El esfuerzo de las grandes por refinanciar sus deudas
Las caídas en Bolsa obligan a ofrecer garantías adicionales
La época de tipos de interés en mínimos históricos del 2% ha dejado una incómoda herencia en los balances de las grandes empresas del Ibex. El crédito fácil propició una fiebre de operaciones corporativas y compañías constructoras e inmobiliarias no dudaron en asumir deudas millonarias que ahora pasan factura ante el vencimiento de las garantías de esos préstamos y la subida del euríbor.
Las grandes operaciones que han modificado el mapa energético español y el perfil de negocio de muchas compañías -como la toma de control de Endesa por parte de Acciona, la entrada de Sacyr Vallehermoso en el capital de Repsol, la de ACS en el accionariado de Iberdrola o la compra por parte de Ferrovial del gestor británico de aeropuertos BAA-, se fraguaron meses antes del estallido de la crisis subprime, pistoletazo de salida para la situación actual de endurecimiento del crédito y de desaceleración económica. Al cierre del pasado año, la deuda de inmobiliarias y constructoras equivalía a 3,08 veces su patrimonio, frente a las 1,57 veces de las empresas cotizadas no financieras, y a 10,83 veces su beneficio bruto de explotación (ebitda), de acuerdo con estadísticas publicadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Estos dos sectores empresariales, vinculados directamente al negocio del ladrillo, concentran más del 47% de la deuda total, frente al 10% con que contaban al principio de la década.
Durante el pasado año, la deuda bancaria neta de las compañías no financieras del Ibex aumentó el 10%, hasta los 230.468 millones de euros, si bien este crecimiento se ha moderado notablemente respecto al incremento del 160% acumulado desde 2004.
En cualquier caso, el beneficio neto de las empresas no financieras del Ibex creció el pasado año el 26%. Este avance supera holgadamente al registrado por el volumen de la deuda, del 10%, si bien los gastos financieros generados por esos créditos aumentaron el pasado año el 26,5% anual, hasta los 15.200 millones de euros. Y ante el alza imparable del euríbor, el coste de esa financiación no deja de crecer.
No hay que olvidar que este índice interbancario a 12 meses, principal referencia para las hipotecas a interés variable, ha pasado del 4,793% del dato oficial de diciembre al 5,439% que marcó en la sesión de este viernes.
La elevada deuda que soportan las empresas del Ibex está respaldada en muchos casos por el valor de las participaciones que se han adquirido gracias precisamente a esa financiación. Y en tiempos de turbulencias bursátiles como el actual y de pérdidas de valor en Bolsa, la pignoración de estas acciones se convierte en otro factor en contra de las empresas más endeudadas. Es el caso de Sacyr, que tuvo que pignorar a comienzos de año el 21% de la inmobiliaria Testa como garantía por la compra del 20% del capital de Repsol, si bien la recuperación en Bolsa de la petrolera ha permitido meses después la retirada de esas garantías adicionales. O el caso de Colonial, que ha sufrido un drástico cambio en su accionariado a consecuencia de su caída en Bolsa.
A finales de abril, Luis Portillo dejó de ser el principal accionista de la compañía inmobiliaria y sus títulos pasaron a manos de las entidades financieras con las que mantenía deudas. Así, Banco Popular, La Caixa, Bancaja, Caixanova, Banco Pastor y Caja Duero se han comprometido a permanecer al menos durante un año como accionistas de Colonial.
Ferrovial es otra de las empresas del Ibex que encara el peso de su deuda tras la compra del gestor de aeropuertos BAA. Ahora tiene pendiente el cierre definitivo de un crédito por un importe de 7.650 millones de libras (9.660 millones de euros).