El regulador alemán marca de cerca a los grupos energéticos
A los gigantes energéticos alemanes no se les da tregua. En este momento, los cuatro grandes consorcios (Eon, RWE, Vattenfall Europe, y Energie Baden-Württemberg) parecen tener a todos en su contra: consumidores, políticos y a la entidad reguladora de los sectores eléctrico y gasista: la Bundesnetzagentur, organismo dependiente del Ministerio de Economía. Mientras los colosos energéticos europeos pugnan por una mayor cuota de mercado, el ministro de Economía alemán, el socialcristiano Michael Glos (CSU), se propone fortalecer las leyes antimonopolio para evitar que sigan subiendo los precios energéticos. Y la Bundesnetzagentur celebra sus primeras victorias 'en una regulación razonable de los precios' frente a los poderosos grupos.
Los grandes proveedores energéticos alemanes se ven contra las cuerdas ante el amplio frente de oponentes. La razón: su política de precios y actitud monopolista. De ahí que los analistas reclamen la adquisición de la eléctrica española Endesa para garantizar la rentabilidad de Eon en un momento en que el Gobierno alemán pretende reducir los precios del gas y la electricidad. El ministro de Economía alemán propone una regulación especial de la industria energética (parágrafo 29 de la ley de defensa de la competencia) para que ésta deje de orientar sus precios en función del mercado bursátil y tenga en cuenta los precios de otras empresas energéticas o firmas de sectores equiparables. De lo contrario, el regulador podría entender que se registra abuso y pedir cuentas. Glos, preocupado por la creciente diferencia entre los costes de producción energética y los precios en bolsa, quiere también que en el futuro las compañías de gas y electricidad justifiquen 'pertinentemente' eventuales subidas de tarifas.
Cuando hace un año la Bundesnetzagentur empezó a controlar los proveedores eléctricos, los consorcios pusieron el grito en el cielo. El regulador alemán rechazó hace poco el cálculo presentado por el consorcio energético Vattenfall Europe, por lo que éste deberá reducir un 11% las tasas que exige a sus competidores y a las empresas proveedoras de energía municipales (Stadtwerken) por recibir electricidad de la red de Vattenfall.
El regulador energético acaba también de imponerse al proveedor regional de gas Eon Hanse, que se ve obligado a recortar sus tasas el 8,7% (mediante intervención del Tribunal de Hamburgo), y a N-ERGIE de Nuremberg que deberá bajar su precio el 10,6%. La Bundesnetzagentur (reguladora también de telecomunicaciones, correos y ferrocarriles) ha demandado también a Eon ante el Tribunal de Düsseldorf por sus contratos de suministro de gas a largo plazo. El regulador pretende que se prohíban tales acuerdos para posibilitar mayor competencia en el mercado gasista. Incluso los consumidores alemanes recurren a los tribunales por considerar que las subidas de precios del gas responden a abusos injustificados. Y las mismas autoridades de los länder responsables de autorizar los precios se rebelan.
Según la jefa del grupo parlamentario de Los Verdes, Renate Künast, los cuatro grandes consorcios energéticos alemanes están obstaculizando sistemáticamente (con su defensa a ultranza de la energía nuclear) la inversión en energías renovables. 'æpermil;stas no les interesan porque menguaría el poder de sus monopolios. Por esta razón, tampoco el Gobierno alemán apuesta con ganas por energías alternativas'.
Otro frente: Bruselas. La pasada primavera, la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, cumplió su amenaza de utilizar 'las poderosas armas que tengo a mi alcance para imponer una competencia justa en los mercados liberalizados' y ordenó que se registraran las sedes de RWE y Eon porque sospecha que se están repartiendo el mercado centroeuropeo y se están aprovechando de su posición dominante. Kroes reclama medidas legislativas que desmembren las grandes compañías que controlan verticalmente el sector y propone una mayor separación entre la propiedad de la producción (centrales) y la de la red. El objetivo: acelerar la liberación de los mercados energéticos y evitar conflictos de intereses. Según Kroes, la elevada concentración actual les permite subir los precios. 'Europa necesita un mercado abierto.' Al respecto, la portavoz de política energética del Partido Liberal alemán (FDP), Gudrun Kopp, señalaba: '¿Alguien se cree que los consorcios energéticos lo van a permitir?'.
Una política centrada en determinar el precio justo
¿Qué pasaría si el papel fuera sólo propiedad de los periódicos? ¿Lo venderían barato a medios competidores que no tuvieran papel? ¢Probablemente no¢, dice el presidente del regulador eléctrico y gasista alemán, Matthias Kurth, quien explica así el poder de los cuatro grandes consorcios energéticos alemanes, propietarios de la producción (centrales energéticas) y las redes distribuidoras. Kurth ha conseguidoque se reduzcan un 5% las facturas de electricidad en Berlín, Hamburgo, Stuttgart y Fráncfort. ¿Cómo? Pide a los consorcios que le expliquen por qué la red eléctrica y gasista es más cara en Alemania que en el resto de Europa. Controla sus cuentas y les exige recortes de gastos. Kurth se ha convertido en una figura temida por los colosos energéticos. ¢Si no hacemos nada, seguiremos sufriendo las consecuencias los consumidores y las empresas de elevado consumo energético¢, argumenta Kurth, para quien la tarea de la Bundesnetzagentur es ¢regular razonablemente y determinar el precio justo¢. Aunque ¢¿cuál sería el precio de la luz si hubiera competencia?¢.