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El directivo que viene, más humano, más barato

Al ejecutivo del mañana le preocupará en la misma medida que sus empleados sean felices que conseguir los objetivos económicos marcados. Y, además, probablemente cobre menos que los directivos de hoy. ¿Increíble? Tal vez, sí. Pero, si las escuelas de negocios que están introduciendo valores éticos y emocionales en sus enseñanzas persisten en el intento, ese perfil, que suena hoy un tanto ingenuo, acabará siendo cierto. Esa al menos es la impresión de Simon L. Dolan, profesor y director de investigación del Instituto de Estudios Laborales de la escuela de negocios Esade. Dolan reconoce que el primer graduado que salga al mercado laboral con un perfil 'más social' no tendrá mucho éxito profesional, 'no se puede pasar de un extremo a otro, pero podemos dar un empuje en esa dirección'.

Indicios de cambio de mentalidad hay. 'Los alumnos de MBA de todo el mundo consideran excesivamente elevada la remuneración de los directivos'. Miguel Trías, profesor de Derecho Comercial de Esade, ha obtenido esta conclusión después de leer y valorar los artículos con los que 200 alumnos de 27 escuelas de negocios de los cinco continentes han respondido a la primera convocatoria de la MBA Business Review que coordina Esade. Esta revista, cuyo primer número se presentó ayer en Barcelona, tratará de ser el reflejo anual de las maneras de pensar, las creencias y las actitudes de los alumnos de MBA de todo el mundo.

'Que consideren las remuneraciones elevadas resulta especialmente interesante, porque es la opinión de los directivos del mañana', explica Trías, que matiza que los más sensibilizados son los alumnos americanos, 'sobre todo en tiempos de crisis, cuando las empresas están despidiendo a los trabajadores y anunciando pérdidas'. Los alumnos creen también que el sistema de compensación basado en las stock options (opciones de compra sobre acciones) 'genera incentivos perversos'. 'Y son conscientes de que hay que buscar sistemas de remuneración que tengan en cuenta los objetivos a largo plazo', dice Trías. El artículo elegido el mejor de esta edición propone un esquema de remuneración que aumenta el sueldo del directivo en función del incremento del precio de la acción, pero la cantidad que percibe es proporcional al tiempo que se mantenga este incremento. Los alumnos reclaman también la separación de figuras entre el primer ejecutivo y el presidente del consejo. 'Algo que no ocurre en las grandes firmas españolas cotizadas, sobre todo cuando nadie domina el accionariado', explica Trías. 'En estos casos es el presidente el que establece su propia remuneración'. Trías considera imprescindible la existencia de mecanismos de control empresarial y cita como ejemplo la ley alemana que obliga a las compañías a tener un consejo de vigilancia cuyo presidente no puede coincidir con el del consejo de administración. pasa a la página siguiente

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La opinión que se recoge de los artículos apunta en la misma dirección que una encuesta realizada entre esos mismos alumnos, que refleja una mayor concienciación con respecto a la responsabilidad social. En el cuestionario concedieron prácticamente la misma importancia a los valores económicos que a los emocionales y a los éticos dentro del ámbito de la empresa. En su vida privada, daban preferencia a los valores emocionales, les preocupaban después los éticos y, por último, los económicos. La encuesta proponía como valores económicos la eficacia, el éxito económico, la productividad o la competitividad. Entre los emocionales figuraban la creatividad, el entusiasmo y la imaginación, y entre los éticos se encontraban conceptos como felicidad, amistad, compañerismo o honestidad. ¿Y por qué para un estudiante de MBA es más importante el éxito económico en el trabajo que en la vida? Dolan sostiene que es una incoherencia que debería desaparecer. El hecho de que concedan más importancia a cualquiera de los valores en su vida laboral que en la privada sugiere, a su juicio, que para ellos lo más importante es el trabajo. 'Muchos escogerían satisfacer antes las necesidades del dueño de la empresa en la que están empleados que las de su pareja', sostiene.

En cualquier caso, la importancia que dan los alumnos a los valores emocionales y éticos supone un cambio, que se produce paralelamente en algunas escuelas de negocios. Dolan tiene una explicación para esta coincidencia. El escándalo Enron. 'Supone un punto de inflexión que se ha notado en el planteamiento de las escuelas'. El profesor de Esade no quiere decir que los centros donde se forman los directivos se hayan sentido culpables, pero sí cree que ha provocado que tomen 'la decisión consciente' de formar alumnos con valores éticos y emocionales.

Dolan ha detectado en los artículos recibidos una falta de formación en recursos humanos. Para Dolan la poca importancia que se concede a la materia en las escuelas de negocios se debe a que es muy difícil 'demostrar cuantitativamente el valor añadido que supone una formación en este campo'. Pero, a su juicio, es un error. 'Un ejecutivo debe dominar el marketing, las finanzas, la contabilidad, pero tiene que dirigir personas y, si no está formado en filosofía y en métodos, todo lo demás no le servirá para nada'.

Simon L. Dolan: 'No se puede pensar sólo en el accionista'

'En las grandes empresas que cotizan en Bolsa, una buena parte de los accionistas compran hoy, venden mañana, no tienen lealtad. No tiene sentido que el directivo trabaje sólo pensando en ellos'. A juicio de Dolan, debe tener también presente 'a la sociedad en general y a los cliente internos, que son los trabajadores'. Según el profesor de Esade, el directivo que tendrá éxito en el futuro será el que sepa encontrar un equilibrio inteligente entre los objetivos éticos, los emocionales y los económicos.Dolan denuncia que hay pocos directivos en España que respondan a este esquema, pero cita a Pere Durán Farell, el que fuera presidente de Gas Natural, como un directivo innovador 'con una filosofía empresarial humanista'. En cuanto a las empresas, el panorama tampoco es muy alentador. 'No hay grandes compañías que se atrevan a innovar', lamenta. Dolan explica el caso de una empresa canadiense de autobuses que logró bajar el absentismo laboral de un grupo de conductores del 12% al 1,5% gracias a un servicio de apoyo a problemas personales pagado por la empresa. 'Y resultó ser muy rentable'.

Pedro Fontana: 'Enron dañó a todos los empresarios'

'Los directivos deben ser ante todo responsables y honestos'. Fontana asegura que, por muchos mecanismos de control que se introduzcan en la contabilidad de las empresas, lo más importante es 'dar con las personas adecuadas para desempeñar las labores de dirección'. En ese sentido, señaló que en muchas ocasiones hay que valorar más, 'la actitud que la aptitud, cómo se comporta el directivo que las capacidades y conocimientos que pueda tener'.El director del BBVA en Cataluña y Baleares, MBA de Esade y de Harvard, explicó que el caso Enron ha tenido el efecto positivo de desencadenar una preocupación por la ética en el mundo de los negocios. 'Aunque lo que pasó con Enron o con Worldcom sigue siendo muy preocupante, porque no sólo ha afectado a esas compañías, sino que ha dañado la credibilidad de todo el mundo empresarial'. Fontana alertó también sobre el peligro de que estos escándalos abran paso a una etapa de sobrerregulación, 'que además se produzca sin la necesaria coordinación e igualdad de criterios entre organismos reguladores, aquí sí que sería positivo globalizar'.

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