Wachovia rectifica
Ken Thompson tiene un problema de credibilidad. Después de incrementar el capitan en 3.500 millones de dólares en febrero, el jefe de Wachovia dijo que su banco estaba bien posicionado para capear la crisis hipotecaria este año. Ahora, ha sido forzado a volver a pasar la gorra por otros 7.000 millones más. Y después de negar repetidamente que el banco recortaría el dividendo, Thomson ha metido también el cuchillo ahí. Una buena parte de lo problemas de la entidad arrancan de la enfermiza adquisición del Great West Financial en 2006, que le lastró con una buena cartera de subprimes. Los accionistas de Wachovia tienen buenas razones para cambiar de liderazgo.
El banco dice que sus problemas actuales se derivan de no haber contabilizado la rápida caída del precio de la vivienda y las potenciales pérdidas de los prestatarios con capital negativo que han abandonado sus hogares. Thompson dice que el banco ya lo ha contabilizado y saneado sus balances.
El llamado 'jingle mail' -donde los propietarios abandonan las llaves y hasta su correo- no se había dado tan fuerte desde la Gran Depresión. Así pues, es comprensible que a un banco se le escapasen estas contabilizaciones cuando han fallado todos los modelos de cálculo de previsiones.
En teoría, Colony y Blue pierden 400 millones con su inversión en la cadena francesa
Concretamente, el banco tiene 121.000 millones de dólares en hipotecas a tipo variable. Su producto, llamado pick-a-payment de otras muchas subprime. La mayoría de las hipotecas permite a los prestatarios elegir entre pagos normales de amortización o el pago sólo de los intereses. Pick-a-payment, mientras tanto, ofrece cuatro opciones distintas. Esto hace que los pronósticos de cómo van a comportarse sea un verdadero desafío.
Pero ahora Wachovia dice que lo ha contabilizado y Thompson ha adoptado lo que parecen pasos inteligentes para apuntalar el capital del banco. Son buenas noticias. Pero con un giro tan embarazoso y una adquisición tan avinagrada, los accionista del banco no deberían aguanta ningún paso en falso más de Thompson.
Por Dwinght Cass
Pelea en carrefour
Colony Capital, el fondo de inversión de EE UU, hace dos años invirtió unos pocos millones de euros en el deprimido Paris Saint Germain. El equipo de fútbol francés está ahora camino del descenso. Aunque la inversión de Colony en Carrefour fue mucho mayor, no ha sido mucho más feliz. Bernard Arnault, el multimillonario francés de artículos de lujo, y Colony adquirieron una participación conjunta del 9% en la cadena de distribución en marzo de 2007. Sobre el papel, ahora pierden 400 millones de euros, un 10% de la inversión.Con un poco de suerte. Colony sabe más de finanzas que de fútbol. Blue Capital, el vehículo financiero de Bernard Arnault, ha aumentado su inversión en Carrefour a un 10,7%, apenas un mes después de que la familia Halley, que controla la empresa de distribución con el 13% del capital y dispone del doble de los derechos de voto, dijo que finalizaría el pacto entre inversores. Blue está buscando ahora un tercer miembro para el consejo, después de que hace un año dijese que estaba contento con sólo dos.José Luis Durán, el jefe ejecutivo de Carrefour, se embarcó en una estrategia de buena vecindad entre los accionistas cuando Colony y Arnault entraron en el capital la primera vez. Tendrá dificultades para conseguirlo. Sus planes de un spin-off con una gran parte de los activos inmobiliarios de la empresa está encontrando obstáculos; los mercados probablemente no aclamarán una VPO inmobiliaria en este año. Durán se conforma ahora con conseguir 15.000 millones de euros -una tercera parte de lo planeado originalmente- en una colocación privada.Los síntomas son que Blue quiere reemplazar a los Halleys en el sillón de control de Carrefour. Pero para los inversores, todo apunta a que la estrategia de Blue no ofrece mucho más de lo que ya está haciendo la compañía. La cadena de distribución cotiza a un PER 16. La prima de un 15% sobre Tesco, el éxitoso grupo de supermercados británico, sugiere que los inversores ya han descontado la estrategia de Durán. Blue Hill tiene que incrementar considerablemente su participación para evitar suspicacias que apuntan a que su verdadera estrategia es una sigilosa absorción. El marcador cuenta en las finanzas, exactamente igual que en el fútbol.Por Pierre Briançon