El 50% de la facturación de las empresas europeas es ya internacional
La expansión de las operadoras europeas fuera de sus mercados domésticos ha dejado de ser algo testimonial, con poco rendimiento, para convertirse en determinante para los resultados. Casi la mitad de su facturación depende de ello, con Telefónica en cabeza.
Las operadoras de telecomunicaciones europeas siempre han buscado mercados más allá de sus fronteras, en un intento de diversificar ingresos ante el recrudecimiento de la competencia, la caída de la telefonía fija y la saturación en el móvil. Pero durante años el salto se dio a través de participaciones minoritarias, más centrado en el número de países que en el impacto real en los resultados. La situación ha cambiado a lo largo de 2005 y, sobre todo, en 2006. Por primera vez, el peso de los ingresos internacionales roza el 50% en la facturación total de las grandes telecos europeas.
De hecho, la proporción hubiera superado ya esa cota si Vodafone, la firma más diversificada geográficamente, hiciera públicos resultados trimestrales. Como no es así, la única referencia a la evolución de sus ingresos es semestral -su ejercicio fiscal va de abril a marzo-, así que en el cómputo de las grandes operadoras europeas su peso queda mermado, al sumar tres meses menos que al resto. Sólo eso impide que las ventas internacionales superen el 50% del total.
Con esta matización, las principales telefónicas del Viejo Continente ingresaron en conjunto 168.625 millones de euros en los nueve primeros meses de 2006 -los últimos resultados disponibles en todos los casos-. Y de esta cantidad, 81.787 millones, el 48,5%, se lograron fuera de los mercados domésticos de cada una de ellas.
Vodafone es la más internacional y Telecom Italia, la que menos
La conclusión de estas cifras es que la presencia internacional ha dejado de ser testimonial. En estos momentos, las operadoras deben preocuparse o alegrarse tanto por los vaivenes económicos o regulatorios de su país de origen como por los ajenos, porque sus resultados financieros sufrirán las consecuencias.
La compañía con más peso del exterior en sus cuentas es Vodafone, donde el 83,7% de sus ventas en su primer semestre fiscal procedió de países que no la vieron nacer. Sin embargo, se trata de un caso atípico, ya que Vodafone no es un ex monopolio y no opera en telefonía fija en su mercado de origen con una alta cuota -el verdadero reducto de generación de ingresos de las telefónicas tradicionales-. La compañía nació en Reino Unido, pero de allí sólo llegó el 16,3% de los ingresos en su último semestre, ya que ni siquiera se trata de su primer mercado en importancia. Ese puesto es para Alemania.
Salto con O2
Entre las grandes operadoras tradicionales -los ex monopolios-, Telefónica es la que ha capitaneado la internacionalización. Junto con Vodafone, es la única que ya ingresa fuera más que dentro -en España-, en un cambio que comenzó a gestarse a finales de la década de los ochenta, pero que sólo se consiguió el año pasado, con la compra de O2.
El primer puesto de Telefónica es resultado de varios factores. Por un lado, las conexiones con Latinoamérica, y también el hecho de que España es uno de los grandes países más pequeños de Europa por población y PIB, así que la operadora siempre ha buscado vías de crecimiento para compensarlo y codearse al mismo nivel con sus homólogas europeas.
Deutsche Telekom es la siguiente de la lista, aunque a mucha distancia. Si el ex monopolio español logra el 61,5% de sus ventas fuera de sus fronteras, el alemán se queda en el 45,6%. Pero su trayectoria es similar a la de Telefónica. También Deutsche Telekom ha ido entrando en países y comprando participaciones a lo largo de varios años, pero fue la compra de la operadora celular estadounidense VoiceStream y su reflotamiento lo que alteró realmente sus fuentes de resultados.
Eso es lo que le falta a France Télécom para internacionalizarse, una gran compra. Ha hecho bastantes adquisiciones y una de las más importantes fue en España, con la operación de Amena, pero ninguna lo suficientemente importante como para suponer una gran diversificación de ingresos. Con los últimos resultados, las ventas procedentes de fuera de Francia se quedan en el 32%.
La última de la lista es Telecom Italia. El 75% de su negocio es doméstico y además está vendiendo posesiones fuera de su país.
Mercados maduros para crecer
La vieja teoría de que la expansión internacional debe darse en mercados emergentes con poca penetración y potencial de crecimiento que compense la saturación y la competencia de los países de origen ha quedado superada. Por supuesto, hay una parte de crecimiento y de valor que procede de estas incursiones o adquisiciones, pero las cifras demuestran que las operadoras europeas sólo han dado el verdadero salto internacional -el que pesa en las cuentas- cuando se han embarcado en mercados maduros.Uno de los mejores ejemplos es el de Telefónica. El cambio radical en las fuentes de ingresos no procedió de sus compras en Latinoamérica, sino de la adquisición de O2. Y eso significaba entrar en países tan competitivos y saturados como Reino Unido o Alemania. Lo mismo le ha sucedido a Deutsche Telekom. Probó en Europa del Este, pero fue la estadounidense VoiceStream -rebautizada como T-Mobile USA- la que marcó la diferencia. Ello, a pesar de que estuvo a punto de deshacerse de ella, porque en un principio la fuerte competencia hizo mella en la rentabilidad. En Vodafone, las cuatro grandes filiales europeas facturan más que todo el resto.