Confianza en la empresa
Josep Ros asegura que los altos ejecutivos son la pieza clave para transformar la compañía en una organización fiable y transparente. No es un proceso sencillo
Muchas de las grandes empresas excelentes basan su crecimiento en el fomento de la confianza, porque realzan la implicación del personal, animan a la consecución de la calidad, reducen costes de supervisión y estimulan la creatividad. La confianza se consigue a través de las expectativas: confirmando las positivas, y evitando que se confirmen las negativas. La confianza debe crearse tanto en el plano personal, respecto a los directivos, como a nivel organizativo.
La confianza se consigue a través de las expectativas: confirmando las positivas, y evitando que se confirmen las negativas. La confianza debe crearse tanto en el plano personal, respecto a los directivos, como a nivel organizativo. La organización basada en la confianza se crea mediante cuatro aspectos. En primer lugar, liderazgo excelente basado en el logro. Para los directivos con los que trabajamos, las personas son los principales determinantes del crecimiento, por encima de otros factores como las competencias o los sistemas de negocio. El liderazgo en la confianza se consigue mediante seis criterios: Fomento de la participación, comunicación ejemplar, valores y cultura definidos, apoyo individualizado, alta credibilidad, y enfoque basado estrictamente en el logro. En definitiva, la clave está en que los líderes sean auténticos y cumplan ejemplarmente con la conducta que piden al personal. Deben tener un objetivo de crecimiento claro y explicar los pasos para alcanzarlo.
En segundo lugar, organización descentralizada. Las organizaciones basadas en la confianza son el modelo del futuro, y requieren estructuras descentralizadas que son las mejores para promover el crecimiento. La confianza se crea mediante el contacto de los empleados entre sí y con y los directivos. Este contacto se logra más fácilmente en organizaciones descentralizadas, que favorecen la creación de grupos pequeños que, a su vez, tienen las condiciones adecuadas para lograr el crecimiento y la excelencia operativa. Sólo las empresas que den a sus unidades de negocio los poderes necesarios para ocuparse de sus propios asuntos conseguirán impulsar su crecimiento de forma sostenida. Las unidades de negocio, en tal caso, deben funcionar a base de objetivos; el cómo lograrlos dependerá de ellas. Eso sí: para lograr crecer se necesita mantener los ahorros de costes que aporta la centralización de las tareas administrativas.
La transparencia se demuestra mediante una buena definición de estrategias y objetivos
El tercer aspecto es la libertad para innovar, ya que es la fuente del crecimiento y el rendimiento superior, y requiere libertad. Las organizaciones basadas en la confianza crean esa libertad, de modo que se promueve la curiosidad y se anima a su gente a que sea flexible y piense. Este modelo organizativo requiere responsabilidades y papeles bien definidos, sistemas de trabajo flexibles, comunicación interna excelente, y un sistema de compensación incentivador. Por último, la transparencia.
Las compañías con alto crecimiento están siempre basadas en una organización transparente, pues así se crea confianza y ésta moviliza los recursos. La transparencia se demuestra mediante una buena definición de estrategias y objetivos, un gobierno corporativo claro, un feedback abierto y permanente, y una información rápida y completa de los acontecimientos relevantes. En nuestras entrevistas con los directivos nos demuestran que la mayoría son conscientes de la importancia de la confianza dentro de la organización, pero también que, a menudo, son demasiado lentos a la hora de implantarla. Sólo si se logra una buena implementación de la confianza dentro de la empresa se pueden lograr los objetivos de incrementar la productividad y crear crecimiento.
Una forma de lograr dicha implantación es el método de las 4C para el cambio, que proponemos: Contenido (determinar qué se debe cambiar), Compromiso (obtener la implicación de la dirección en el cambio), Capacidades (desarrollar las habilidades que se requerirán en la nueva organización) y Cultura (lograr que las personas se impliquen en el cambio mediante una cultura basada en valores y aprendizaje). La transformación en una organización basada en la confianza es un proceso de tres fases: en la primera se debe formular la visión, comunicarla y ejecutar actividades específicas que demuestren la determinación a cumplirla.
La segunda es el paso de la organización basada en la confianza a través de toda la empresa, mediante la gestión de proyectos, para dirigir hacia delante el cambio de forma constante. El personal debe convencerse rápidamente de los méritos del concepto que se quiere alcanzar, y los efectos positivos que tendrá en el entorno laboral.
La tercera y última fase supone aprehender los elementos de la organización basada en la confianza dentro de la empresa, y desarrollarlos. Es un proceso continuo que no tiene fin, promovido por la dirección y apoyado por los empleados. Por eso, los altos directivos son la pieza clave en la transformación de la organización hacia la confianza. Deben creer en el cambio, y tener el carisma y la tenacidad suficientes para movilizar a la fuerza de trabajo.
Transformar una empresa en una organización basada en la confianza no es un proceso automático, y tampoco es sencillo. Pero los claros beneficios que provee hacen de ella la única opción. Las empresas que han comenzado ya a realizar los cambios requeridos serán las que más se beneficien y establecerán una clara ventaja competitiva.