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A fondo

Sacyr se prepara para dar un salto industrial

El noviazgo que las constructoras destaparon con las eléctricas hace tres semanas ha servido para que el mercado tome más conciencia (ya lo sabía) de la fortaleza económica del sector del ladrillo. Los Entrecanales, con su grupo Acciona, se pueden apuntar el tanto de abrir la veda con su desembarco en Endesa. Les siguió Florentino Pérez, presidente de ACS, junto a la familia de banqueros March y los Albertos (los tres principales accionistas de la constructora) comprando el 10% de Iberdrola para fusionarla con Unión Fenosa, en la que ACS controla el 35%. ¿Y Sacyr?

Si hay una constructora que destaque por su agresividad es la que preside Luis del Rivero, quinta en el ranking. De momento, no ha aparecido en escena. Pero prepara su salto y está calculando el efecto. Que algo cocina Del Rivero es patente y tampoco lo esconden diversos ejecutivos cercanos a él. De sobra conocen la aspiración del ingeniero de caminos -cuya audacia despierta filias y fobias- de convertir al grupo en un gran conglomerado industrial. Con esa idea intentó tomar el control del BBVA hace casi dos años tratando de comprar el 3% pero fracasó al no lograr suficiente apoyo político.

Ahora, los cambios normativos que piden ACS, Repsol e Iberdrola para poder crear un campeón nacional pueden abrir a Sacyr posibilidades en energía. Pero tampoco hay que olvidar la banca.

No es casualidad que mucho antes de que se desatara la sinrazón bursátil de hace tres semanas, el nombre de Sacyr ya circulara por corrillos empresariales como protagonista de una operación del estilo que le gusta a Del Rivero.

Tampoco es coincidencia que la acción lleve en escalada desde junio y que en un mes haya subido en torno a un 38%. Aunque, bien es verdad, la jugada de Acciona ha contagiado aún más a la constructora, como muestra su subida espectacular del 9% el 28 de septiembre por rumores de compra. Y también ha ayudado a que apareciera en todas las quinielas de compras surgidas en el calentón en Bolsa. Desde su entrada en las inmobiliarias Riofisa o Inmocaral al desembarco en la petrolera Repsol que el presidente, Antoni Brufau, negó el miércoles.

Otro factor poco casual ha sido el anuncio de la Mutua Madrileña hace dos semanas de la compra del 5% de Sacyr. La lectura es que aparece para dar respaldo financiero a la constructora. Si bien, ni la compra ni la posible alianza para que la cartera de edificios de la Mutua refuerce a Testa, filial de patrimonio en renta de Sacyr, sirven para explicar la efervescencia de esta última en Bolsa. Tampoco la probabilidad de éxito en la opa por el grupo de autopistas Europistas.

Conclusión: el mercado intuye que prepara una operación corporativa de calado. Una tesis de algunos analistas es que la subida de la cotización puede estar impulsándose con vistas a una fusión con otra compañía en la que Sacyr se viera beneficiada en una ecuación de canje. El broker de Banesto es uno de los que más sacyres ha comprado en un mes, aunque no se sabe para quién.

Una opción lógica lleva a que Sacyr estudie unirse a Eiffage, tercera constructora francesa, en la que es primer accionista. Pero no puede lanzar opa casi en un año y una unión amistosa hoy no es probable, habida cuenta de las malas relaciones con la gala.

Al margen, las opciones que se vislumbran son la entrada en energía o en banca. En cualquiera de los dos casos, el bocado es grande (son empresas que como mínimo valen tres veces más que Sacyr) para un salto en solitario, lo que fuerza al grupo a buscar compañeros de viaje ya sea creando un núcleo de socios o uniéndose a uno formado.

En energía, para la rumoreada entrada en Repsol YPF tendría que llegar primero a una entente con La Caixa. Quizá no sería difícil, pero a la caja aún le puede llevar tiempo decidir si alinea a Gas Natural (bisagra en el proyecto de gran grupo de electricidad-gas-petróleo) con Acciona en Endesa o con ACS en Iberdrola-Fenosa, sobre todo porque el escenario aún no está claro. Para cualquier movimiento, además, Sacyr y sus socios afrontarían el obstáculo de la acción de oro que tiene la pata argentina YPF. Otra ficha disponible es Cepsa, en la que el Santander tiene el 28% y quiere vender. Pero la francesa Total, tras dirimirse el conflicto con el banco, tiene el control efectivo de la petrolera, lo que la hace poco apetecible. Lo que es descartable es que se una a ACS o Acciona.

Fuera de España, surge el interés de Sacyr en la compra de los activos medioambientales de la gala Suez, en vías de fusión con Gas de France. Ya hace meses que Del Rivero admitió un posible interés aunque como operación conjunta con Eiffage. Pero la adquisición ronda los 18.000 millones.

En cuanto al desembarco en la banca, Sacyr ha aparecido en ciertas quinielas como socio del Santander y del Sabadell en una supuesta toma de control del BBVA. El grupo niega oficialmente su vinculación.

Pero para Del Rivero, el proyecto fallido en el banco se ha convertido en una espina difícil de sacar. De hecho, sigue insistiendo en el encaje estratégico de aquella operación porque considera que parte del mercado no supo entenderlo. Sólo hace unos días un ejecutivo rival que le conoce bien afirmaba que si éste viera posibilidad de hacer otro intento, lo afrontaría.

Sólo queda esperar y ver si Sacyr logra sorprender, como suele, al mercado.

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