viviendas alcanzarán los 19.000 millones de dólares hacia el 2011 y muchos analistas creen que la firma finalmente tendrá que buscar un comprador o recaudar más capitales. El lunes, su calificación crediticia fue rebajada a nivel de 'crédito basura' por parte de la agencia Standard & Poor's.