Viaje a la cuna de los emprendedores
Bienvenidos a Babson College. La mayor fábrica de emprendedores del mundo. Por las aulas de esta escuela de negocios, ubicada a 40 kilómetros de Boston (Estados Unidos), pasan cada año 1.400 alumnos del MBA con el fin de conocer las claves y los secretos para ser emprendedor por cuenta propia y ajena. Todo alumno que entra en este centro recibe obligatoriamente clases de innovación y espíritu empresarial. Es algo más que una disciplina: es un estilo de vida. Ninguna idea cae en saco roto. Hasta este campus universitario viajaron la semana pasada 40 altos directivos españoles, alumnos del Senior Executive Program (SEP) de Esade, con la sana intención de empaparse precisamente del espíritu emprendedor.
'Se trata de una inmersión total en un concepto que para los españoles es algo nuevo, que empieza a olerse ahora. Es tan necesario...' Quien habla con tanto entusiasmo es Eugenia Bieto, profesora de Innovación Corporativa de Esade, que considera que la experiencia de Babson, de hecho es el tercer año que Esade acude a este campus, es 'sumamente enriquecedora para los ejecutivos'. Por varias razones: 'En Estados Unidos es algo natural, todo el mundo tiene una vena emprendedora, no se entiende como una moda. Es algo que está en los poros de la gente. Y es un concepto que todas las empresas españolas deben incorporar', añade Bieto. Porque el espíritu emprendedor no es otra cosa, según explica el profesor de Babson College Jay Rao, 'que una combinación de la pasión por crear o cambiar las cosas, respeto con la diversidad y optimismo'. Pero además hay que tener resistencia y perseverancia, voluntad para contratar profesionales mejores que uno mismo y, por supuesto, sentido del humor'.
Martes. 8,30 de la mañana. Alumnos de Esade, 40 en total, asisten a la primera clase del profesor de Babson College, Jay Rao, uno de los mayores expertos en innovación, que comienza por explicar los secretos para llegar a pensar y actuar con mentalidad emprendedora. 'Muchos países invierten millones de dólares en fomentar ese espíritu, que está muy bien, pero es algo más, es algo que tiene que fluir por las venas', asegura Rao. Lo primero que se requiere es una mentalidad abierta. 'Nuestra sociedad, tal y como está planteada, nos condena a ser aburridos. Y necesitamos alejarnos de esto y tener mucha curiosidad', cuenta el docente, quien avanza que la mayoría de las grandes empresas, si no innovan, mueren. 'Los gorilas se refiere a las grandes organizaciones no sobreviven lo suficiente. Tienen una edad media de 12,5 años. Y eso es pésimo'.
Fenómeno de Bangalore
Las ideas bullen. El profesor se esfuerza por recalcar sus ideas. Cuenta cómo en Boston llevan 300 años innovando y reinventándose a sí mismos. Habla de las nuevas tecnologías en Silicon Valley, del fenómeno de Bangalore en India, de la necesidad de valorar el contexto sociocultural de las empresas. Los españoles no pestañean. Han llegado a este campus universitario con ganas de aprender y no desperdician un segundo. De momento, escuchan. Jay Rao habla ahora de tolerancia. 'Deberíamos ampliar este concepto, que es muy restrictivo pero juega un papel importante para atraer el talento y apoyar la diversidad'.
Las primeras sesiones son puramente informativas. No será siempre así. Los alumnos han tenido un trabajo previo: leer una decena de casos que después analizarán en grupo y posteriormente debatirán en clase. Las primeras reacciones sobre la necesidad que tienen las empresas españolas de acoger en sus plantillas a gente emprendedora llegan a la hora del café. 'Todo esto está muy bien, pero esto es América y en España las cosas son distintas. Hay mucha más burocracia'. Tanto trámite existe que, según el profesor Rao, en España se tardan meses en montar una compañía mientras que en Estados Unidos se reduce a dos horas.
'Se deben eliminar algunas barreras', señala Rao, a la vez que apunta que la gestión es una nueva filosofía, la penicilina de las empresas. 'Es el concepto central para que las empresas puedan sobrevivir. Europa lleva entre 10 y 15 años a la zaga en temas de gestión'. Y reitera, una vez más, que la clave para perdurar se encuentra además en la innovación. 'En romper las normas, en explorar oportunidades, en crear nuevos caminos, en hacer las cosas de manera diferente a lo que hace la competencia'.
Otro factor que influye, explica Eugenia Bieto, es la naturalidad con las que se abordan temas de emprendedores por parte de los medios de comunicación en Estados Unidos. 'Lo viven, lo sienten, porque en la televisión están constantemente emitiendo programas sobre emprendedores que han triunfado'.
En opinión de esta docente, el objetivo del curso no es otro que favorecer la convivencia e impregnarse de otras formas de hacer negocio. 'Se integran mucho más si están fuera de su entorno habitual, amplían su red de contactos y se empapan de nuevas experiencias', matiza esta docente, que supervisa con suma exigencia todo los contenidos y detalles del curso. Está preocupada porque en España se dedican escasos recursos a la innovación. 'Todas las empresas te dicen que tienen programas de I+D y no hay nadie que te diga que no hace investigación de mercado, que no está abierta a iniciativas, pero al realidad es otra'. Lo que hace falta desarrollar, señala la profesora de Esade, son aspectos más ligeros, como por ejemplo, la manera de articular los procesos. 'Y eso se aprende, se sigue una disciplina y no tiene nada que ver con la inspiración divina. Cuando se inventó el famoso post-it papel adhesivo amarillo para anotar ocurrió porque había un proceso, una dinámica de innovación', asegura Bieto, que dice muy convencida que 'lo que le falta a las empresas es saber articular esos procesos'. También coincide en esto el profesor Jay Rao. 'Se trata de ser introspectivos, de comenzar a trabajar desde el propio garaje. Cuando en una organización comienzan a despertarse las ideas es difícil ponerle fin'.
El secreto no es otro que ponerse a trabajar en ello. 'El emprendedor corporativo tiene que identificar una estrategia, recursos, oportunidades y equipo para conseguirlo'. A partir de ahí, se requiere 'rapidez, creatividad y flexibilidad'. En este momento, en el ecuador de la semana, los alumnos están ya más convencidos de que pueden aplicar algo de las lecciones recibidas. 'Sobre todo creo que aprendemos a capturar ese espíritu emprendedor que todos tenemos dentro, pero que está adormecido', apunta uno de los asistentes. 'Y es nuestra responsabilidad como directivos encontrar la vía para que la gente de nuestro equipo desarrolle esa capacidad innovadora', señala otro.
El momento más álgido de las sesiones se produce cuando en el aula, Rao pone un vídeo sobre cómo se trabaja, en concreto en el diseño de un carrito de la compra, en IDEO, una firma, aparentemente un tanto caótica, que ayuda a las empresas a ser más innovadoras. Ninguna sugerencia cae en saco roto.
Así es el innovador
1. Inquietud. Un emprendedor ha de tener pasión por crear cosas nuevas, por intentar cambiar. Es alguien en constante ebullición.
2. Carácter optimista. Muy importante no decaer ante un fracaso, alguna adversidad o simplemente ante la excesiva burocracia. Hay que creer en lo que se hace.
3. Perserverancia. No tiene nada que ver con la perfección, pero sí con la resistencia. Muchos emprendedores se quedan en el camino porque no son perseverantes.
4. Talento. No sólo el propio sino también el ajeno. Y no tener miedo a fichar a profesionales más brillantes que el propio emprendedor. Si ellos brillan la empresa también lo hará.
5. Flexibilidad. Es necesario un cierto control, pero se debe eliminar la burocracia que entorpezca la creación de ideas dentro de una empresa.
6. Sentido del humor. Es necesario. Si uno es capaz de reírse de uno mismo será capaz de admitir cualquier idea o sugerencia.
La universidad que innovó para ser diferente
Boston es la meca de la formación. Cuenta con más de un centenar de centros universitarios y dos de las más prestigiosas universidades del mundo: Harvard y MIT (Massachusetts Institute of Technology). Además, cuenta con más de 4.000 firmas creadas por licenciados y graduados. Babson College no quería ser un centro más. Pretendía ser pionero en algo y apostó por la diferencia. Existía una universidad reconocida y centro de tecnología puntero, así que sus fundadores decidieron apostar por la formación para emprendedores, con el fin de fomentar el espíritu aventurero. Y se han convertido en la escuela de mayor prestigio en su disciplina.En un principio se especializaron en la creación de nuevas compañías, pero según recuerda el profesor Jay Rao, hace 15 años tuvieron que ir un paso más adelante y ampliar el negocio. 'Llegaron grandes corporaciones con problemas, en busca de ayuda. Nos decían que les ayudáramos a implantar ideas emprendedoras en sus empleados'. Recuerda Rao que tuvieron dudas porque no tenían experiencia en trabajar con empresas ya asentadas, como Siemens, Cadbury, Sodexho, Ford o Fidelity.'Nuestra respuesta siempre era la misma, que no les podíamos ayudar'. Pronto empezaron a darle vuelta al asunto. Y comenzaron a acoger a este tipo de compañías, con el fin de ayudarlas a ser más innovadoras. Establecieron un plan de trabajo. En el primer módulo se les planteaba a los directivos que identificaran las oportunidades de negocio. 'Después se iban a su empresa y trabajaban sobre ello', afirma Rao. El siguiente paso era ver el posible desarrollo de esas oportunidades. Y en el último módulo se estudiaba la manera de dar el salto de la idea a la oportunidad de negocio. 'Después se llevaba a cabo un plan comercial y se implantaba dentro de la empresa'. Asegura Rao que uno de los planes desarrollados en el campus de Babson fue para Siemens, que invirtió en el nuevo proyecto un millón de dólares y consiguió facturar, a través de la nueva iniciativa, 250 millones de dólares.Otra de las empresas que quiso crecer al amparo de los consejos de estos expertos fue la multinacional francesa Sodexho. 'Vinieron al campus porque necesitaban individuos dentro de la organización capaces de abrir oportunidades comerciales en el mundo. Al poco tiempo la filial estadounidense de Sodexho estableció un acuerdo de fusión con Marriott Management Services, división de servicios del holding hotelero norteamericano. 'Hay que estar constantemente reiventándose', explica Rao. También Boston y el estado de Massachusetts ha tenido que reiventarse. 'En Estados Unidos todos los estados competimos por la innovación, el capital y las inversiones'