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El pulso de la coyuntura económica

El BCE y la OCDE recortan el crecimiento previsto para 2008

La acumulación de riesgos en el sector financiero y el de la vivienda ha llevado a la OCDE a rebajar del 2,7% al 2,3% el crecimiento medio previsto para 2008 de los 30 países más desarrollados del planeta. El Banco Central Europeo hizo lo propio ayer para los Estados integrados en la zona euro, cuyo PIB previsto pasa del 2,3% al 2%.

En su informe semestral de perspectivas hecho público ayer, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico mantuvo en el 2,7% su estimación de aumento del PIB para este año pero redujo en cuatro décimas la de 2008 -para dejarla en un 2,3%- y avanzó un 2,4% para 2009.

La organización rebajó sus cifras para el próximo ejercicio en todas las grandes áreas, mientras que las referidas a este año tuvieron variaciones de diferente signo, y poco significativas. Para EE UU, espera que este año el PIB suba un 2,2%, una décima más de lo que auguraba en mayo, pero reduce en cinco décimas las perspectivas de 2008 para dejarlas en el 2%, Esta desaceleración, 'que se prolongaría al menos seis meses más', se debe, sobre todo, a la situación del mercado inmobiliario. No parece probable que se llegue a una recesión. Para la zona euro, la organización disminuye en una décima el crecimiento de este año al 2,6% y la de 2008 en cuatro décimas al 1,9%, mientras que en 2009 considera que estará en el 2%.

La OCDE constata que la desaceleración global se ha dejado sentir a partir del tercer trimestre. La principal razón es el 'enfriamiento' de la vivienda, que pesará en las perspectivas de crecimiento, pero que 'no debería suponer una fuerte desaceleración más que en algunos países'. Cita, en concreto, el retroceso en la inversión inmobiliaria que ya se ha producido en EEUU e Irlanda y, 'en una menor medida, en España', aunque la tendencia 'debería acentuarse'. Otro factor son las turbulencias financieras que se desencadenaron en verano y cuyo impacto sobre la esfera real de la economía 'son difíciles de evaluar', aunque en principio su efecto 'debería ser débil'. A ello se suma el encarecimiento del petróleo y de los alimentos, que han acarreado un repunte inflacionista.

Para hacer frente a esos riesgos, el economista jefe de la OCDE, Jorgen Elmeskov, subrayó ayer que la política monetaria tendrá que estar preparada para hacer frente a todas las eventualidades' y en el caso de los mercados financieros, al hecho de que 'seguirán siendo fuente de incertidumbres'.

Por su parte, el Banco Central Europeo publicó ayer también sus nuevas previsiones para la zona euro. En un tono similar a la OCDE, el banco que preside Jean-Claude Trichet rebajó del 2,3% al 2% el crecimiento previsto para la Unión Monetaria el próximo año, debido al menor crecimiento de países centrales como Francia, Italia o España.

El crecimiento 'se frenará' en España hasta el 2,5% el próximo año

La OCDE publicó también ayer previsiones individualizadas por países. En el caso de España, aumentó del 3,6% al 3,8% el PIB previsto para este ejercicio pero redujo del 2,7% al 2,5% la tasa para el próximo año. Este último dato está muy por debajo del 3,3% oficial que maneja el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, aunque éste ya ha indicado que se revisará este mes.Para el organismo, España está entrando ahora en una fase de desaceleración 'más marcada' en la que incide un menor vigor del consumo privado y una fase menos expansiva del sector de la construcción. En este último sector, augura, incluso, para los próximos meses una 'contracción en la parte residencial (la obra pública se acelerará). Por contra, prevé una cierta recuperación del sector exterior, que iría contribuyendo con tasas menos negativas que las registradas en trimestres anteriores.Por otro lado, el superávit fiscal estaría asegurado en España este año y el próximo aunque con una tendencia a la baja (1,9% en 2007 y 1,5% en 2008). En donde sí hay que estar atentos, en su opinión, es a la evolución salarial, ya que las tensiones inflacionistas (el IPC se encuentra en el 4,1%) amenazan con trasladarse a toda la economía si éstas perduran en el tiempo.La rebaja de la estimación de crecimiento para España de la OCDE no ha sentado bien al Gobierno, quien cree que la organización subestima el potencial español. 'Está fuera de todo pronóstico realista que España sólo crezca un 2,5% el próximo año. El problema está en que la OCDE utiliza métodos rudimentarios para hacer sus estimaciones. Para España estima un crecimiento potencial de la economía del 2,9% cuando nosotros estimamos que está entre el 3,5% y el 3,6%', declaró ayer a Cinco Días el jefe de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, David Taguas. El Ejecutivo utiliza un modelo econométrico (Filtro de Kalman multivariante) 'mucho más depurado, en el que, además del PIB, tiene en cuenta otras variables como la tasa de paro, la inversión y la población', añadió.

En defensa del euro y sin intervencionismos

En el informe semestral de la OCDE se aborda también la evolución de los tipos de cambio. El club de los países más desarrollados (también se encuentran emergentes como China) estima que la fuerte depreciación del dólar frente al euro es 'un buen ejemplo' de un ajuste 'natural' en las economías de mercado.Es más, da un toque de atención a los que 'podrían intentar corregir' esos movimientos con políticas intervencionistas, en alusión a algunos presidentes como el francés Nicolas Sarkozy, críticos con la actuación del Banco Central Europeo.Ayer, el euro se cotizaba en torno a 1,464 dólares, muy por encima de los 1,27 dólares registrados hace sólo doce meses. En la misma línea que la OCDE, el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Joaquín Almunia, indicó ayer que 'el cambio de divisas debe reflejar cifras fundamentales de las economías', señalando que el comportamiento de las exportaciones está siendo 'muy positivo', incluso con la apreciación de la divisa europea.La OCDE recoge también en su análisis la situación de otras divisas de países emergentes. En su opinión, China 'debería ajustar' su política monetaria (subir los tipos de interés) y dejar que el yuan suba más rápido para que la inflación se mantenga bajo control y para enfriar una economía que está comenzando a recalentarse (la inflación está en torno al 5%). El PIB del gigante asiático crecerá de nuevo por encima del 10% según estimaciones del gobierno de Pekín. En 2006 ya creció al 11,1%, siendo el cuarto año consecutivo con un crecimiento por encima de dos dígitos.En el informe se recomienda, además, que India reduzca su déficit fiscal y sus aranceles, que Brasil limite su gasto público y que Rusia combata la inflación ajustando significativamente su gasto fiscal.

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