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Tribuna
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La India va a ganar a China

Existe un elevado consenso a la hora de señalar a China como el principal candidato a mostrar las mayores tasas de crecimiento del PIB en los próximos años y a acumular, así, una destacada cuota sobre el total mundial, pudiendo incluso superar a Estados Unidos en un plazo de entre 25 y 35 años. En este análisis proyectivo también se incluye a la India (actualmente la décima economía), pero se advierte de que su potencial es algo más limitado que el chino. Si bien compartimos este diagnóstico, es conveniente destacar una de las variables en la que la India presenta mejores perspectivas, y no la única: la población.

Efectivamente, uno de los factores que marcan el potencial de crecimiento de un país es su población, tanto por lo que respecta a su tasa de natalidad como a su pirámide demográfica (ambos factores están relacionados, ya que una disminución de la primera lleva asociado un envejecimiento de la población). Con los países más desarrollados mostrando una tasa de crecimiento de la población prácticamente nula y un notable envejecimiento, es interesante analizar la situación en los países emergentes para proyectar el futuro mapa del mundo.

En China y la India reside, en la actualidad, el 45% de la población mundial, y salvo Estados Unidos, Japón y México (con el 5,8%, 2,5% y 1,6%, respectivamente), la lista de los más poblados está acaparada por países emergentes, entre los que destacan Indonesia, Brasil, Pakistán, Bangladesh o Nigeria. Esta concentración se intensificará en próximos años, salvo en las naciones de Europa del Este, donde la población está disminuyendo.

Ahora bien, el potencial de crecimiento de la población no es el mismo en todos los países emergentes, y son especialmente notables las diferencias entre China y la India. En el caso de China, la política social de un solo hijo por pareja introducida a finales de los setenta provocará, según The Economist, que su población prácticamente no crezca en los próximos años. En la edición de 2006 de su Pocket World in Figures prevé 1.392 millones de habitantes en 2050 (es decir, similar a la cifra actual), mientras que para la India anticipa 1.563 millones de habitantes, por lo que se convertiría en el país más poblado del mundo. Pero, además, con una estructura mucho más joven: se estima que en 2050 el 37% de la población china tendrá más de 50 años y el 17% más de 64 años, mientras que los porcentajes serán más reducidos en la India, 26% y 9%, respectivamente. Hasta llegar a 2050, las implicaciones más claras serán el deterioro de la ratio de dependencia, que en China comenzará a aumentar en 2010, mientras que en la India no lo hará hasta 2040.

Este dispar crecimiento y envejecimiento de la población tendrá claras implicaciones sobre la tasa de ahorro de las familias, lo que es muy relevante si tenemos en cuenta que tanto en China como en la India se pretende conseguir un modelo de crecimiento más basado en el consumo y no tanto en la inversión empresarial o en las exportaciones, así como sobre el sistema de pensiones y, en general, el gasto público.

En definitiva, las favorables perspectivas de crecimiento para la economía china encuentran en la pirámide demográfica un lastre que no se observa en la India, donde la población es un factor que incrementa el potencial de crecimiento para este país.

No obstante, para el más corto plazo, la India sigue presentando una serie de debilidades que deberá corregir si quiere capitalizar al máximo el potencial de su crecimiento demográfico, así como las ventajas competitivas de que goza en el sector servicios: déficit por cuenta corriente (3%), ligera sobrevaloración de la rupia, elevado déficit fiscal (7%), destacado peso de la agricultura (20%), lo que provoca que su PIB sea más vulnerable a las condiciones meteorológicas, carencia de infraestructuras, excesiva regulación y barreras de entrada al capital extranjero en diversos sectores, dependencia energética del exterior y, más recientemente, un repunte de la inflación que está llevando al banco central a elevar los tipos de interés. Después de tres subidas, los ha situado en el 5,25%, en una tendencia que podría continuar en próximos meses hasta alcanzar el 6,5%. Un intenso endurecimiento de las condiciones monetarias en aquel país que puede poner en riesgo las actuales previsiones de crecimiento del PIB: 8,0%.

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