Una dura vuelta al cole
La vuelta a los estudios el año que viene va a ser dura para los estadounidenses que tienen que solicitar un préstamo para completar su educación. Y no son pocos. El curso pasado, los estudiantes pidieron prestados unos 50.000 millones de dólares garantizados por el Gobierno Federal y unos 12.000 millones más fueron prestados directamente por Washington. Aproximadamente la mitad de los estudiantes solicitan este tipo de préstamos que luego arrastran durante años ya que los gastos en educación no dejan de subir.
La razón por la que la vuelta al cole será dura es, ¿cómo no?, de la crisis del crédito, que comenzó en el marginal mercado hipotecario subprime hace un año. Esta crisis no se deja ni un rincón sin contaminar y los préstamos a estudiantes se han puesto muy cuesta arriba incluso cuando muchos de ellos están garantizados por el propio Estado.
La semana pasada, dos entidades de crédito, Cit y NorthStar, comunicaron que no iban a hacer nuevos créditos de este tipo. Seguirían gestionando los que ya tenían en su cartera pero los nuevos clientes se van a encontrar a partir de ahora, el cartel de 'cerrado' en la puerta. La razón que se esgrime es el aumento de los costes de estos créditos una vez que el mercado ha dado la espalda a títulos apoyados en préstamos. Las ventas de títulos asociados a créditos a la educación han caído un 65% en el primer trimestre, según cifras recientes de UBS y la capitalización de estas entidades está complicándose. Además los subsidios estatales a este tipo de préstamos fueron recortados el año pasado.
Cit y NorthStar, que es una institución sin ánimo de lucro, son dos de los aproximadamente 40 prestamistas que han dejado últimamente el negocio de los créditos a los estudiantes.
De momento, no es un problema muy serio porque hay un muchas instituciones y entidades en todo el país que siguen en el negocio. Lo que preocupa es la rápida tendencia al alza del número de ellas que suspenden temporal o definitivamente este servicio. Algunas como Cit están muy arriba en los rankings. Además hay otras firmas que han pisado el freno y están concediendo menos créditos, como es el caso del gigante Sallie Mae. A todo esto se une el problema de que la crisis está reduciendo el número de potenciales clientes.
Los expertos dicen que no va a haber falta de financiación para los estudiantes y creen que muchos tomarán prestado directamente del Estado.
No obstante, para zanjar el emergente problema, el pasado jueves, y a iniciativa del senador Edward Kennedy, se introdujo en las dos cámaras del Congreso una ley que permitirá al departamento de Educación comprar, con fondos del Tesoro, los préstamos a las entidades para que continúen concediendo créditos. Además se quieren ampliar los límites de lo que se puede pedir prestado al programa Federal Family Education Loan.
La propuesta es muy audaz y se traduciría en una gran intervención estatal para evitar que los problemas de los mercados de crédito 'alejen a los estudiantes de las Universidades', según explicó el senador.
El debate sobre la intervención del Estado en la presente crisis está muy candente, máxime cuando se ha hecho todo lo que se ha podido por no dejar caer a un banco de Wall Street. La fila de quien solicita algo más que una palmadita en la espalda por parte del Estado se alarga.