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Debate abierto
Tribuna
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Los nuevos retos del capital riesgo

El sector del capital riesgo español tiene ante si un reto que cumplir más sutil que el de mantener o superar sus cifras de inversión del año 2005: cuidar su imagen.

El pasado ejercicio fue el mejor de la industria del capital riesgo en España desde sus orígenes, allá por los años setenta. No sólo por haber doblado su mejor cifra de inversión en el país (cerca de 4.000 millones de euros), sino por haber logrado convertirse en un foco inversor de referencia. En cualquier operación empresarial de inversión o desinversión, el capital riesgo es un jugador tenido en cuenta. Nombres como Apax, Carlyle, Permira, Mercapital o CVC son ya habituales y se han echo un hueco en la información sobre las empresas. Porque van ligados mediante operaciones a los de empresas más conocidas como Jazztel, Vueling, Cortefiel u Occidental Hoteles.

Gracias a la popularidad alcanzada el sector ha podido impulsar la aprobación de una nueva Ley de Capital Riesgo. Ahora puede llamar a las puertas de cualquier empresa sin necesidad de una presentación previa.

En la actualidad puede decirse que, en general, las sociedades de capital riesgo son vistas en España como agentes dinamizadores de la economía: financian el crecimiento de las compañías en las que entran a formar parte del capital, elevan la productividad de las empresas y realizan las reestructuraciones que otros no se atreven a acometer. Sin embargo, esa visión podría cambiar si las últimas operaciones en las que se han embarcado no culminan con éxito o si las reestructuraciones emprendidas en algunas compañías terminan causando un problema de imagen debido a las elevadas cifras de despidos.

Las grandes corporaciones han aprendido que es rentable invertir en acciones solidarias para cuidar el valor de su marca. Las sociedades de capital riesgo podrían plantearse hacer algo similar. Investindustrial, la sociedad de capital riesgo presidida en España por el presidente de la CEOE, José María Cuevas, y dirigida por Umberto Bonomi, con un fondo para invertir de 500 millones de euros, gestiona una organización sin ánimo de lucro llamada Investforchildren.

Las sociedades de capital riesgo sostienen que su mayor compromiso social se refleja precisamente en las operaciones que protagonizan. Que son sus inversiones las que generan riqueza y empleo. Pero sería ingenuo pensar que ese mensaje pueda recibirse de forma tan pura.

Muchas de las grandes operaciones anunciadas en los últimos dos años por el sector del capital riesgo en España han ido acompañadas de medidas poco agradables de asumir por la empresa adquirida. Así, al coincidir la explosión del capital riesgo con el punto álgido del boom inmobiliario, las firmas de inversión han optado, una vez comprada una compañía, por vender inmuebles de la empresa y recuperar parte de su inversión inicial. Esa venta de activos difícilmente se separa de una cierta reducción de plantilla. Y estos factores están generalizando la impresión de que lo primero que hace una sociedad de capital riesgo al tomar una participación en una empresa es llevar a cabo despidos.

Frente a esa impresión, el capital riesgo debe hacer algo más que invertir en acciones altruistas: debe demostrar que crea riqueza y empleo. En las compras de Ahold en España por Permira o de Panrico por Apax, por citar dos de las operaciones más sonadas en los últimos dos años, la primera medida conocida adoptada por los nuevos inversores ha sido la venta de inmuebles.

En esos casos, como en otros, las sociedades tienen el reto de destacar que su función de creadores de riqueza y empleo se mostrará al término de la operación, una vez llegado el momento en que la sociedad de capital riesgo decide vender su participación. Es decir, que la compañía tendrá más plantilla y más negocio cuando la firma de inversión abandone su capital que cuando entró en él.

Esto supone un esfuerzo de comunicación. Si las sociedades de capital riesgo quieren demostrar que su actividad genera riqueza deberán explicar sus logros y ofrecer datos de rentabilidades de sus fondos y de las operaciones realizadas. Y también de sus fracasos. Las sociedades de capital riesgo también han de acostumbrarse a una mayor transparencia. Los inversores demandan a estas firmas la publicación de las rentabilidades de los fondos que gestionan. Si existiera un ranking fiable de rentabilidad de fondos de capital riesgo los inversores podrían seleccionar el destino de su dinero con mejor criterio.

La reciente creación en España de un fondo de capital riesgo con participación pública refleja esta situación de falta de transparencia y comunicación por parte del sector, al mismo tiempo que da idea del buen momento que atraviesa.

El Ministerio de Industria presentó el mes pasado su fondo Neotec, que cuenta con un presupuesto de 176 millones de euros para invertir en empresas tecnológicas españolas, en el que participará el capital riesgo. El Gobierno ha logrado convencer a 13 grandes compañías para que inviertan en este fondo. Sin embargo, ni la mayoría de las empresas (muchas de ellas cotizadas) ni Industria han informado sobre cuánto dinero va a invertir cada una, ni si se les ha adelantado alguna previsión de beneficios. En todo caso es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el organismo que tiene encomendada la supervisión del sector y la que debería valorar si es exigible más información a estas sociedades.

Las megaoperaciones de 2005 (Auna Telecomunicaciones, Amadeus, Cortefiel) han llevado al sector español a un alto nivel de madurez en el que cada vez más se involucran profesionales de todos los ámbitos. Aunque en 2006 no se supere la cifra de inversión lograda en 2005, el capital riesgo español ya da muestras de un alto nivel de desarrollo.

Hasta ahora era habitual que las sociedades de capital riesgo anunciaran sus operaciones dos veces al año, en verano y en diciembre. Sin embargo, antes de que finalice el primer trimestre de este año ya se está hablando de grandes operaciones promovidas por el capital inversión. Telepizza, Unión Española de Explosivos, TPI o Grupo Levantina son algunas de las compañías sobre las que planea el capital riesgo.

La imagen que den las firmas que lleven a cabo estas operaciones es muy importante para el sector. En España operan cerca de un centenar de sociedades de capital riesgo y sobre su prestigio pesará el comportamiento de las firmas con mayor poder de inversión.

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