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Tribuna
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Una sociedad armoniosa

Premios Aeca 2008. La aportación china a la responsabilidad social corporativa es el argumento del artículo merecedor del primer premio de la XIV edición de los galardones de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA), que se reproduce, adaptado, en esta página. Abajo, uno de los dos accésits premiados

Desde 2006, la doctrina oficial del Partido Comunista Chino persigue crear una 'sociedad armoniosa' (hexie shehui). El liderazgo de Hu Jintao, presidente de la República Popular China, reconoce así los nuevos problemas asociados a la extraordinaria expansión económica china. La economía crece, pero crecen también las tensiones derivadas de una mayor desigualdad social, daños medioambientales, problemas de salud pública, la diversidad étnica y los esfuerzos por desmantelar el sistema de empleo público conocido como cuenco de hierro para el arroz (tie fàn wan, término chino con el que se identifican aquellos empleos que garantizan seguridad laboral y una renta estable). Para los profesionales de la empresa, una de las repercusiones más destacadas de las nuevas prioridades del PCC es la introducción de conceptos y actitudes propias de la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa en el ámbito empresarial del país asiático.

Existen tres factores que hacen de la responsabilidad social de la empresa un concepto natural para la sociedad china: las formas de cognición social, las peculiaridades culturales de los pueblos del este asiático (derivadas de la herencia filosófica del confucionismo), y la interpretación que hace el régimen chino de la teoría socialista.

De acuerdo con la psicología cognitiva, al comprender, los occidentales tienden a entender el comportamiento social como motivado por actitudes individuales. Los individuos que pertenecen a culturas del este de Asia atienden a la armonía general en su interpretación de la realidad, comprendiendo el comportamiento social de acuerdo con las relaciones interpersonales, los roles y las circunstancias.

La responsabilidad social tiene en China un suelo fértil donde diversificar enfoques y prácticas

Influida por su herencia cultural, la sociedad china exhibe una perspectiva extraordinariamente pragmática hacia el futuro y sus integrantes construyen su identidad en función del sistema social. Las personas son especialmente conscientes del nosotros. El sentido de la vergüenza o la deshonra es de gran importancia pues los errores se reflejan no sólo sobre el individuo, sino sobre todo el grupo. Las normas y necesidades comunes se anteponen a las de la persona. En estos momentos, los valores tradicionales de la civilización china chocan con el individualismo de las formas económicas desarrolladas en Occidente.

Las tensiones sociales deben ser resueltas por un Partido Comunista Chino que ha aceptado la economía de mercado pero que, a la vez, no renuncia al socialismo como doctrina raíz de todas sus políticas. Los gobernantes chinos han hecho del pragmatismo y de la constante revisión del sistema de teorías que conforman el socialismo con características chinas la base de su Gobierno. La idea de desarrollo sostenible, que implica equilibrar las dimensiones económica, social y medioambiental del crecimiento, se ajusta a los objetivos del Partido Comunista de crear una sociedad armoniosa.

El Gobierno chino está llevando a la práctica todos estos conceptos con rapidez. En los últimos 12 meses, entre otras acciones, ha suspendido la concesión de préstamos a aquellas industrias más contaminantes y ha iniciado el primer censo de polución y despilfarro energético a escala nacional (para la elaboración del censo se han formado más de 400.000 encuestadores). La última Ley para las Energías Renovables establece que este tipo de fuentes de energía deben proporcionar, hacia 2020, un 15% del consumo energético. Pese a que, por el momento, no es una medida obligatoria, las principales empresas del Estado (Baosteel, Sinopec, State Grid…) han comenzado a publicar informes de sostenibilidad. En lo que respecta a la empresa multinacional, el primer ministro chino, Wen Jiabao, declaró recientemente que 'se limitará o prohibirá la inversión extranjera en proyectos que son de uso intensivo de energía o altamente contaminantes'.

De cualquier forma, la adopción de la responsabilidad social corporativa por parte del Gobierno chino puede mirarse con recelo. Las acciones del Gobierno son positivas desde un punto de vista objetivo pero no dejan de estar determinadas por un poder centralizado. El diálogo entre grupos de interés puede verse restringido por las limitaciones a la libertad de expresión.

Aun así, dentro del Partido Comunista y de la sociedad china existen corrientes de pensamiento en debate. Esto puede ser un buen punto de partida para considerar dicho diálogo como otra forma de relación entre stakeholders. La responsabilidad social de la empresa en China debe tomarse como un esfuerzo por armonizar la actividad empresarial con los intereses de la sociedad en su conjunto dentro de un sistema político diferente al imperante en Occidente.

La influencia que puede tener el desarrollo de la responsabilidad social corporativa en China sobre la teoría y la práctica del concepto a nivel mundial no debe subestimarse. La herencia cultural china y la naturaleza de su sistema político propiciarán grandes innovaciones en las formas de organización y gestión de la empresa. La responsabilidad social tiene en China un suelo fértil donde diversificar enfoques y prácticas. Dada la rapidez de los cambios en el país asiático puede que veamos las novedades muy pronto.

Pablo Nieto Martínez. Becario Icex en la Oficina Comercial de España en Shanghai y ganador del Premio AECA 2008

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