Europa elude los fraudes en 'hedge funds' que proliferan en EE UU
El registro de fondos de inversión libre y la valoración de la cartera por parte de una entidad independiente de la gestora reducen el riesgo de fraude. En Europa, donde los hedge funds están sometidos a registro, tan sólo ha habido un escándalo en 15 años, mientras que en Estados Unidos se han contabilizado una veintena en el último año.
La Securities and Exchange Commission, el regulador de EE UU, obligará a los hedge funds con patrimonios superiores a 25 millones de dólares (unos 21 millones de euros) a registrarse desde febrero de 2006. Esta medida implica que los fondos de inversión libre, nombre que reciben en España, tendrán que cumplir con unos requisitos de información y auditoría, lo que redundará en un descenso del fraude.
Históricamente, los hedge funds han sido sociedades no sometidas a regulación ni registro alguno, o bien sometidas a la supervisión laxa de paraísos fiscales. Esta circunstancia les confiere libertad absoluta para operar en los mercados, en los que utilizan profusamente la operativa con derivados y el apalancamiento con el objetivo de cubrir sus posiciones y obtener rentabilidad absoluta, al margen de lo que haga el mercado.
Pero esa libertad ha dado pie a escándalos y quiebras, siendo la más sonada la del fondo LTCM en 1998. A diferencia de Estados Unidos, donde hasta ahora no se requería el registro, Europa ha optado por regular los hedge funds, lo que ha resultado en un solo escándalo en los últimos 15 años. En EE UU se contabiliza una veintena en el último año, uno de los más recientes el del fondo Bayou.
Europa ha sufrido un escándalo en 15 años, frente a la veintena de EE UU tan sólo en 2005
No obstante, hay que tener el cuenta que la industria estadounidense es mucho mayor que la europea.
'Aunque ninguna regulación puede prevenir absolutamente el fraude, sí asegura un nivel más alto de entrada a los participantes -por ejemplo, al elevar los costes asociados a los requisitos de información y supervisión- y un elemento importante de supervisión', explica Emma Mugridge, portavoz de la Asociación de Gestoras de Inversión Alternativa (AIMA, en sus siglas en inglés), con sede en Londres. Esta asociación de gestoras de hedge funds se declara a favor de la regulación, 'siempre que sea apropiada'.
España ha optado también por esta vía y, aunque los fondos y sociedades de inversión libre tendrán mucha más libertad de gestión, sí deberán registrarse en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 'Europa ha ido más allá que Estados Unidos en la supervisión tanto de la inversión como de la comercialización', explica Mariano Rabadán, presidente de la española Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco). 'Se exige que las gestoras estén supervisadas por la OCDE, lo cual es una supervisión muy buena', añade.
Otro aspecto que determina la escasez de escándalos en Europa es la preferencia de las gestoras por que el valor liquidativo de los fondos lo calcule una entidad independiente, el denominado administrador. Aunque la legislación no suele exigir esa separación, las gestoras por lo general prefieren la objetividad a la hora del cálculo del valor liquidativo. En España, el borrador de la circular de la CNMV que se aprobará este año da opción a delegar o no la determinación del valor liquidativo, pero explicita que en esta función no deberán intervenir 'personas que realicen funciones de gestión en la sociedad gestora'. 'Lo que el reglamento no hace es obligar a que el administrador esté supervisado y registrado por la CNMV. En otros países sí se exige', explica Juan Briz, de la división de depositaría de BNP Securities Services.
Los inversores institucionales exigen transparencia
Con el paso de los años ha aumentado el porcentaje de inversores institucionales en fondos de gestión alternativa, en detrimento de individuales de elevados patrimonios. Frente a los grandes patrimonios, están cobrando mayor importancia como clientes de esta industria los fondos de pensiones, las aseguradoras o las fundaciones.Si los inversores institucionales representaban el 20% del mercado en 1990, en 2005 se estima que han alcanzado el 55%, según datos de Dexia Asset Management. Esta transformación de la industria está aumentado la transparencia y el control por parte de los gestores de estos fondos, al verse obligados a aumentar las garantías para atraer a los grandes inversores hacia sus carteras. Las instituciones, en definitiva, exigen más que los grandes patrimonios.Paralelamente a este fenómeno, la proliferación de los fondos de fondos de inversión alternativa contribuye también a una mayor transparencia. Aquí entra en juego lo que se conoce en el sector como due diligence, entendido como el proceso para seleccionar fondos para formar carteras de hedge funds.Pero este proceso es más complejo que el que se produce en un fondo de fondos tradicional. El riesgo se encuentra en el gestor y no tanto en el mercado. Los profesionales que se encargan del due diligence investigan exhaustivamente al gestor del hedge fund, incluso en aspectos tales como si tiene antecedentes penales o si está casado y tiene hijos.Los fondos de fondos representan ya un 23% de toda la industria, frente a un 15% en 1994. De nuevo, si un gestor quiere atraer a un fondo de fondos como cliente, deberá ofrecer garantías.