Deslocalizaciones
La intención de Gobiernos autonómicos como el catalán y el valenciano de comprar suelo industrial en países emergentes para implantar empresas regionales es un arma de doble filo. Quizá pueda servir de plataforma de lanzamiento para que pequeñas empresas se decidan, de una vez por todas, a internacionalizar su actividad. Pero también se corre el riesgo de errar el tiro en la zona y tener que malvender unos terrenos en donde ninguna empresa española se decida a invertir. Aparte de ello, se abre el debate de si una Administración debe o no entrar en los planes de deslocalización empresarial hacia otros países. Quizá la mejor forma de fomentar la internacionalización de las pymes españolas sea potenciar la promoción comercial en el exterior y la formación de su personal, dejando las decisiones de deslocalización a las propias empresas, que son las que tienen más información sobre la marcha de su negocio.