El turista de 2020
Surgirá con fuerza un viajero más sofisticado y aventurero, que busca exotismo y experiencias, pero que convivirá con el que quiere sol y playa en un 'todo incluido'
El Polo Norte, los desiertos o incluso la Luna; pero también, el 'todo incluido' de los resort de Canarias, Baleares, el Caribe o Centroamérica. El turismo en 2020 irá acentuando cada vez más las diferencias entre los que podríamos definir como los turistas y como los viajeros. Según un estudio realizado por la Fundación OPTI (Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial), ligada al Ministerio de Industria, dentro de quince años habrá una clara segmentación en el perfil de los turistas. En OPTI han analizado la evolución del sector y lo primero que han determinado son los perfiles y, por tanto, los gustos y los destinos predilectos de los hombres y de las mujeres de dentro de tres lustros.
En el informe se establecen tres escenarios distintos que dan lugar a tres perfiles diferentes. El primero dibuja una demanda muy sofisticada e innovadora surgida en un contexto económico y geopolítico favorable. Se trata de un grupo que aglutina a subgrupos pequeños y muy concretos (alto poder adquisitivo, estudiantes, jóvenes profesionales, prejubilados, entre otros) cuyos gustos y necesidades son muy específicos. Por tanto, la industria turística, si quiere satisfacer la demanda de estos potenciales clientes, tendrá que esforzarse en innovar y cubrir los nichos nuevos que se abran. Son clientes muy exigentes en cuanto a dotaciones, a servicios y a la calidad de sus experiencias turísticas.
Este grupo -más de viajeros que de turistas- buscará destinos más lejanos y exóticos, desestacionalizará sus vacaciones para evitar masificaciones, diversificará los motivos por los cuales elige un destino (aventura, eventos, solidaridad) o ligará sus desplazamientos a sus aficiones y actividades de ocio (submarinismo, espeleología, alpinismo, golf, náutica, cultura). Y explorarán nuevas fronteras, con destinos hoy imposibles, o casi. Los polos, los desiertos o incluso la Luna estarán en sus puntos de mira. Pero África se convierte en la Meca para estos nuevos turistas y se consolida el turismo de género; es decir, mujeres sofisticadas que viajan a destinos urbanos. Internet será su canal de compra, adquirirán sus viajes con poca anticipación y se dejarán asesorar por revistas especializadas o asesores.
El Polo Norte, los desiertos o incluso la Luna serán destinos para un perfil de turista del futuro
Pero este viajero, sibarita y sofisticado, seguirá siendo minoritario. OPTI lo cuantifica entre un 10 y un 20% del total de los turistas de 2020. El otro 80% se concentra en un segundo perfil que sigue buscando el sol y playa con destinos mayoritarios y más previsibles. Pero para esos años, se habrán sumado turistas de nuevos países como China, Rusia, India y Brasil que serán frecuentes en los complejos hoteleros de medio mundo. Es, siempre según el estudio, un turista menos caprichoso, con 'escasa sofisticación cultural', pero que exigirá la máxima calidad y seguridad en los servicios.
Los destinos se centrarán en zonas turísticas muy consolidadas, junto con otros lugares hoy considerados exóticos, pero que se habrán trivializado. Este turista continuará contratando a través de los canales tradicionales (agencias de viajes y grandes paquetes), aunque se informará cada vez más por internet. No obstante, este segundo tipo de turista no documenta tanto sus viajes, ya que demanda una organización detallada de sus vacaciones. Concentrará sus estancias en fechas concretas (vacaciones, Semana Santa, Navidades) y las disfrutará en familia.
El estudio establece un tercer grupo derivado, no tanto del perfil del turista, sino de un contexto geopolítico y económico adverso. Se elegirán lugares más cercanos y baratos, mucho menos sofisticados, y sobre todo seguros. Por tanto, prevalecerán los viajes organizados con 'todo incluido'. Las compañías aéreas de bajo coste jugarán un papel vital en la elección del destino.
Oportunidades para españa
Buenas perspectivas para un entorno geopolítico inestableDemanda fragmentada y desanimada. El estudio considera un tercer escenario determinado por una situación geopolítica y económica desfavorable. En semejante circunstancia, España se encontraría en una posición privilegiada, pues el turista huirá de los destinos más exóticos que, por lo general, son más inseguros. Los turistas -occidentales- preferirán lugares más cercanos con buenas infraestructuras sanitarias y de otro tipo de servicios. Eso permitiría el renacimiento del turismo nacional dentro de las fronteras y se podría compaginar el más tradicional ligado a la costa con otras fórmulas alternativas. En esta situación se agudiza la relación calidad-precio, pues la peor situación económica determinará la elección de lugares más baratos. Se produciría una batalla feroz entre compañías aérea regulares y las de bajo coste.Con ventajas en un turismo centrado en el sol y playaDemanda mayorista y previsible. El turismo más tradicional, el que busca sol y playa, seguirá siendo uno de los fuertes para España, que mantendrá una imagen atractiva para estos clientes. En la carrera para mantenerse en 2020, por tanto, se parte con ventaja, según Ana Morato, directora técnica de la Fundación OPTI. Pero eso no significa que la industria se pueda quedar parada. En este sentido, Morato considera que el sector debe 'reinventar' la oferta. En 2020, el clásico turista de sol y playa será mucho más exigente, pedirá calidad y no querrá tener ningún tipo de percance en sus vacaciones. Habrá que mejorar el servicio por lo que deberá hacerse un esfuerzo en formación. Y surgirán con fuerza turistas, hoy anecdóticos, de China, India, Rusia o Brasil. Y habrá que ir a captarlos para que elijan España como destino.Necesidad de reformas para satisfacer al cliente innovadorDemanda de nicho e innovadora. Son clientes con necesidades muy específicas y cambiantes. Se abren nuevos campos de negocio ligados a la cultura, la aventura, los negocios, la gastronomía o el golf. Pero para ello, los responsables del informe consideran que la industria turística española necesitará realizar reformas y adaptarse a la mayor calidad y sofisticación de este cliente. Puesto que la actividad se derivará de nichos muy específicos, la oferta se centrará en empresas pequeñas y medianas que tendrán que unirse para establecer una sólida marca de calidad. En este sentido, se precisará el apoyo de la Administración con una promoción muy pro activa. Hay que salir a buscar al turista a sus países de origen, por lo que no se puede depender de los grandes touroperadores extranjeros para atraerlos. Hay que internacionalizarse.