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Pequeños gigantes

Forlady quiere plantar cara a las cocinas de la sueca Ikea

Forlady es la carta de presentación de Móstoles Industrial. Pionera en la fabricación de muebles de cocina en serie, esta empresa ha logrado remontar el vuelo en varias ocasiones. Ahora se enfrenta a sus retos más difíciles: competir con las cocinas de Ikea y penetrar en un mercado ya conocido, el de los muebles para el hogar

Esta historia comienza hace cuarenta años y tiene como protagonistas a un grupo de empleados de El Corte Inglés. Corría el año 1966 y los grandes almacenes, fundados en la madrileña calle de Preciados por Ramón Areces, abrían sucursales en Barcelona, Sevilla y Bilbao. El Corte Inglés se hacía grande, pero no lo suficiente como para dar trabajo diario a los carpinteros y montadores que construían y fijaban las vitrinas de las tiendas. Había que ofrecerles una ocupación permanente y ésta surgió con Móstoles Industrial (Moinsa), la empresa que revolucionará el mercado nacional de las cocinas con su marca de cabecera, Forlady.

Móstoles Industrial fue una apuesta ambiciosa de Areces y su equipo: la mayor y más moderna fábrica de muebles que se montó en España en la época, con ingeniería italiana y maquinaria alemana. Un proyecto que no tenía parangón en nuestro país. Hoy, El Corte Inglés sigue siendo el principal cliente de una compañía que ha sabido diversificar su producción para no perder el tren de los nuevos tiempos.

En la actualidad, el principal accionista de la empresa es la Fundación Ramón Areces, que posee algo más del 20% del capital. El resto está en manos de Isidoro Álvarez y diversos miembros de la familia Areces. Como ocurre con otras sociedades del grupo, 80 empleados de Moinsa son también dueños del 10% de las acciones. 'Los empleados valoramos gratamente el hecho de que El Corte Inglés nos permita ser copropietarios de la compañía en la que trabajamos', señala Javier Alonso, ingeniero y director general.

Forlady controla actualmente el 7% del mercado de las cocinas

Móstoles Industrial comenzó su andadura fabricando muebles de cocina, muebles para el hogar, mobiliario escolar y mobiliario infantil, pero el éxito de sus diseños de cocina fue tal que la empresa se vio obligada a concentrar toda su actividad en ese campo. 'No éramos capaces de abastecer toda la demanda en aquellos primeros años', recuerda Alonso.

Eso fue así hasta mediados de los setenta. La crisis del país cogió de lleno a Forlady y la dirección decidió abrirse a nuevos proyectos e iniciativas 'para salvar el barco'. Con el fin de salir del agujero, Móstoles Industrial diversificó su producción en cuatro divisiones industriales -mobiliario, logística interior, instalaciones comerciales y oficinas- y compró una fábrica de tableros en Teruel, que con el tiempo ha ido ampliando.

Forlady remontó el vuelo, pero su reconversión aún no ha terminado. A la crisis de los setenta le sigue, en los ochenta, un cambio radical en el gusto de los consumidores. El mueble de cocina en serie pierde clientes y se impone la fórmula del mueble bajo pedido, lo que ha obligado a dar un nuevo impulso al diseño y modificar los sistemas de producción. 'Durante los primeros años de vida de Móstoles Industrial, la oferta de diseños era muy limitada, no había demanda. Sólo comercializábamos dos o tres modelos. En la actualidad, distribuimos 22 cocinas con 10 colores y terminaciones diferentes para elegir'.

Forlady controla actualmente el 7% del mercado nacional: vende a través de distribuidores -su principal cliente es El Corte Inglés- y cuenta con 24 tiendas de su propiedad. Unas 20.000 cocinas salen cada año de la factoría.

Las exportaciones de muebles de cocina, fundamentalmente a Portugal y Chile, donde son socios de un distribuidor local, no superan el 5% de los pedidos. 'El mueble de cocina, que siempre va acompañado de una instalación, es un producto difícil de exportar. Hay empresas locales que incluso han intentado dar el salto nacional y han fracasado. De hecho, las cocinas de importación, habituales en las revistas de decoración, tienen los clientes contados. Afortunada o desgraciadamente, su precio, entre 18.000 y 24.000 euros, no está al alcance de cualquier bolsillo', asegura el director general.

Muy distinta es su actividad internacional en el campo de la logística interior, que incluye dos líneas de trabajo: la producción y venta de instalaciones de transporte y almacenaje y los productos para la construcción.

En 2005 distribuyeron los pedidos en 20 países distintos, tanto de Europa como de América. Entre otras cosas, montaron 8 kilómetros de líneas aéreas motorizadas, más de 100 kilómetros de líneas aéreas de accionamiento manual y 2 kilómetros de carril enterrado con carga pesada. En esta área de negocio, sus principales clientes son El Corte Inglés y Zara.

Moinsa, que en los últimos tiempos se enfrenta a un duro competidor, Ikea, tiene puestas todas sus energías en el futuro y en un nuevo proyecto: la fabricación de muebles para el hogar.

La decisión de trasladar a otro lugar la factoría, que hoy ha quedado constreñida en el centro de la ciudad por el boom inmobiliario que vive Móstoles, y la construcción de una fábrica más pequeña, permitirá obtener los ingresos necesarios para abordar la inversión necesaria, y trasladar la filosofía del mueble de cocina, fabricación y montaje, al resto de la casa.

Datos Básicos Ventas empleo Actividades

VentasMóstoles Industrial ha tenido una constante progresión comercial en los últimos años. En 2001, facturó 167,4 millones de euros y en 2005 las ventas superaron los 200 millones. La dirección espera cerrar este ejercicio con un volumen de negocio de 218 millones. Los beneficios también crecen. En 2005 fueron de 5 millones de euros y para 2006 se prevén 7,5 millones.

EmpleoActualmente trabajan en Móstoles Industrial más de 900 personas y sus instalaciones se asientan sobre una superficie fabril de 100.000 metros cuadrados. De los cerca de 1.000 empleados, 300 son mujeres y sólo seis ocupan un puesto directivo.

ActividadesMoinsa fabrica muebles para cocinas, hoteles y residencias, armarios modulares y puertas de paso. Esta división representa el 40% de la producción. La línea de instalaciones comerciales, que incluye muebles de oficina, supone el 30% de los pedidos, y el resto se engloba dentro de la división de logística interior, especializada en productos de almacenaje, transporte interior de mercancías, sistemas para captura y transmisión de datos, suelos técnicos, falsos techos e iluminación.

SEVILLA El boom del diseño en madera

¿Recuerdan el modelo Sevilla? El mueble de cocina en serie desembarcó en España de mano de la madera, que también hacía furor en Europa. Fruto de la fortuna o de la intuición comercial, los diseñadores de Forlady dieron en el clavo distribuyendo esta cocina de líneas rectas, colores suaves y acabado de madera maciza. Se fabricaron más de dos millones de unidades y durante años fue la cocina preferida de las familias españolas. Más de 200.000 hogares disfrutaron de unos muebles irrompibles a pesar del uso, y aún hoy pueden encontrarse en algún que otro chalé de la sierra madrileña.Los tiempos han cambiado y la madera ha cedido su protagonismo al acero. La variedad de colores ha crecido hasta el punto de convertir cada instalación en un diseño exclusivo. El blanco, sin embargo, sigue siendo el color preferido de los españoles.Forlady comercializa actualmente 22 modelos diferentes, con 10 terminaciones distintas cada una. Los modelos más demandados son Brisa y Dueto.Los departamentos de diseño y producto de Moinsa cuentan con una plantilla 40 trabajadores. Además de bonitos, los productos deben ser resistentes al uso y prácticos para almacenar.

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