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Bolsa

Un nuevo escándalo sobresalta Wall Street

El intermediario de futuros Refco protagoniza la mayor suspensión de pagos de EE UU en 2005

El escándalo y el fraude han vuelto a protagonizar la crónica empresarial y bursátil de EE UU. Esta vez la reacción ha sido rápida y, de momento, el pánico se ha contenido en unos mercados más preocupados por los resultados trimestrales y la inflación.

La crisis la ha provocado Refco, una firma considerada como una de las mayores intermediarias en los mercados de materias primas y futuros, y una de las más activas en los mercados de futuros de Chicago, Nueva York, Londres y Singapur. El pasado 10 de octubre la entidad reveló que su consejero delegado, Phillip Bennett, había logrado esconder en los libros, fuera de la vista del auditor y de la SEC, 430 millones de dólares que él debía a la compañía. Bennett fue arrestado, acusado de fraude (puede penar por ello hasta 20 años) y relevado de su cargo. Actualmente está en libertad tras abonar una fianza de 50 millones de dólares

La empresa anunció que las memorias de la compañía desde 2002, fecha en la que penosamente se digerían los escándalos de Enron y Worldcom, entre otros, tendrán que ser revisadas.

En solo ocho días, los títulos de la compañía ha perdido 96% aunque el mercado no se ha movido al compás de sus penas y la secuencia de estas se está resolviendo rápidamente. Ayer mismo, desde la Bolsa de Nueva York se dijo que sus acciones dejarán de cotizar, apenas horas después de que la entidad solicitara la suspensión de pagos para algunos de sus negocios, incluidos los de la matriz y el de Refco Capital Markets. Este último es el desregulado negocio de derivados fuera del mercado y que fue cerrado temporalmente el día 13 por falta de liquidez. Sus clientes retiraron activos por valor de 850 millones de dólares, según The Wall Street Journal. La suspensión de pagos, con 48.800 millones en activos y 48.600 en el pasivo, es la mayor en este año, en el que también la han solicitado Delta y Delphi.

La noche del lunes, la parte de los negocios regulados por la SEC o la Comisión del Mercado de Futuros (CFTC en sus siglas en inglés), fueron adquiridos por la firma de capital riesgo JC Flowers por 768 millones de dólares. La compra, para la que hay otro candidato, un fondo público de Dubai, tiene que ser aprobada por el juez y desde Flowers, una firma liderada por un ex ejecutivo de Goldman Sachs, se ha dicho que también se querrían adquirir las filiales que no compra ahora.

El ritmo de vértigo con el que se están resolviendo los acontecimientos no ha impedido que muchos analistas y legisladores se pregunten cómo es posible que Refco se les haya escapado cuando más se ha estrechado el cerco al fraude de manera preventiva con la legislación Sarbanes Oxley. Esta ley, calificada como dura por los sectores empresariales y nacida para responder a los escándalos como el de Enron, no ha impedido ninguno de los acontecimientos en Refco, que incluso se permitió una exitosa salida a Bolsa, diseñada por Goldman Sachs, CSFB y Bank of America, apenas dos meses antes de que saltara por los aires el escándalo. Su auditor, Grant Thornton, dice también que se ha sentido engañado.

El agujero de la desregulación

La mayoría de las firmas de servicios financieros han dirigido ya sus negocios a otros intermediarios, y no se cuenta con que se de una crisis que contagie a los mercados. No obstante, Refco ha puesto de manifiesto que cuando hay desregulación las posibilidades del fraude se amplían. De hecho, ha sido Refco Capital Markets, la filial no regulada ni vigilada de la firma, la tapadera perfecta para que su consejero delegado escondiera una millonaria deuda de sus libros. Para que eso ocurra tendrá que cambiar el criterio del Congreso que cuando aprobó la Sarbanes Oxley dejó la cuestión de los derivados fuera. No era la primera vez. En 2000, ya descartaron la regulación pese a que desde la CFTC, se sugirió que su necesidad para prevenir casos como el del LTCM en 1998. The Wall Street Journal recordaba ayer como al frente del lobby contra la supervisión se puso Alan Greenspan, defensor de la desregulación en aras de la flexibilidad. Según el presidente de la Fed, las instituciones financieras sofisticadas se protegerían ellas mismas del fraude.

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