Irlanda, el alumno aventajado de Europa
Los trabajadores irlandeses de entre 30 y 40 años no recuerdan cuándo vivió su país la última huelga general. Al entrar en cualquiera de las 1.100 multinacionales que tienen su sede en esta isla de poco más de cuatro millones de habitantes, se tiene la misma visión que cuando se camina por el interior de la prestigiosa universidad dublinesa, Trinity College: gente joven por todas partes con muchas ganas de aprender y trabajar.
Irlanda ha sido apodada como el tigre céltico por la tremenda expansión económica experimentada durante los últimos veinte años. A mediados de los ochenta, la tasa de paro estaba entorno al 17%, hoy tiene pleno empleo (4,6%). La economía irlandesa ha crecido una media del 8% anual durante la década de los noventa frente a un 2% de crecimiento medio de la economía europea.
El principal efecto de esta expansión sostenida ha sido que la renta per cápita actual irlandesa es la segunda más alta de la UE, con 29.042 euros en paridades de poder adquisitivo, sólo superado por un paraíso fiscal, Luxemburgo. Pero ¿cuáles han sido las condiciones para que se produjera este milagro?. Por este orden, una fiscalidad empresarial exigua, tanto sobre el beneficio como sobre el trabajo; unos elevados niveles formativos gracias a la interacción continua de la universidad y la empresa y la preocupación del Gobierno de turno, fuera cual fuera su ideología.
Sin embargo, todas estas condiciones no habrían servido de tanto si no se hubieran sabido aprovechar los nichos productivos existentes desde hace dos décadas.'La decisión clave fue centrarnos en atraer empresas que liberarán sectores de futuro como las altas tecnologías y el software, la industria farmacéutica o la biotecnológica o las del sector financiero', asegura Kevin McCarthy, uno de los directores de la Agencia para las Inversiones y el Desarrollo (conocida en sus siglas en ingles como IDA).
Esta agencia creada hace más de 30 años, de carácter semipúblico, ha sido la encargada de atraer las inversiones extranjeras durante tres décadas.
Es precisamente la disposición de las autoridades a atraer la inversión extranjera la que ha hecho decidirse a algunas multinacionales. A mediados de los sesenta Citigroup fue la primera gran entidad financiera en ubicarse en Irlanda y según su director general de Tesorería en Dublín, Brian J. Hayes 'lo que más nos atrajo de Irlanda fue la accesibilidad de su Gobierno porque al principio no nos beneficiábamos de los impuestos'.
Ya sea por la baja fiscalidad o la elevada preparación de una joven y muy preparada fuerza laboral anglohablante, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, ha dicho recientemente que es prácticamente imposible que ningún otro país candidato a entrar en la UE pueda repetir las condiciones y el éxito de Irlanda.
Sin embargo, Irlanda no carece de algún que otro inconveniente. Responsables de empresas como Motorola, Siemens, Wyeth o SAP coinciden en señalar dos grandes defectos: las malas infraestructuras -con malas y escasas carreteras y la práctica ausencia de transporte público- y el elevado precio de la vivienda, principalmente en Dublín, donde el metro cuadrado supera los precios de Madrid. Unos débiles sistemas públicos de pensiones y de sanidad, forman también parte de las quejas de muchos ciudadanos.
La universidad, la mayor receptora de fondos públicos
De Irlanda se conoce fundamentalmente la cerveza Guiness y la afición endémica de sus gentes a los pubs -donde por cierto desde el pasado 29 de marzo ya está prohibido fumar-. Pero menos conocido es una característica importante de la sociedad irlandesa: sus altos niveles de formación universitaria y profesional.'El Gobierno ha decidido que la principal fuente de recursos de la economía sea una sociedad basada en el conocimiento', asegura convencido el vicepresidente de investigación de la Universidad de Cork, J. K. Collines de la Universidad de la ciudad de Cork. Dicho y hecho porque las universidades son la institución que recibe más fondos públicos.Además desde hace 21 años funciona NMRC, una institución destinada a la investigación y a ser el enlace entre la industria y la universidad. Uno de los directores de NMRC, Cormac Harrington explica: 'Más de la mitad de los contratos de investigación que recibimos tienen un socio industrial, así los resultados de la investigación son aplicables al negocio'.Dicho todo esto el horizonte irlandés no está exento de nubarrones. Irlanda está empezando a experimentar los mismos problemas de deslocalización industrial que azotan a toda Europa occidental. 'India y China son nuestros principales rivales, y son un problema para nosotros a muy corto plazo', asegura el director de Motorola en Irlanda, John Phillips. Pero él mismo añade la solución a este problema: 'No podemos competir con ellos en costes pero sí en especialización'.El Gobierno ha reaccionado intentando que la economía irlandesa se especialice aún más, destinando 60.000 millones de euros en becas para atraer la investigación, fundamentalmente en microelectrónica, biotecnología y biofarmacia.
Las cifras
12,5% Este es desde el 1 de enero de 2003 el impuesto de sociedades que pagan las empresas ubicadas en Irlanda. Antes, y desde 1987 este tributo era aún más bajo (10%). En españa este impuesto es del 35% y en Alemania del 40%, lo que convierte a Irlanda en algo muy parecido a un paraiso fiscal.9% Esto es lo que suman el total de las cotizaciones que los empresarios pagan por sus trabajadores, frente a más del 26% en España.
Sectores. El secreto de especializarse más que los demás
La ciudad financiera acoge al grupo irlandés de rock U2En Dublín no hay rascacielos, ni siquiera en la ciudad financiera, que se construyó en 1993 y es una de las más importantes de Europa, con medio millar de entidades financieras. 'El proyecto estrella de esta zona será la construcción antes de 2012 de la Torre U2, que tendrá 60 metros de altura y albergará los estudios de grabación de este grupo de rock mítico en Irlanda', explica Carmel Smith, resoponsable de la iniciativa.Cork, el Silicon Valley de las farmacéuticasCork es la segunda ciudad de Irlanda y podría ser apodada como el Silicon Valley de las farmacéutica. Ahí están 12 de las principales 13 empresas del sector y Pfaizer fabrica allí su famosa viagra. Esto hace que nuevas compañías como la alemana Altana estén construyendo allí un planta. 'Desde que saben que venimos tenemos cientos de curriculos de personas muy preparadas', dice director general, de Altana Declan J. Farrrel.Del reino del software a los 'call centers'En Irlanda se concentra, el 60% del negocio del software que se vende en Europa. Las principales multinacionales de telecomunicaciones instalaron sus plantas manufactureras en Irlanda a principios de los noventa. Ahora, Siemens o Motorola han trasladado estas plantas a Asia, pero no se han ido de Irlanda. Siemens ha ubicado en Cork su call center para clientes de todo el mundo y Motorola mantiene otras áreas del negocio.