Las lealtades de las familias
Lo he dado todo por la empresa, y por mi familia, pero mis hijos no aprecian el valor que tiene mi sacrificio. ¡Si para ellos significara lo que significa para mí!'. La cita procede de un jefe de una empresa familiar. ¿Qué hacer ante una queja como la anterior? Un padre que siente que sus hijos no cumplen con las obligaciones que él cree, tienen para con la empresa. Las familias empresarias presentan un conjunto de comportamientos, entre otros, el modo de relacionarse, la consanguinidad, y las cuentas pendientes entre sí, que van alterándose a través de las generaciones. En definitiva, en todas las relaciones se establecen compromisos de lealtad.
La lealtad es usada cotidianamente en nuestras conversaciones, y suele referirse a una actitud confiable y positiva hacia las otras personas, consideradas como objetos de lealtad. Pero esto sólo se refiere a la perspectiva individual, mientras que una trama de lealtad familiar, que implica la existencia de obligaciones de los miembros de la familia entre sí, esta relación entre todos los miembros, se traduce en un compromiso. La forma real de la lealtad reside en la trama invisible de expectativas de cada uno de los miembros de la familia. Para ser miembro leal de un grupo, en este caso, la familia, y específicamente la familia empresaria, es necesario haber interiorizado el espíritu de sus expectativas y asumido una serie de actitudes para cumplir con estos mandatos.
Asimismo, la lealtad despierta el sentido del deber, la ecuanimidad y justicia entre los miembros que se hayan comprometidos con ella. De aquí, que este cruce de lealtades sea la base del compromiso de los miembros de la familia con la empresa, y por ende, la comprensión de su funcionamiento es de gran importancia para gestionar el cambio dentro de la misma. Definir por lo tanto el compromiso de las familias es un paso indispensable para lograr una visión compartida en la empresa familiar, y como tal es uno de los requisitos para llevar a cabo la planificación estratégica en el negocio.
Probablemente, todo lo anterior le resultará más comprensible, si recuerda las quejas de algún miembro de alguna de las familias empresarias. El padre que se queja con relación a las faltas de alguno de sus integrantes a los valores de la empresa: 'Mi hijo no entiende que la empresa requiere todo el tiempo que sea necesario. Ahora quiere salir con sus amigos, tomar los fines de semana, y esto no está bien, porque la empresa necesita de su presencia'. El padre muestra un malestar por la deslealtad a la empresa y a la familia por parte del hijo o de aquel que no responda a las exigencias de lealtad hacia la compañía. Pero si luego hace el ejercicio de ponerse en el lugar del hijo, compartirá sentimientos de culpa por no haber cumplido lo suficiente con el legado familiar, aún cuando necesite estar con sus amigos y divertirse. En estos ejemplos imaginarios, pero muy reales, en mi cotidianidad como consultor de empresa familiar, puedo apreciar la importante influencia que ejerce la lealtad que se le tiene a la familia y a la empresa, en el comportamiento de los miembros de este sistema. ¿Por qué son tan fuertes estos vínculos de lealtad? Porque se fundamentan en una condición biológica y social propia de la vida de todas las personas: la consanguinidad. Está determinada por la historia del grupo, la justicia, y el alcance de las obligaciones individuales. Dentro de la empresa familiar, esta dependerá de la posición de cada individuo en el ámbito de la justicia, lo que a su vez es conforme a la cuenta de méritos intergeneracionales de la familia.
Estas lealtades en la familia se encuentran registradas en el libro mayor El Debe y el Haber, sobre las acciones y compromisos asumidos a lo largo de toda la historia familiar. æpermil;ste es como una hoja de balance en la que se registra el recíproco dar y recibir dentro de la familia. Paralelo a las cuentas que se llevan en la empresa (los activos, pasivos), en la familia que la constituye, también se registran en su mundo simbólico, las expectativas, obligaciones, cuánto se espera que sus miembros den y reciban de la empresa-familia. Como tal, es un código que no está escrito, pero que todos conservan y respetan en cierta medida y que determina la escala de equivalencia, méritos, ventajas y responsabilidades dentro del multisistema familiar.
Es un código que surge de la historia de la familia y se transmite de generación en generación, de ahí que para cada familia resulte único e irrepetible. En el caso de las empresas familiares, el libro mayor se construye no sólo de la historia familiar sino también incluye una serie de experiencias y tradiciones que resultan de la empresa. Por esto adquiere tanta importancia el explorar conocimientos, emociones y afanes de los miembros de la familia que la conforman, así como el cronograma de la empresa: cómo fue su formación, su desarrollo, fechas importantes y los puntos donde coincide el ciclo vital de la familia con el de la empresa.
Dentro de las empresas familiares el libro mayor genera diferentes respuestas entre sus miembros, una de ellas puede ser huir para eludir el enfrentamiento con él, que suele generar el rechazo dentro de la familia. El problema se hace mayor si es necesario que retorne en el proceso de sucesión, ya que se reedita el malestar y la desconfianza. Por ejemplo, en la familia X, la hija del medio, de dos hermanos varones, decide alejarse de la empresa que lleva su familia, para dedicarse a su carrera de escritora, se traslada a Italia, y ahí trabaja en un proyecto vital muy distinto al de la empresa familiar que fundó su abuelo y que , ahora dirige su padre. æpermil;ste es bastante mayor y está planificando la sucesión. Por derecho le corresponde un cierto porcentaje de las participaciones al igual que sus hermanos. Cuestión que resulta injusta para éstos, porque ellos si que han dedicado su vida a la empresa, no estudiaron tal vez lo que deseaban, le han quitado muchas horas a sus propias familias por la empresa, y no entienden por qué si su decisión fue alejarse, en este momento desea volver. Nos toca en la consultoría mostrar cómo el desarrollo de la empresa puede haberse convertido en un impedimento para el desarrollo emocional de la familia, y es un reto recuperar lo que se pueda. No obstante, la empresa familiar también ha generado cohesión, lo que significa un recurso ante las adversidades, porque valores como el compromiso y la lealtad pueden ser fortalecedores en la vida de esta familia.