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Tribuna
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Una mirada a los bonos globales

El autor analiza el mercado internacional de bonos y considera que la oferta en los mercados domésticos de bonos en Europa es reducida. En su opinión, las mejores oportunidades de inversión se encuentran en un universo más amplio

Los inversores de bonos europeos no deberían dejar de buscar la máxima rentabilidad para sus inversiones. Deberían considerar todo tipo de valores y ofertas por parte de los mercados internacionales de bonos, incluso más allá de los que pueden encontrar en sus propios mercados.

Mientras que muchos Gobiernos europeos emiten bonos, el hecho es que aún se mantiene una alta correlación con las rentabilidades subyacentes. Esto es todavía más cierto en aquellos países que conforman la Eurozona, donde una única autoridad, llamada BCE, es responsable de establecer una política monetaria y, por lo tanto, un único tipo de interés en la zona euro. Los inversores de bonos europeos podrían diversificar más y a largo plazo reforzarían sus rentabilidades invirtiendo en una cartera de bonos globales que gocen de cobertura en sus propias monedas.

Estas oportunidades se obtendrán de una mejor manera mediante un vehículo de inversión que no dependa de un índice de referencia y cuyo universo de inversión no esté limitado. La cobertura del riesgo de tipo de cambio elimina la volatilidad de la rentabilidad, aunque algo de control sobre la exposición de las divisas le permitiría al gestor tomar posiciones pequeñas y activas con el objetivo de aprovechar las oportunidades en las cuáles tiene fuertes convicciones.

Ocasionalmente, el mercado europeo de bonos ofrecerá a los inversores las mejores oportunidades, y ahora, encontramos valor atractivo en los bonos europeos a nivel regional. El crecimiento económico europeo ha resentido el de EE UU, y tras los comentarios a la baja del economista jefe del BCE, Otmar Issing, sobre las perspectivas de crecimiento, el mercado ha descartado un aumento de tipos en Europa para este año, lo que es positivo para los bonos.

Actualmente vemos a Europa como un área atractiva para la inversión, y a la luz de ésta observación, hemos reducido nuestra posición en bonos americanos a favor de Europa. A pesar de tres aumentos consecutivos en los tipos de interés americanos durante éste año, que sorprendentemente han visto disminuir aún más los rendimientos de los bonos, creemos que los bonos americanos son muy caros.

Con los precios del petróleo en récords históricos, también estamos preocupados por el impacto de la inflación en las inversiones en bonos. Por este motivo, hemos comprado bonos ligados a la inflación para poder aislar nuestras carteras globales de esta amenaza. Mientras la inflación se mantenga relativamente benigna en otras partes, históricamente los precios del petróleo han afectado significativamente los mercados europeos. Estos bonos no sólo protegerán a los inversores de la inflación, el petróleo actuará como un freno adicional en una economía europea que de por sí ya es frágil, por lo tanto este tipo de activos seguirán siendo atractivos para los inversores.

El año pasado, los inversores buscaron añadir rentabilidad a sus carteras globales a través de holdings de bonos corporativos. Sin embargo, y a pesar de haber demostrado que valió la pena, ya no parece ser que ésta sea la mejor forma de conseguir más rentabilidad. Los márgenes de los bonos corporativos se han estrechado significativamente y su valor se ha exprimido en el mercado. Por el contrario, favorecemos activos hipotecarios para generar rendimientos superiores.

Mientras que un bono corporativo típico calificado A tiene rendimientos de un 1% sobre un bono del Tesoro americano, los valores hipotecarios rinden cerca de un 2% sobre el mismo bono. Estos activos están respaldados bien por el Gobierno americano y/o está calificado con AAA y el mercado se encuentra bien establecido y goza de bastante liquidez. Como este mercado no fue capaz de mantener la rapidez que tuvieron los bonos corporativos el año anterior, creemos que actualmente ofrecen muy buen valor.

Observamos también muchas oportunidades en los mercados de divisas. Las perspectivas para el dólar se mantienen débiles debido al inmenso déficit por cuenta corriente de la economía, y la libra esterlina parece haber pasado ya su buen momento, con la carga de contracción monetaria que tiene el Reino Unido detrás de sí.

Observamos valor en las divisas asiáticas, particularmente el yen. La región de Asia-Pacífico se ha mantenido por un fuerte crecimiento económico y como resultado los tipos de interés están listos para aumentar desde sus mínimos actuales, mientras que los excedentes por cuenta corriente en la mayoría de las economías de la región deberían también apoyar está tendencia.

Como hemos visto, la oferta en los mercados domésticos de bonos en Europa es reducida y presenta a los inversores pocas oportunidades interesantes para maximizar sus rentabilidades. Creemos que las mejores oportunidades de inversión se encuentran en un universo más amplio, más global, y que los inversores europeos deberían mirar más allá de sus mercados locales para beneficiarse de ellos.

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