La sequía del crédito hace más daño a las pymes
El alza de tipos es asumible, pero la crisis crediticia provoca serios problemas en las empresas
No sólo los hipotecados sufren las alzas del euríbor. En el sector empresarial, aunque se financie de formas distintas, también pesa la subida de los tipos de interés de referencia, que han pasado de estar por debajo del 2,5% a rozar, esta semana, el 5,5%. La financiación de grandes y pequeñas empresas, sea a través de líneas de crédito de las que éstas disponen, de préstamos tradicionales o, en el caso de las empresas de gran tamaño, de emisiones negociadas en mercados organizados, se ha encarecido. Según el Banco de España, el tipo de interés medio de los préstamos y créditos a sociedades no financieras ha pasado del 4,77% de cierre de 2006 al 5,65% de marzo de 2008, una subida paralela al euríbor, con una prima que se ha mantenido en la zona de los 85 puntos básicos. Para las empresas con una facturación inferior al millón de euros está en el 6,17%.
¿Cuál es el coste para las compañías de esta mayor carga financiera? La Central de Balances, que recoge datos de 9.000 empresas españolas -el 32% de la producción total-, apunta que el año pasado el coste financiero creció el 35,3%. De este porcentaje, el 19,6% se debió al aumento de la deuda sobre la que se cobran los intereses y el 15,7% al aumento de éstos. Aún no hay datos sobre la cantidad, pero a cierre de 2006 el coste financiero era de 12.557 millones de euros. Un aumento del 33,6% son 4.219 millones, y 1.971 sólo de intereses.
El resultado bruto de explotación de las empresas creció a menor ritmo; si a cierre de 2004 los gastos financieros suponían el 13,7% de la suma de resultado bruto e ingresos financieros, a cierre de 2007 son ya el 22,5%. La carga financiera, no obstante, es sólo una parte del problema. 'La falta de financiación es mucho más perjudicial que el aumento de los tipos de interés', explica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. 'Las pymes se financian por tres vías: con sus propios flujos de caja, con los bancos y con los proveedores. Y en España los ajustes bruscos siempre han llegado por un efecto bola de nieve; si una empresa entra en suspensión de pagos deja de pagar a 10 proveedores, cada uno de éstos a su vez financia a otros 10, y así sucesivamente'. Ayer el INE informó del aumento del 83% en el volumen de los efectos comerciales impagados en abril sobre el mismo mes del año pasado, hasta 1.504 millones de euros, el 4,5% del total. Crédito y Caución, empresa que asegura los pagos de clientes a 30.000 empresas, confirma que, en general, la prima por protegerse de impagos comerciales ha subido: 'Es algo que depende del análisis concreto del riesgo de la cartera de clientes de cada empresa, y si el entorno empeora es lógico que, a nivel agregado, también varíe'.
La diferencia fundamental entre empresas y hogares es que éstos, aunque sufran el aumento de la hipoteca cada mes, tienen financiación a 25 o 30 años, no deben renovarla. Pero si a una empresa le vence un préstamo o si un cliente le deja de pagar, debe cubrir esa falta. Si el banco ha cerrado el grifo tendrá que sacar dinero de algún sitio, y eso puede conducir a ajustes de empleo, a nuevos impagados o a venta urgente de activos.
Rentabilidad positiva
Como recuerda Díez, los tipos de interés han subido pero no tanto como para superar el rendimiento de los activos. Es decir, a nivel agregado a las empresas aún les resultaría rentable pedir dinero prestado para invertirlo, pues el negocio compensa el coste. A cierre de 2007 la diferencia estaba en el 4,1%, frente al 4,8% de 2006, a partir de los datos de la Central de Balances.
'El impacto de los gastos financieros puede ser de 1,5 o dos puntos sobre la facturación. Se han duplicado desde 2006', apunta Ignacio Mur, profesor de política de empresa en Esade. Y señala que aquellas empresas que lo hayan hecho bien, captando financiación a largo plazo hace un tiempo, no tendrán tensiones. 'El que sigue tirando de corto plazo lo puede tener más complicado. Ahora, todo depende de la empresa y del proyecto. Si son buenos, pueden captar dinero, y hay aspectos positivos. La banca ahora está más dispuesta a invertir en empresas de, por ejemplo, tecnología'. Reconoce que 'hay sectores a los que se les ha puesto la cruz', como los inmobiliarios o los ligados a la promoción -azulejeras, otras auxiliares-, que lo tienen muy complicado para financiar.
Precisamente han sido estas empresas las que más han acudido al banco. Desde el cierre de 2004, año en que el euríbor marcó mínimo, el crédito bancario a actividades productivas no financieras ha pasado de 482.000 millones de euros a 962.000, según el Banco de España. Los servicios inmobiliarios, es decir, los créditos a promotores, han sido los que más han tirado: eran 16.000 millones en 1998, 70.000 en 2004 y 311.000 millones hoy. Pero también los demás sectores productivos han aprovechado, y mucho, el dinero barato. El sector servicios, excluidos los inmobiliarios, ha duplicado el volumen de dinero prestado; la construcción ha aumentado endeudamiento en el 150% en cuatro años y ya debe más que la industria (153.000 frente a 141.000 millones), donde el crecimiento se ha quedado en el 62%. Eso sí, en el primer trimestre de 2008 el crecimiento del crédito empresarial ha sido del 2,04%, el ritmo más bajo desde 2003.
Y el efecto de los problemas financieros, combinado con la crisis inmobiliaria, ha aumentado la morosidad. Ha pasado del 0,68% en el primer trimestre de 2007 al 1% este año, según el banco central. El máximo desde 2004, pero un nivel aún bajo en términos históricos. 'Habrá una criba de empresas', apunta Mur, quien añade que no es la primera vez se da una situación como ésta, aunque muchos empresarios no la hayan vivido. 'Esto va a hacer daño a aquellos empresarios que se creyeron eso de que es mejor trabajar con pocos bancos; hay que tener muchas líneas de financiación'.
El empacho de crédito en las promotoras
Abril fue el mes del goteo de aperturas de procedimientos concursales -antes conocidos como suspensiones de pagos- en promotoras inmobiliarias. El mercado se ha parado: de enero a marzo cayó un 38,6% el número de transmisiones de viviendas, según el INE, y algunas cotizadas han informado de caídas de hasta el 80% en las ventas de promociones. En ese contexto, las empresas del sector no tienen ingresos, pero al tiempo tienen que cumplir con los plazos de la deuda con la que han iniciado la construcción. Y eso con el acceso a crédito cerrado, pues la banca ya tiene suficiente exposición al sector. Se trata de un volumen de deuda de 311.000 millones de euros, que llevaba años creciendo a ritmos cercanos al 10%. Sin embargo, la morosidad en esta actividad es aún menor que para el conjunto de las empresas, el 0,9%, aunque se ha triplicado en un año. Empresas de calado como Lábaro o Cosmani ya entraron en concurso de acreedores, y otras como Habitat lo han rondado durante meses. Queda por ver cómo evoluciona el sector los próximos meses.