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Orígenes

El ingeniero latinoamericano desplaza al de Europa del Este

España no puede competir en retribución con Noruega o Inglaterra

Cuando las empresas españolas acuciadas por la escasez de profesionales cualificados empezaron a contratar ingenieros inmigrantes, el origen preferido era Polonia o algún otro país del Este. 'Se sobreestimaba las competencias técnicas, nadie discutía que eran más competitivos', explica Eloy Capellán, director de inmigración de Adecco. La realidad ha cambiado y ahora los empresarios solicitan ingenieros latinoamericanos (ya sean técnicos, de caminos o informáticos) procedentes en su mayoría de Venezuela, Perú, Chile, Colombia o Argentina.

Los inmigrantes comunitarios europeos no necesitan el permiso de trabajo especifico que sí requieren los originarios de Latinoamérica, así tiene que tiene que haber razones de peso para que las empresas acepten embarcarse en complicados procesos burocráticos.

'En primer lugar, España resulta muy poco competitiva contratando en Polonia porque no podemos igualar las retribuciones que ofrecen las empresas de países como Noruega, Inglaterra o Irlanda', explica Capellán. En la práctica, el sueldo bruto que una empresa española está dispuesta a pagar para hacerse con los servicios de un ingeniero europeo del este puede quedarse en el 40% o 50% de la retribución media en una compañía noruega. Dada la situación, los ingenieros que acaban empleados en firmas españolas son, en muchos casos, lo que no han sido seleccionados para trabajar en compañías británicas, noruegas o irlandesas. Algunos países del Europa del Este menos desarrollados que Polonia, como Rumanía, República Checa y Eslovaquia, siguen siendo un mercado válido para las empresas españolas.

'Tendemos a pensar que se puede contratar al trabajador cualificado extranjero por menos de lo que se le ofrece a un autóctono y lo que ocurre en la práctica, si se ofrece un sueldo no competitivo, es que el profesional se va a cambiar de compañía en cuanto llegue y se dé cuenta de que tiene peores condiciones que las que hay en el mercado', asegura Capellán, que ha intervenido esta semana en un seminario sobre Programas de movilidad internacional organizado por Adecco en Barcelona.

Volviendo a los motivos por los que el empresariado español ha vuelto sus ojos a Latinoamérica a la hora de buscar ingenieros, Capellán alude a 'un imaginario colectivo', en el que el latinoamericano estaba peor formado. 'No tiene por qué ser así'. La realidad se ha encargado de dar la vuelta a ese esquema preconcebido. A esa correcta formación hay que añadir 'una vocación de más estabilidad por parte del inmigrante latinoamericano, que emigra con un proyecto de vida, y que además se implica en ese proyecto porque no puede fallar, su familia depende de ello'. Para acabar de inclinar la balanza hacia los ingenieros latinoamericanos, éstos cuentan con la ventaja del idioma. En un principio las empresas no concedieron demasiado valor al conocimiento del castellano, pero la práctica ha demostrado que es una cuestión diferencial, 'los jefes de proyecto tienen que dirigir equipos, tienen que transmitir instrucciones'.

Por último, en cuestiones de sueldo, la empresa española resulta más competitiva en Latinoamérica, donde los países europeos receptores de mano de obra cualificada (Noruega, Inglaterra o Irlanda) no tienen una red tan bien estructurada como en Europa del Este. 'Hay empresas noruegas que tienen campus formativos en Polonia, son países que se han encontrado hace muchos años con la necesidad de importar personal cualificado y ya tienen una política de Estado definida, algo de lo que carecemos en España', explica Capellán.

Ignacio Basco, director del área de tecnologías de la información de Adecco, explica que el país de moda para importar ingenieros es Venezuela, 'donde hay una industria petroquímica muy fuerte'. Colombia, Perú y Chile son buenos proveedores de ingenieros de mejora de procesos, mientras que los analistas de negocio y funcionales provienen en muchos casos de Argentina.

Los directivos de Adecco creen que la desaceleración económica únicamente afectará a la contratación en origen que las empresas hacían 'para explorar nuevas vías', pero no a la que pretende encontrar un perfil cualificado concreto difícil de cubrir con personal autóctono. 'Esa demanda no va a bajar, seguro, porque van a seguir faltando profesionales cualificados', afirma Capellán.

Algunos países de Europa del Este menos desarrollados que Polonia, como Rumanía, República Checa y Eslovaquia, siguen siendo un mercado válido para las empresas españolas

TRES ORÍGENES

1. Comunitarios. Los empleados procedentes de la Europa de los 27 (excepto Rumanía y Bulgaria) no tienen ningún tipo de restricción para trabajar en España. No necesitan permiso de trabajo.

2. No comunitarios Todos los trabajadores procedentes de cualquier otro país del mundo necesitan un permiso para poder emplearse en España.

3. Bulgaria y Rumanía De manera provisional y hasta el 31 de diciembre de este año, rumanos y búlgaros están sujetos a una moratoria por la que necesitan también el permiso a pesar de formar parte ya de la Europa de los 27.

Un 32% menos de los licenciados desde 2000

El déficit de profesionales de las tecnologías de la información e ingeniería supone un reto para las empresas del sector, cuyas necesidades avanzan al margen de la tasa de paro creciente. Para ilustrarlo con cifras, en Cataluña el número de alumnos que eligieron ingenierías como primera opción de estudios pasó de 9.000 en el año 2000 a los 6.300 de 2007, lo que supone un descenso del 32%. Precisamente entre las ramas que han sufrido las mayores caídas están las de telecomunicaciones (con un 37% menos de alumnos) e informática (con un 34% menos).En junio de 2007 el centro de La Salle (de la Universidad Ramón Llull) recibió solicitudes por parte de cuatro grandes empresas del sector que superaban en cuantía la cifra de licenciados que salieron ese año de todas las universidades de Cataluña. Debido a esa fuerte demanda, un 58% de los estudiantes empiezan a trabajar antes de acabar la carrera.En cuanto a las razones que han motivado el drástico descenso en el número de licenciados superiores en las ingenierías, los directivos de Adecco citan, en primer lugar, la caída de natalidad que empezó a sufrir España en la década de los 80 y que afecta hace años al número de estudiantes que llega a las universidades. Pero hay estudios, que añaden a este factor demográfico, la posibilidad de que la crisis vivida por internet y las nuevas tecnologías a principios de esta década desanimara a muchos estudiantes a incorporarse a un sector tan variable. Otra razón de la disminución de matriculaciones en estudios técnicos podría ser la fama de carreras sacrificadas que tienen las ingeniería, al tratarse de estudios complejos, y con empleos que requieren mucha dedicación.

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