Invertir sale más caro en Europa
Invertir a través de fondos de inversión en EE UU es más barato que en Europa. Esa es la conclusión de un estudio elaborado por Fitzrovia, compañía que pertenece a Lipper, según el cual los partícipes europeos soportan costes superiores en los fondos que sus homólogos estadounidenses. El estudio no se refiere tan sólo a las comisiones pagadas, sino a los costes totales o TER (en inglés, total expense ratio), que incluyen otros gastos como los de auditoría, corretaje o administración y que terminan repercutiendo en el partícipe.
Del análisis de las diferentes categorías de fondos se desprende que en algunos casos, como en los de renta variable global, los fondos europeos cuestan de media el doble que los estadounidenses. El estudio achaca estas diferencias a varios factores, pero en especial a uno: el tamaño. Los fondos estadounidenses son por lo general bastante más grandes que los europeos, lo que les permite aprovechar economías de escala y reducir tanto costes como comisiones. Valga como dato de esta disparidad que EE UU representa el 50% de la cuota global de fondos por patrimonio, pero sólo el 15% por número de productos. Esta relación es del 34% y del 52%, respectivamente, en el caso europeo.
El estadounidense es un mercado único con una gama racionalizada de fondos por lo general de bastante tamaño. Europa, en cambio, es la unión de muchos mercados, cada uno con su propio regulador, sus sistemas de distribución, su fiscalidad y unos inversores con un carácter y un perfil propios. Adaptar un fondo al sistema de comisiones de cada país y realizar una campaña distinta por cada mercado termina por encarecer los costes.
Europa avanza demasiado despacio hacia un mercado único de fondos que está lejos de ser una realidad. Aspectos como la fusión transfronteriza de productos daría a los fondos europeos la masa crítica necesaria para reducir costes. Son necesarias más reformas para que esos muchos pequeños mercados que hay ahora sean uno solo, pero eficiente y competitivo.