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Columna
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La guerra francoespañola

Sacyr Vallehermoso ha esquivado una bala en Francia. Un tribunal ha dictaminado que el grupo de construcción español, fuertemente endeudado, no tendrá que pagar 8.000 millones de euros en efectivo para adquirir los dos tercios de Eiffage que todavía no posee. La decisión echa por tierra un reciente fallo de AMF, la CNMV francesa, que acusó a Sacyr de actuar en concierto con otros accionistas. Bajo la decisión de la AMF, Sacyr habría tenido que hacer una oferta en efectivo para comprar Eiffage por cerca de 130 euros la acción, más del doble del valor de mercado actual de la empresa.

La posición de Sacyr ha mejorado, pero es aún incómoda. Los españoles no han hecho muchos amigos en Francia. Ciertamente, no se trata de un amor perdido entre Sacyr y su rival francés, cuyo director ejecutivo ha descrito a los accionistas españoles como 'cultivadores de naranjas y jugadores de golf de Murcia'. Las relaciones con el regulador francés parecen tensas. Así que lanzar una nueva OPV hostil será caro y complicado.

Las buenas noticias son que Sacyr ahora es libre para vender su participación en Eiffage. El inconveniente es que la lista de compradores potenciales para una participación minoritaria tan amplia no es larga, y podría con toda probabilidad ser algún francés. Al menos, el precio de cierre del miércoles, a 62 euros la acción, es exactamente la media que Sacyr pagó por su participación, así que es improbable que sufra pérdidas enormes.

Los únicos perdedores de un cambio serían Portillo y el grupo Nozar

Sacyr debería estar pensando si vender o no. Mantener su participación, cuando ni siquiera puede conseguir puestos directivos, tiene poco sentido. Además, una venta rápida podría prevenir un atolladero legal. El tribunal se puso del lado de AMF al considerar que Sacyr había actuado en concierto con otros inversores españoles.

Una venta permitiría a Sacyr cancelar los 1.900 millones de euros que debía pagar por su participación en Eiffage, quitando algo de la presión de su deuda de 20.000 millones. Y Sacyr tiene mucho más en su plato: está a medio camino de intentar una OPV sobre su negocio de autopistas, Itinere, y debería centrarse en su gran participación en la petrolera española Repsol. No puede permitirse el lujo de seguir perdiendo el tiempo en París.

Fiona Maharg-Bravo

Mal menor en colonial

Quién terminará siendo dueño de Colonial? El potencial comprador Investment Corporation of Dubai se alejó el mes pasado después de romper las conversaciones con los bancos acreedores de la compañía española. Ahora parece que los bancos que apoyan a los endeudados accionistas de Colonial están considerando cambiar su margen en los préstamos por acciones del grupo inmobiliario.Podría ser la menos mala de las opciones para los prestamistas, Banco Popular y La Caixa. Colonial cayó en picado porque Luis Portillo y el grupo Nozar, que entre ambos poseen el 47% del capital, financiaron la mayoría de sus participaciones con deuda. La acción cayó un 80% el pasado año, incapacitando a los accionistas para respaldar sus operaciones de crédito o devolver sus deudas.Al precio actual de la acción, los bancos tendrían que reconocer una considerable pérdida en la capitalización de la deuda. Pero una base más fuerte de accionistas daría a Colonial una oportunidad para recuperarlo. La compañía también está altamente endeudada, con 6.500 millones de euros sindicados con un grupo de bancos, entre ellos Goldman Sachs y Royal Bank of Scotland. Esos bancos han dicho que confían en la supervivencia de la compañía, en parte por la venta del 84% que Colonial posee de su filial francesa SFL.Otros accionistas de Colonial querrían tener como socios a bancos solventes en lugar de a promotores desesperados. Se centrarían entonces en los mejores activos de la compañía. La mayor parte de los inmuebles de Madrid y Barcelona capearían el descenso sin perder demasiado valor. Tan pronto como se libre de SFL, la compañía podría vender su participación del 15% en la constructora española FCC. Debería también tener valor en el desarrollo de la cartera que vino con Riofisa, una compañía inmobiliaria española que fue recompensada con una enorme prima en un mercado en máximos en 2007.Efectivamente, con el espectro de la quiebra desvaneciéndose con una base accionarial estable, los títulos de Colonial podrían valer más que los actuales 0,98 euros. Los bancos podrían terminar recuperando parte de sus pérdidas.Los únicos perdedores de un cambio podrían ser Portillo y el grupo Nozar, quienes perderían hasta la camisa. Pero sus agresiones en apalancamiento, tanto de la compañía como de ellos mismos, y el pago de precios exagerados por adquisiciones fue una receta para el desastre.Fiona Marhag-Bravo y George Hay

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