Cuidado con los cacos si viaja en Navidad
Ser víctima de un robo impacta. Volver a casa tras las vacaciones navideñas y encontrártela desmantelada no es algo tan remoto. Sobre todo si se tiene en cuenta que en España cada dos minutos se produce un robo en los hogares, según un informe elaborado por la patronal de aseguradoras Unespa en 2002.
Y éstas son fechas muy propicias para los robos contra el patrimonio, ya que las viviendas vacías son un blanco perfecto. Joyas, móviles y equipos electrónicos, pero también jamones o botellas de güisqui, son algunos de los objetos codiciados por los cacos, ya que son fáciles de vender.
Ni la Guardia Civil ni la Jefatura Superior de Policía ni el Ministerio del Interior proporcionan datos sobre el aumento de robos que se produce en diciembre, pues el cómputo es anual, pero 'el número de denuncias se eleva', asegura la portavoz de la Jefatura Superior de Policía, aunque no en la misma medida que en las vacaciones de verano. Esto se debe a que en Navidad las ausencias de las casas son muy breves.
Móviles, joyas, relojes, electrónica y jamones, los artículos más atractivos
Lo que si es un dato real y significativo es el aumento de las compras de sistemas de seguridad (alarmas) antes de las Navidades. Más que justificado, puesto que estos sistemas pueden abortar muchos robos.
Ignacio Cuenca, director de marketing de la empresa de seguridad ADT, cifra en un 15% el aumento de las ventas de alarmas dado el incremento del riesgo. 'æpermil;ste es un indicativo del grado de previsión de la gente', señala Cuenca, 'que además tiende cada vez más a instalar sistemas de seguridad más sofisticados, con imágenes, voz, etcétera'.
No obstante, las cotas más altas se alcanzan en verano, cuando se venden un 80% más de alarmas, según Héctor Martínez, director de marketing de Securitas Direct. En España puede haber instaladas 1,6 millones de alarmas, según estimaciones de la Asociación Española de Empresas de Seguridad.
La mayoría de los robos se producen en las viviendas vacías de las grandes poblaciones. Es normal, las familias acuden a sus segundas viviendas o a sus poblaciones de origen a pasar las Navidades con sus familiares. No obstante, las urbanizaciones también son un objetivo. Por ello, en esta época se incrementa el servicio de vigilancia (unidades en circulación) y atención al ciudadano, para dar salida al mayor número de denuncias producidas por la gran afluencia de público a esas zonas, aseguran fuentes de la Guardia Civil.
En las viviendas que quedan vacías, los objetos preferidos por los ladrones son, por lo general, los de pequeño tamaño y valor como las joyas, móviles con cámaras de fotos, dinero, perfumes o relojes; objetos, en definitiva, fáciles de vender en mercadillos o en la calle. Cuando las circunstancias no son tan adversas y los ladrones disponen de más tiempo, suelen sustraer DVD, cámaras digitales, pequeños electrodomésticos, videoconsolas, abrigos de piel, vídeos, reproductores MP3, así como equipos informáticos y todo tipo de equipos electrónicos. Tampoco hay que olvidar que en Navidades es muy típico el robo de jamones, lomos o botellas de güisqui, entre otros productos de alimentación.
Para prevenir estos robos, la Policía Nacional pone en marcha un dispositivo especial. No obstante, la Policía y la Guardia Civil coinciden en que el grueso de los robos se producen en las grandes superficies comerciales y comercios (alunizajes) y en las grandes aglomeraciones de público.