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Inversiones

Carteras muy variadas para diluir los riesgos

Firmas sólidas de banca privada aconsejan a sus clientes Bolsa europea, inversiones alternativas, capital riesgo y productos inmobiliarios fuera de EspañaEn portada En portada

El club de ricos españoles no cesa de crecer año tras año. Merrill Lynch presentó un informe esta semana en el que afirma que en España viven 157.800 personas con un patrimonio financiero superior al millón de dólares (744.000 euros). Un 6,1% más que en 2005 y un 50,1% superior a 2001.

Y cuando los millonarios aumentan, la banca privada sonríe. Se entiende por banca privada aquella que trabaja con carteras superiores al millón de euros. Según datos del Banco de Santander, el negocio de las entidades financieras especializadas en grandes patrimonios creció un 15,86% en 2006 y el potencial es altísimo. No sólo porque el número de ricos no deja de aumentar sino porque el 75% de los grandes patrimonios permanece en la banca tradicional. Los directivos de la banca especializada resaltan que la oferta es cada vez más amplia y cuanto más dinero, mayores son las oportunidades de inversión. Hace años que dejó existir la dicotomía entre renta variable y renta fija. Soluciones inmobiliarias, participaciones empresariales, capital riesgo y hedge funds completan una oferta que busca diversificar y reducir, así, el riesgo.

1. Renta variable y renta fija. En Bolsa, la opinión es bastante unánime. Los expertos apuestan por los mercados europeos y estadounidenses y se muestran algo reservados ante la Bolsa española. España, según Pedro Chaves, director de productos y servicios financieros de BNP Paribas, 'se ha pasado de vueltas'. Aún así, los bancos cada vez se guían menos por la geografía y se fijan en fijan en empresas en concreto. Desde Morgan Stanley, el responsable de grandes patrimonios, Víctor Allende, explica que 'las compañías con mayor capitalización en España Santander, Telefónica, BBVA, entre otras tienen buena consideración'. Es difícil establecer qué porcentaje de las carteras se destina a renta variable, pues depende del perfil de cada cliente. Luis Ojeda, director de Private Wealth Managment, la división de Banca Privada de Deutsche Bank, recuerda que la Bolsa ofrece un retorno a largo plazo bueno pero el riesgo en el corto es alto.

En renta fija, Ojeda prima los bonos del Estado por encima de los de empresa que, según él, están demasiado caros. Desde Morgan Stanley no ven con buenos ojos a la renta fija ya que existen riesgos adicionales de subida de tipo de interés 'Queremos que el riesgo en nuestras carteras en renta fija sea pequeño', dice Víctor Allende. Por ello, se decantan por los activos monetarios.

2. Mercado inmobiliario. En España, hablar de riqueza es indisociable del activo inmobiliario. Quizás por la experiencia española, los nuevos ricos gustan de la inversión en ladrillo. En Deutsche Bank recomiendan desinvertir en el mercado español, por caro, y les atrae el portugués y el marroquí. Del país africano, prefieren las viviendas de interior, destinadas al comprador nativo. 'Marruecos es un mercado en crecimiento, estable y con posibilidades', resume Ojeda. Ahora bien, el negocio en el mercado inmobiliario requiere de una fuerte inversión. En Europa, como activo alternativo, Morgan Stanley ofrece a sus clientes entrar, a partir de dos millones de euros, en sociedades de inversión para adquirir edificios de oficinas en Alemania e invertir en el sector residencial del país germano. Luis Moreno, director de Marketing de Banif, coincide en la visión positiva hacia Alemania y añade París, 'como el mercado en oficinas con mayor liquidez de Europa'. Además, la legislación francesa favorece, según Moreno al comprador. El problema de España no sólo es que el metro cuadrado está caro, sino que no hay un mercado prime de oficinas. 'A nuestro cliente le encantaría un edificio en La Castellana, con una rentabilidad del 5%, pero esto no existe', dice Moreno. 'El jugador español es patrimonialista y cuando se hace con un inmueble no tiene voluntad de venderlo', añade. La excepción, en las últimas semanas, la protagonizaron el Santander y el BBVA al anunciar que se desprendían de sus activos inmobiliarios en Madrid.

Desde Deutsche Bank, apuntan a que si el mercado inmobiliario norteamericano cayera algo más podría ser interesante para una inversión a largo plazo. Entre otras cosas, por la fortaleza del euro frente al dólar.

El mercado asiático también levanta expectativas y Morgan Stanley apuesta por Japón. En concreto, recomienda a sus clientes un fondo que invierte mayoritariamente en compañías japonesas cotizadas y especializadas en el mercado de oficinas.

3. Soluciones empresariales. 'Yo no creo en la banca privada de banqueros, sino en la de abogados'. Esta rotunda afirmación que el socio de Cuatrecasas Eduardo Ramírez hizo en el marco del Institute for International Research, ilustra algo que desde el sector bancario también defienden, aunque con más matices: la importancia de la fiscalidad. Moreno, desde Banif, argumenta que 'el impuesto sobre el patrimonio tiene un marginal del 2,5%, si a eso le sumamos una inflación del 3%, significa que un patrimonio a uno de enero debe revalorizarse un 5,5% para no perder dinero'. La inversión empresarial es más atractiva fiscalmente. Por un lado, están los afortunados que pueden permitirse entrar directamente con participaciones significativas en una empresa. Cuando eso sucede, suelen reunir más del 5%, umbral a partir del cual se pueden obtener beneficios fiscales.

La otra forma de participación es a través de un fondo de capital riesgo, que reúne a distintos inversores para entrar en el accionariado de empresas. Los partícipes se comprometen a invertir cierta cantidad que desembolsan paulatinamente. La liquidez del mercado ha provocado que, en palabras de Luis Moreno, 'los fondos comprometidos a escala mundial sea tremendo'. Allí reside la explicación de que el capital Riesgo se haya erigido en el protagonista de opas a grandes empresas como Altadis o Iberia.

En Morgan Stanley se muestran cautos ante el capital riesgo en la medida que no deja de ser una aproximación nueva en España. 'Nos parece que lo más razonable es no correr riesgo', dicen. Por ello apuestan por fondos de fondos de capital riesgo con una distribución por tamaño y sector 'enorme'.

Más allá del capital riesgo, todos los bancos recomiendan entrar en el mercado de la energías renovables por su seguridad y atractivo a largo plazo. La ventaja de la energía limpia es que por ley, toda la que se produce se vende y el precio ya está fijado. Por otra parte, todo lo relacionado con las ciencias de la salud también es del agrado de los expertos de Banif. La argumentación es impecable. Si la gente cada vez vive más tiempo, llega con una mejor salud y demanda un mayor bienestar, las empresas dedicadas a la salud se convertirán en una oportunidad de inversión.

4. Fondos de gestión alternativa. Los hedge funds o o fondos de gestión alternativa son otro componente importante en la cartera de los grandes patrimonios. Deutsche Bank recomienda ser especialmente selectivo. Dependiendo del gestor, la rentabilidad de un hedge fund puede variar muchísimo. Los expertos recomiendan ser especialmente cuidadoso a la hora de decidir en qué hedge fund se invierte. De modo general, Ojeda piensa que durante este año y el próximo, 'probablemente los hedge funds event driven, pueden ofrecer buenos retornos'. Los event driven son los fondos que invierten en compañías susceptibles de ser opadas o de entrar en movimientos corporativos.

5. Materias primas. Las materias primas juegan un papel importante por su correlación negativa con la Bolsa. Es decir, estadísticamente, una caída de los mercados bursátiles convierte a algunas materias primas en valores refugio. En este sentido, Ojeda se decanta por las llamadas soft comodities, que serían las materias primas relacionadas con la alimentación (maíz, soja, cacao, ...). Morgan Stanley, por su parte, mantiene una mayor confianza por la inversión en oro.

Joven, con cultura financiera y más ambicioso, así es el nuevo inversor

'Quien a los 20 años no es revolucionario es que no tiene corazón, quien más allá de los 40 lo sigue siendo, es que no tiene cabeza'. Esta frase que dicen que pronunció Winston Churchill, se adecua al perfil del nuevo cliente de banca privada. Obviamente, no es un revolucionario. Sin embargo cada vez es más joven y ello lo convierte en más agresivo y menos temeroso a los vaivenes del mercado. 'El 90% son emprendedores, cuya riqueza no es heredada, sino que han triunfado en los negocios', dice Pedro Chaves, de BNP Paribas. 'Es un cliente más preparado financieramente, que hace operaciones corporativas, y que es mucho más arriesgado precisamente por su experiencia laboral', añade Carmen Cavero, directora de relaciones institucionales de Morgan Stanley. Luis Ojeda, de Deutsche Bank, conviene con el resto de bancos, aunque matiza que el grueso de inversores está buscando rendimientos más estables. 'La mayoría de clientes vivieron la fiesta de los 90 y también la terrible crisis de inicios de 2000'. De allí a que, tras el pinchazo de la burbuja tecnológica, la diversificación ganara prestigio.Si algo le preocupa a la banca privada, además de la rentabilidad, es conocer a la perfección el riesgo del cliente. Palabras como conservador o arriesgado sirven de poco. 'Alguien puede decirme que es conservador y piensas que está dispuesto a perder un 5% y para él es inconcebible perder más del 0%', comenta Ojeda. Además, el perfil varía según el contexto. En momentos de frenesí bursátil -como el Ibex el año pasado- todos se convierten en más valientes, pero cuando viene una mala racha se atemorizan y se conforman con batir, aunque sea levemente, a la inflación.La banca, por ello, y en parte también para acoplarse a la MIFID, dedica recursos a entender qué objetivo tiene y con qué riesgo cada cliente. Aparte de una comunicación activa y frecuente -esa es la principal diferencia con la banca tradicional-, se utiliza la matemática y la estadística para conocer el perfil del cliente. Por ejemplo, en Deutsche Bank, introducen en el sistema informático la volatilidad de cada una de las inversiones y las correlaciones entre ellas.Luego, realizan lo que los anglosajones llaman un stress test, que sirve para ver cómo reaccionarían las acciones en situaciones caóticas, como la que siguió tras el 11-M. En Banif utilizan el concepto de VAR (value at risk), una herramienta tecnológica que mide el riesgo que entraña una inversión. Es matemática pura y se basa en la evolución y la volatilidad de un valor en los años precedentes.Aun así, no es la panacea. Algunas empresas españolas tienen un VAR positivo, es decir que teóricamente no pueden perder dinero, ya que han mantenido una tendencia al alza continuada y sin bajadas bruscas. Por ello hay que matizar la capacidad de la tecnología. En el fondo, explica Iñigo Martos, director comercial de Credit Suisse, la función de la banca privada consiste en idear, mediante arquitectura abierta, productos personalizados que se adapten al perfil de cada cliente.

... Y el ladrillo desembarcó en 'Forbes'

'Que me quiten lo bailao'. Eso deben pensar aquellos que han disfrutado del boom inmobiliario, ahora que parece que amaina el delirio por el ladrillo. En el 2007 entraron diez nuevos españoles en la lista Forbes. Nueve eran constructores. Si fuera una liga de fútbol, el premio al jugador revelación sería Bañuelos. Que de no pertenerce en tan afamado club, se encaramó hasta la posición 98 de una lista de 946 billonarios. Eso sí, tras el batacazo de Astroc es probable que haya sido un paso efímero. Sin embargo, hay cosas que no cambian, como Emilio Botín, que nunca abandona la zona media alta de la tabla.

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