'El día que ignores a tu competidor estás perdido'
Este directivo vasco, que gestiona una sociedad de servicios especializada en la empresa familiar, considera que el principal problema que tienen este tipo de compañías es la titularidad de la propiedad
Cuando habla lo hace de manera apasionada, con un discurso perfectamente hilvanado.
¿Tiene siempre presente a la competencia? ¿Es necesario tenerla en cuenta?
Fundamental. El día que ignores a tu competidor estás perdido. Hay que tener una obsesión sana por ofrecer al cliente lo mejor y no dar nada por garantizado. La competencia es feroz, sobre todo en este sector, donde el vector tecnológico es muy importante. No hay que ser nada complaciente y vigilar tu oferta y, por supuesto, también la de tus competidores.
'No creo en los grandes gurús, sino en las personas normales que saben crear un entorno estimulante'
En un sector tan vivo, habrá que ser muy exigente...
Sin duda. Los elementos más importantes de la gestión son, en primer lugar y para crear un entorno de alto rendimiento, generar confianza, porque es lo que hace que los equipos funcionen y se entusiasmen con su propia tarea. Hay que dejar que la gente intente las cosas y si fallan, no pasa nada, el fallo forma parte del aprendizaje. En entornos basados en la supervisión y el control se favorece poco la creatividad, son menos ricos, porque la información es un arma de poder. Por el contrario, en entornos de confianza hay mucha más meritocracia, las jerarquías cuentan poco y se desarrollan mejor los equipos de alto rendimiento. Lo que hay que conseguir es que todo esto se traduzca en actitudes, liderar con el ejemplo y crear herramientas que transmitan con agilidad la información y permitan trabajar y ser creativos.
¿Cómo definiría usted a un equipo de alto rendimiento?
Me gusta repetir algo que leí en una ocasión, y que hablaba de cómo personas normales pueden conseguir cosas extraordinarias. Eso es lo que creo que es un equipo de alto rendimiento. Eso exige un alto nivel de escucha, pero también de autoexigencia. Se requiere, además y debido al entorno cambiante que vivimos, un aprendizaje continuo. Por tanto, crear un entorno de confianza, con un nivel alto de exigencia y de autoexigencia, con formación continua y pasión.
¿Es usted muy apasionado?
Creo que sí. La gente debe ser apasionada. Yo me considero una persona, además, muy afortunada, porque he tenido la suerte de poder desarrollar mi carrera en el sector tecnológico, que te permite estar al día, aprendiendo siempre. He trabajado en Microsoft y en Hewlett-Packard, que ha sido una gran escuela para mí. Curiosamente, son empresas de la costa oeste americana, que reflejan una cultura basada en las personas. Me gusta trabajar con personas, en equipo, y es una suerte hacerlo en un sector tan cambiante, dinámico y estimulante.
¿Qué aprendió en Hewlett-Packard?
Estuve allí hasta 1992 y fue una empresa pionera en valorar la contribución de las personas, en ofrecer confianza y medios. Juan Soto dirigió la compañía eficazmente. Yo no creo en los grandes gurús, sino en las personas normales, que saben crear un entorno propicio y estimulante.
¿Y cómo le gustaría que le recordaran a usted como ejecutivo?
Me gustaría que me recordaran como a una persona razonablemente normal y comprometida con la labor del equipo. Valoro mucho el afecto.
Sorprende oírle hablar de sentimientos cuando la creencia generalizada es que los primeros ejecutivos tan sólo se preocupan de la cuenta de resultados.
Los ejecutivos tenemos la misión de gestionar, de conseguir resultados, y todo eso tiene que ver con datos, procesos y papeles; pero además tenemos que liderar, y eso implica a las personas. Hay que tener capacidad para tener contacto con los que son tus compañeros, y para ello hay que saber introducir entusiasmo, que te apasiones con lo que haces, que te sientas parte de algo importante. Ahora puede que se abuse de la inteligencia emocional, pero es fundamental tener equilibrio y rigor en la gestión.
Estamos obsesionados con los números, pero lo importante es no engañarse cuando se tienen delante. Hay que tratar de no engañarse, de no interpretarlos siempre de manera favorable, ya que es la única forma de poder afrontarlos. Es más importante prevenir que autoengañarse con falsas interpretaciones.
Es necesario ser exigente todos los días, todos los minutos. El arrastre de las personas tiene que ver con la definición de la estrategia, con la claridad de la información y con el contacto y la comunicación.
Motivación. 'Es necesario que los ejecutivos contagien entusiasmo'
¿Cómo se consigue que alguien esté tan orgulloso de su trayectoria profesional?Yo he disfrutado mucho de mi trabajo, y lo sigo haciendo, aunque también reconozco que se está mejor de vacaciones. Pero, si algo valoro de mi trabajo, es que cada día aprendes a enfrentarte con otras personas. Me gustan las situaciones desafiantes, para mí son un estímulo.P¿Qué cree que ha aportado a Vodafone en los tres años que lleva como consejero delegado?
Creo que he intentado ayudar a crear un equipo que lidera con entusiasmo la compañía. Estoy muy orgulloso de todos porque tengo la suerte de trabajar con gente estupenda, de la que aprendo cada día y con la que disfruto muchísimo. El riesgo de las grandes palabras es que se convierten en tópicos.¿Qué hay que hacer para que esto no suceda así?Sólo caben dos cosas, la perseverancia y el ejemplo. A las personas es muy difícil engañarlas y todo es cuestión de ejemplo con lo que se hace, no con lo que se dice. El liderazgo tiene importancia si se da ejemplo a los demás. Creo que es fácil generar un entorno de confianza donde se pueda permitir el error, porque si no lo haces estás cercenando el aprendizaje. El liderazgo requiere de personas con coraje y autoconfianza.Muchos consideran que el puesto de primer ejecutivo está sometido a demasiadas presiones.Creo que es una posición fascinante, porque se tiene la suerte de ayudar a o influir en el quehacer cotidiano de muchas personas. Se ayuda a construir el camino hacia donde vamos; además de tener una visión local y global, tienes que trabajar para conseguir resultados inmediatos y a la vez a largo plazo. Porque es más importante lo que vas a dejar que lo que entregas. Lo lógico es que sea un puesto difícil, pero forma parte del encanto.¿Cómo se motiva a las más de 3.800 personas que trabajan en Vodafone España?Con convicción y con el contacto y el roce. Lo lógico es llegar a todas las personas, estar en sintonía. Sólo de esta manera se puede tener un equipo cohesionado, alineado y comprometido. El entusiasmo se contagia, y es necesario que los equipos directivos contagien entusiasmo a través de su trabajo. Eso también exige instrumentos de comunicación interna dentro de las compañías eficaces.