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Mercados

Bernanke responde a la llamada de auxilio

La rebaja del tipo de descuento es un paso intermedio frente a la más radical bajada de tipos que Wall Street pide y podría recibir

Texto A. B. Nieto / N. Salobral / C. de la Sota

Brillante', 'quirúrgico', 'un impacto psicológico e indirecto', 'insuficiente', 'un pequeño paso' y 'un gran paso en la dirección correcta'. Con comentarios tan dispares como éstos, con sorpresa y también con y alivio recibieron el viernes los mercados el anuncio de la Reserva Federal de rebajar en medio punto el tipo de descuento que pasó del 6,25% al 5,75%. Con este movimiento fuera de calendario, con el que se abarata el crédito de la Fed a la banca comercial, se responde a la llamada de auxilio de Wall Street. Y se afina la puntería a la hora de insuflar aire a los mercados; hasta ahora la Fed se había limitado a inyectar un dinero que había servido de escaso o nulo alivio.

El equipo de Ben Bernanke consiguió que la Bolsa rebotara, pero tanto quienes desean más apoyo como los que aplaudieron la decisión dan por seguro un recorte más radical, el de los decisivos tipos de interés de referencia, en el 5,25% desde hace más de un año. Una posibilidad que ya prevén los futuros.

Wall Street no solo cree necesario que haya más acceso a liquidez (algo que se consiguió en cierta medida ayer) sino que el precio del dinero baje y en ello confían los mercados de futuros. Goldman Sachs estima que se cerrará el año con una rebaja de 75 puntos básicos. Lehman apuesta ahora por un recorte de 50 puntos al igual que Global Insight y UBS.

El comunicado de la Fed, emitido apenas siete días tras su última reunión, apoya estos cálculos. Según Bernanke, el deterioro del mercado, el endurecimiento de las condiciones crediticias y la incertidumbre pueden 'afectar el crecimiento'. La Fed, que no menciona esta vez la inflación, aprecia que los riesgos al crecimiento 'se han incrementado'.

La posibilidad de una reunión de la Fed antes de la prevista el 18 de septiembre no se descarta, y los mercados de futuros apuestan por un recorte en agosto. Sin embargo, para Nigel Gault, economista de Global Insight, aunque la rebaja tiene que llegar 'más pronto que tarde, por el bien de la economía', hacerlo fuera de calendario mandaría una señal de mayor peligro y añadiría más turbulencias. Desde que en 1994 la Fed empezó a emitir comunicados de sus reuniones sólo ha emitido antes uno entre reuniones y, a diferencia del viernes, bajó los tipos de descuento y de referencia.

Para Maury Harris, economista de UBS, lo importante no sólo es la restauración de la confianza en el sistema bancario y el hecho de que se asegure que los buenos acreedores tienen acceso al crédito, sino también la entrada de Bernanke en escena. 'Es relativamente nuevo en el puesto y con esta decisión se despeja la incertidumbre sobre su papel en las crisis. Ahora sabemos que se continuará la tradición de Greenspan que actuaba en caso de crisis'. 'Tenía que mandar una señal', asegura Harris. A diferencia de otros economistas que creen que medio punto en el tipo de descuento es poco y hubieran querido ver los 100, Harris considera que la Fed ha actuado así porque no quiere quedarse sin munición y porque necesitaba unanimidad en su decisión.

¿Es Bernanke un bálsamo? No del todo. Los economistas reconocen que la raíz del problema es la crisis inmobiliaria y del crédito ya nadie cree que se haya tocado fondo.

¿Qué significa lo que ha hecho la Fed?

Los bancos tienen varias maneras de financiarse. Las subastas periódicas que realizan los bancos centrales son la principal fórmula. El mercado interbancario, donde el tipo de interés que pagan suele ser hasta 10 puntos básicos superior a las tasas oficiales, es el segundo eslabón. Pero si estas dos vías resultan insuficientes pueden solicitar préstamos directamente a los bancos centrales, tanto en Europa como EE UU. En estos casos la Reserva Federal cobra el llamado tipo de descuento, generalmente una tasa un 1% por encima del tipo oficial. Y ahí es donde intervino el viernes la Fed, al bajar este tipo del 6,25% al 5,75% para reducir así la distancia con el tipo oficial, actualmente en el 5,25%. La Fed también alargó el plazo de estos préstamos a más de un mes y mostró su disposición a aceptar como garantía hipotecas y activos relacionados. Una medida aplaudida entre los expertos ya que permite a los bancos descontar estos activos de sus balances por un tiempo y alivia la tensión actual.

El euro y el dólar toman aire tras el impulso del yen

El efecto balsámico sobre los mercados de la decisión de la Fed de rebajar la tasa de descuento de los préstamos a los bancos también dio un respiro al mercado de divisas, donde las monedas más poderosas se habían depreciado con fuerza en la semana frente al yen.En la mañana del viernes, la moneda nipona llegó a alcanzar el máximo frente al dólar en 14 años, al tiempo que el euro caía por debajo del soporte de los 150 yenes por primera vez en el año, como consecuencia de la compra de yenes por parte de los inversores que deshacían posiciones de carry trade y ponían fin a un largo periodo de estar endeudados a los bajos tipos que se disfrutan en Japón (0,5%). Gracias a la Fed, el dólar se estabilizó en los 114 yenes y el euro recuperó los 154.

La deuda pública recupera atractivo frente a la Bolsa

Como en toda crisis bursátil que se precie, la deuda pública volvió esta semana a hacer valer su condición de valor refugio. Animada por la entrada de dinero en estos activos, la rentabilidad de los bonos alemán y estadounidense -que se mueve a la inversa del precio- registró el jueves su mayor caída desde 2004.La reacción del viernes de la Fed sirvió de alivio a las Bolsas, al tiempo que debilitó a la deuda. Así, la rentabilidad del bono estadounidense subió hasta aproximarse al 4,7%.Frente a la seguridad que proporciona la deuda pública de primera calidad, los bonos basura ha ampliado estos días su prima y el índice Itraxx, que mide el diferencial que se paga por estos activos sobre la deuda pública europea ha subido a 384,4 puntos básicos.

Las materias primas temen por la salud de la economía

Las materias primas acusaron esta semana el temor a que una crisis económica, provocada por el pinchazo de las subprime en EE UU, debilitara su consumo.Las ventas afectaron incluso al oro, que ya había abandonado en los últimos meses su condición de valor refugio y estaba codeándose con el resto de activos financieros en las carteras más diversificadas. En la sesión del viernes, y tras descensos en las jornadas previas al hilo de la debacle bursátil, la onza de oro recuperó casi el 1%, por encima de los 657 dólares por onza. Gracias también a que la Fed tranquilizó al mercado con la rebaja del tipo de descuento, el precio del petróleo también se animó en alrededor de un dólar por barril, hasta los 72 dólares el crudo West Texas.

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