Se cumplió mi predicción
Después del veto efectuado por cinco países al Presupuesto de la Unión Europea 2007-2013, presentado por el primer ministro luxemburgués a finales de junio, parecía que la UE, después del fracaso constitucional por el rechazo de Francia y Holanda, entraba en crisis. Hice pública mi opinión respecto al Presupuesto presentado por el primer ministro británico Tony Blair como presidente de la Unión Europea en el segundo semestre del año, en el sentido de que sería aprobado, a pesar de la reacción en contra de casi los 25 países de la Unión. Mi opinión estaba fundamentada en los siguientes hechos.
En primer lugar, por el descenso del Presupuesto al 1,03% del PIB desde el 1,06% presentado por Luxemburgo, lo que llevaba consigo una reducción de las aportaciones de los Estados miembros, que favorecía a todos, y en especial a Alemania y a Francia, inclusive al propio Reino Unido.
La segunda razón la encontraba en que la reforma de la política agraria (PAC) quedaba pospuesta, con lo cual el veto de Francia se levantaría. Por otra parte, los países de la ampliación tardarían dos o tres años en poder disponer de los cuantiosos fondos que el Presupuesto les asignaba, a pesar de ser menores que los contemplados por Luxemburgo, si lo vetaban. Polonia hizo saber que no estaba conforme y que incluso podría vetarlo. La única que quedaba sola ante la pérdida de los fondos de cohesión y coyunturales era España, pero no estaba yo muy seguro de si era capaz de usar el veto si los demás países daban su aprobación. Blair, en el Presupuesto presentado, ha incumplido el mensaje que dio cuando vetó a finales de junio el presentado por Jean-Claude Juncker, primer ministro luxemburgués, de que era necesario ir hacia otra Europa, asignando los fondos presupuestarios de acuerdo con las preferencias de Lisboa, y que la política agraria no absorbiera el 40% de los fondos comunitarios. Ha entrado en el chalaneo y ha aplazado las reformas estructurales necesarias para alcanzar lo que los ciudadanos piden: más Europa.
Los resultados de la negociación presupuestaria de la cumbre celebrada en Bruselas los día 15 y 16 de este mes han desembocado en un incremento del Presupuesto inicialmente presentado por Blair del 1,03% del PIB comunitario al 1,045%, lo que le ha permitido disponer de un colchón para ir contentando a los países más contestatarios. A pesar del aumento, supone sin embargo un Presupuesto inferior al del 1,06% del PIB de la Unión Europea presentado por la presidencia de Luxemburgo y muy lejos del techo de gasto aprobado por el Parlamento Europeo equivalente al 1,18% del PIB. El resultado es que a pesar del aumento con respecto al primer Presupuesto de Blair, sigue siendo inferior al vetado a Luxemburgo por Reino Unido, Holanda y Suecia por considerar excesiva su contribución, veto al que se sumaron Finlandia y España, lo que permite una menor contribución a todos los Estados miembros, en especial a los grandes países: Alemania y Francia.
El colchón presupuestario ha permitido elevar las dotaciones de solidaridad con los países de la ampliación, a través de los fondos de cohesión y estructurales, y que Polonia no hiciera realidad la amenaza de veto. El gesto de Angela Merkel, canciller alemana, de ofrecer al primer ministro polaco 1.000 millones de euros destinados a varios países de la ampliación con cargo a sus recursos fue muy bien recibido, y los países del Este apoyaron el acuerdo.
El mantenimiento de la PAC hizo posible que Francia se adhiriera al acuerdo, ya que su reforma empezará a estudiarse en 2009, pero sólo entraría en vigor, en su caso, a partir de 2014, una vez finalizadas las previsiones 2007-2013. En cuanto al Reino Unido, el cheque británico (compensación por no recibir ayudas agrícolas) ha sido reducido en 10.500 millones de euros en lugar de los 8.000 inicialmente propuestos. A pesar de ello, Reino Unido es un gran beneficiario del acuerdo ya que en el Presupuesto de Luxemburgo era contribuyente neto por un importe de 75.000 millones de euros, en tanto que con el aprobado dicha contribución es sólo de 60.000 millones.
Las cuentas resultantes para España del acuerdo, según información aparecida en la prensa procedente de la Comisión Europea y de la Presidencia del Gobierno español, nos dan un resultado positivo para el periodo 2007-2013 (saldo neto a favor de España) de 16.181 millones de euros. En el periodo 2000-2006 fue de 48.715 millones de euros.
Este resultado ha sido, a juicio del presidente del Gobierno, 'un éxito indiscutible', ya que se ha conseguido que España siga recibiendo hasta 2013 más dinero que el que aporta a la Unión Europea. Dicha cuenta no es correcta pues no es homogénea, ya que incluye, entre los ingresos procedentes de la Unión, los pagos que ésta realizará en 2007-2009 con fondos procedentes del periodo 2000-2006, y el total de los fondos comprometidos para el periodo 2007-2013, mezclando así el criterio de caja con el de devengo, cosa que no se realiza para el periodo anterior 2000-2006, que sólo contabiliza los créditos comprometidos, como es lo correcto.
No se conoce hasta ahora a cuánto ascienden los fondos procedentes del periodo anterior. Si fuera del orden de 11.000 millones de euros, el saldo neto sería de 5.000 millones de euros, que sería análogo al que España no aceptó en junio. Para el propio Blair, España e Irlanda son las más perjudicadas por el acuerdo y para la oposición española, España es la gran pagana de la ampliación europea.
A mi juicio, la metodología para conocer realmente el resultado de la negociación para España debe basarse en un estudio alternativo, consistente en estimar el resultado que habría obtenido España si no hubiera existido ampliación y cuál ha sido realmente el derivado de la ampliación. En cuanto tenga la correspondiente información haré el estudio y publicaré los resultados.